Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com
Hace ya varios años alguien me indicó la existencia de miles de niños de la calle en Ciudad Juárez, estos venían ya bien de familias incompletas, disfuncionales o de parejas trabajadoras. En ese entonces se trataba de 5,000 personas sobre cuyo futuro se especulaba: un cierto porcentaje crecería para convertirse en obreros o empleados, un porcentaje moriría joven, otro porcentaje engrosaría las filas de las pandillas y el crimen organizado, y creo que ahora vemos el resultado de diversas políticas ausentes o mal encausadas en la forma de ejércitos de sicarios que muestran un gran coraje, ser sanguinarios y ausencia de respeto a la existencia humana. ¿Será la revancha contra esa sociedad que los marginó? El gobierno por supuesto estaba ocupado en tareas meritorias, como por ejemplo el enriquecimiento de los políticos.
Mientras la industria en Ciudad Juárez crecía a una velocidad impresionante, se destacaba la carencia de instancias de atención a las madres trabajadoras y sus hijos, algunas empresas construyeron guarderías, pero el gobierno desdeñaba esta necesidad, no obstante la insistencia de muchas fuentes que señalaban la necesidad de apoyar a las familias trabajadoras. No tendría mucho caso hablar de la incapacidad de las familias para pagar guarderías privadas o atención doméstica, lujos inalcanzables para quienes no obstante tener dos empleos continúan bajo la línea de pobreza. Así llegamos a que el origen del problema son los bajos salarios y la inacción gubernamental para apoyar a los más desvalidos y desprotegidos.
Ahora el gobernador de Chihuahua descubre el problema de los ninis, esos chavos que ni trabajan –porque no hay empleo-, ni estudian –porque ni tienen nivel ni hay cupo en las preparatorias o universidades-. Como el Lic. Duarte es un hombre muy preocupado por los problemas sociales sale con una solución mágica para atender a esos jóvenes: meterlos al ejército; el ya nos dirá porque no se le ocurrió un programa de empleo para los jóvenes o una ampliación al presupuesto educativo para ampliar la oferta educativa y elevar su calidad.
¡Bravo gobernador! Me pregunto si a alguien de los muchos personajes sesudos en su equipo se le ocurrió preguntarle a los ninis si quieren entrar al ejército. Porque el obligarlos a enrolarse por ley implica arrebatarles su decisión libre, resulta entonces que al obligarlos a engrosar las filas militares se les discrimina en contra de aquellos que por muchas razones no comparten esa condición, por ejemplo los hijos de los políticos que gracias al régimen de privilegio gozan de educación y protección para triunfar en la vida.
Hacer una distinción en contra de un grupo específico atenta contra la libertad, pero ese es un tema menor, ya ven que en México el gobierno viola los derechos humanos y culpa a conspiraciones externas cuando la violación se descubre; se mata para asegurar la justicia, luego entonces qué más da arrebatarle la libertad a aquellos que están marginados, qué más da hacer esto con aquellos que no tienen nada: ni escuela ni trabajo, ni padre o tal vez madre, y por supuesto ni futuro. Así que los vestirán de verde y los convencerán que vayan a pelear una guerra insensata, Duarte salva a Calderón dándole carne de cañón para su aventura bélica.
Me revuelve la mente la noción de por qué los políticos creen que se debe usar al ejército para la solución de los problemas civiles. Que usen a los militares para atender desastres parece lógico y loable, que los saquen a la calle a pelear una guerra que no conocen y para la que no están preparados parece insensato e imprudente.
Tratar de usarlos para incorporar por un tiempo a jóvenes sin aparente ocupación parece descabellado. Por cierto, alguien les habrá preguntado a los militares que piensan de esta idea. ¿Alguien les preguntó a los causantes que pagan impuestos que opinan? Porque el programita seguro tendrá un costo, ¿ya lo calcularon sus asesores señor gobernador?
Pero no demos voces de alarma, finalmente este no es un programa para Chihuahua, es federal y otros tendrán que ocuparse de su implementación –en el caso que los diputados se pongan a trabajar y lo aprueben- mientras el gobernador podrá apoltronarse porque hizo una propuesta para salvar a la nación.
schmidt@mexico.com
A Eddy, el sabe porque
Los vientos del populismo recorren a las sociedades contemporáneas. Los políticos van descubriendo de a poco problemas sociales que han sido desatendidos y de los que no se habían dado cuenta porque su posición les permite acercarse al mundo de los mortales de vez en cuando y al suceder esas raras ocasiones producen soluciones maravillosas cuyo apego a la realidad es dudoso por decir lo menos, aunque por alguna razón llegan a confluir en medidas populistas, tal vez porque suponen grandes ventajas electorales.Hace ya varios años alguien me indicó la existencia de miles de niños de la calle en Ciudad Juárez, estos venían ya bien de familias incompletas, disfuncionales o de parejas trabajadoras. En ese entonces se trataba de 5,000 personas sobre cuyo futuro se especulaba: un cierto porcentaje crecería para convertirse en obreros o empleados, un porcentaje moriría joven, otro porcentaje engrosaría las filas de las pandillas y el crimen organizado, y creo que ahora vemos el resultado de diversas políticas ausentes o mal encausadas en la forma de ejércitos de sicarios que muestran un gran coraje, ser sanguinarios y ausencia de respeto a la existencia humana. ¿Será la revancha contra esa sociedad que los marginó? El gobierno por supuesto estaba ocupado en tareas meritorias, como por ejemplo el enriquecimiento de los políticos.
Mientras la industria en Ciudad Juárez crecía a una velocidad impresionante, se destacaba la carencia de instancias de atención a las madres trabajadoras y sus hijos, algunas empresas construyeron guarderías, pero el gobierno desdeñaba esta necesidad, no obstante la insistencia de muchas fuentes que señalaban la necesidad de apoyar a las familias trabajadoras. No tendría mucho caso hablar de la incapacidad de las familias para pagar guarderías privadas o atención doméstica, lujos inalcanzables para quienes no obstante tener dos empleos continúan bajo la línea de pobreza. Así llegamos a que el origen del problema son los bajos salarios y la inacción gubernamental para apoyar a los más desvalidos y desprotegidos.
Ahora el gobernador de Chihuahua descubre el problema de los ninis, esos chavos que ni trabajan –porque no hay empleo-, ni estudian –porque ni tienen nivel ni hay cupo en las preparatorias o universidades-. Como el Lic. Duarte es un hombre muy preocupado por los problemas sociales sale con una solución mágica para atender a esos jóvenes: meterlos al ejército; el ya nos dirá porque no se le ocurrió un programa de empleo para los jóvenes o una ampliación al presupuesto educativo para ampliar la oferta educativa y elevar su calidad.
¡Bravo gobernador! Me pregunto si a alguien de los muchos personajes sesudos en su equipo se le ocurrió preguntarle a los ninis si quieren entrar al ejército. Porque el obligarlos a enrolarse por ley implica arrebatarles su decisión libre, resulta entonces que al obligarlos a engrosar las filas militares se les discrimina en contra de aquellos que por muchas razones no comparten esa condición, por ejemplo los hijos de los políticos que gracias al régimen de privilegio gozan de educación y protección para triunfar en la vida.
Hacer una distinción en contra de un grupo específico atenta contra la libertad, pero ese es un tema menor, ya ven que en México el gobierno viola los derechos humanos y culpa a conspiraciones externas cuando la violación se descubre; se mata para asegurar la justicia, luego entonces qué más da arrebatarle la libertad a aquellos que están marginados, qué más da hacer esto con aquellos que no tienen nada: ni escuela ni trabajo, ni padre o tal vez madre, y por supuesto ni futuro. Así que los vestirán de verde y los convencerán que vayan a pelear una guerra insensata, Duarte salva a Calderón dándole carne de cañón para su aventura bélica.
Me revuelve la mente la noción de por qué los políticos creen que se debe usar al ejército para la solución de los problemas civiles. Que usen a los militares para atender desastres parece lógico y loable, que los saquen a la calle a pelear una guerra que no conocen y para la que no están preparados parece insensato e imprudente.
Tratar de usarlos para incorporar por un tiempo a jóvenes sin aparente ocupación parece descabellado. Por cierto, alguien les habrá preguntado a los militares que piensan de esta idea. ¿Alguien les preguntó a los causantes que pagan impuestos que opinan? Porque el programita seguro tendrá un costo, ¿ya lo calcularon sus asesores señor gobernador?
Pero no demos voces de alarma, finalmente este no es un programa para Chihuahua, es federal y otros tendrán que ocuparse de su implementación –en el caso que los diputados se pongan a trabajar y lo aprueben- mientras el gobernador podrá apoltronarse porque hizo una propuesta para salvar a la nación.
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