Me cuesta trabajo no poder responder a las expectativas de la gente que me pregunta sobre la situación en México, para en seguida agregar que les proponga una solución.
No solamente se dificulta proponer porque hay información oculta, sino que es complicado poder plantear una solución simple a un problema complejo, y una solución compleja difícilmente atrapa la atención de la gente por mucho tiempo y mucho más si se trata de políticos. La gente quiere oír una sola cosa, ruegan porque aparezca la varita mágica que de fin a la pesadilla que viven los mexicanos y cada vez con más frecuencia, gente de otros países.
Tómese como ejemplo que 6 de cada 10 mujeres que cruzan el país son violadas y en Centroamérica aplican una inyección anti-conceptiva para esas mujeres desafortunadas, que caen en las garras del crimen organizado, con y sin uniforme.
Frecuentemente caigo en la invitación y ofrezco soluciones con la esperanza que alguna de llegue a tomarse en cuenta. Así que aquí va parte del paquete que le comente a una actriz que quiere involucrarse para arreglar las cosas en un país que la expulsó.
1) Instituir los jueces sin rostro. Los jueces deben contar con protección para castigar a los criminales sin el temor de venganzas. Hay que empezar por las instancias legales para que lo demás se pueda acomodar.
2) Llegar a un entendimiento con los carteles de la violencia, no para asegurarles el mercado, sino para regresar el tema de las drogas a un nivel manejable, especialmente la violencia en la que están sumergidos. Controlados se puede atacar el problema. Hoy están descontrolados.
3) Despenalizar el consumo de las drogas. Me decía una amiga: no existe el menor problema entre vendedores y consumidores, nos necesitamos mutuamente, y lo que hacemos son operaciones estrictamente comerciales. La violencia se da cuándo se alteran las relaciones de mercado.
4) Limpiar la corrupción de las filas de la policía, el ejército y la política. Si hay algo que estremece del libro de Anabel Hernández, Los señores del narco, es que no suceda absolutamente nada ante la denuncia con nombre y apellido, de aquellos que se enriquecen violando la ley, ya sea que protejan criminales, se asocien con ellos (lavando dinero por ejemplo), o toleren los actos delictivos, aún con denuncias públicas, o amenacen a las denunciantes.
5) Hay que cambiar las instancias políticas, buscar a un político honesto, e investirlo con amplios poderes para que pueda enderezar el barco.
El director de cine Sergio Umansky me corrigió: esto último que propones es prácticamente imposible. Mejor sería buscar a un japonés, contratarlo como presidente y que él de las ordenes. La propuesta es audaz pero corre el peligro de que se distorsione y parezca que el país se ha rendido ante otro país, lo que sería aceptable siempre y cuando se comprometieran a arreglar el desorden.
Pero entonces me dice Sergio, convendría explorar la posibilidad de crear una mesa directiva que se instale en algún lugar neutral como La Haya (Oslo ya no puede serlo porque la ultraderecha ha roto su postura de neutralidad) y que le den instrucciones al títere que aplicara decisiones en el terreno nacional.
La idea suena atractiva. Se puede crear Mexico Inc., nombrar un consejo director donde haya personalidades y expertos del mundo, ellos establecerán el futuro mexicano, la dirección coyuntural y las decisiones específicas. Ellos negociaran con la banca internacional y los organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial), y tendrán la credibilidad de que lo están haciendo con el exclusivo propósito de hacer avanzar al país.
Los consejeros tendrán un sueldo lo suficientemente alto como para no caer en las tentaciones de las corrupciones, compadreos, favoritismos, tan comunes en la realidad mexicana. Por muy caro que se les pague, digamos unos diez millones de dólares a diez consejeros, siempre será más barato que la corrupción e ineficacia de los pseudo gobernantes actuales.
Aún más, se puede proponer que sea un consejo sin rostro para evitar que los coyotes mexicanos –muchos empresarios mexicanos se comportan como coyotes- acudan a ellos con peticiones que sostienen el régimen de privilegio, lo que arruina las mejores intenciones.
Esta propuesta propiciara el grito en el cielo de los defensores a ultranza de la soberanía y la tranza. Pero ante la evidencia del fracaso rotundo de la actual élite económica, política, cultural e intelectual, un gobierno de unos veinte años del consejo de Mexico.inc permitirá crear a dirigentes nacionales preocupados por la salud patriótica y no por engordar sus bolsillos y eso podrá darle viabilidad a la nación.
Ante el fracaso de lo que hemos probado en el último siglo y la experiencia ruinosa de la última década, bien vale la pena probar algo nuevo, ¿no creen?
Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com
No solamente se dificulta proponer porque hay información oculta, sino que es complicado poder plantear una solución simple a un problema complejo, y una solución compleja difícilmente atrapa la atención de la gente por mucho tiempo y mucho más si se trata de políticos. La gente quiere oír una sola cosa, ruegan porque aparezca la varita mágica que de fin a la pesadilla que viven los mexicanos y cada vez con más frecuencia, gente de otros países.
Tómese como ejemplo que 6 de cada 10 mujeres que cruzan el país son violadas y en Centroamérica aplican una inyección anti-conceptiva para esas mujeres desafortunadas, que caen en las garras del crimen organizado, con y sin uniforme.
Frecuentemente caigo en la invitación y ofrezco soluciones con la esperanza que alguna de llegue a tomarse en cuenta. Así que aquí va parte del paquete que le comente a una actriz que quiere involucrarse para arreglar las cosas en un país que la expulsó.
1) Instituir los jueces sin rostro. Los jueces deben contar con protección para castigar a los criminales sin el temor de venganzas. Hay que empezar por las instancias legales para que lo demás se pueda acomodar.
2) Llegar a un entendimiento con los carteles de la violencia, no para asegurarles el mercado, sino para regresar el tema de las drogas a un nivel manejable, especialmente la violencia en la que están sumergidos. Controlados se puede atacar el problema. Hoy están descontrolados.
3) Despenalizar el consumo de las drogas. Me decía una amiga: no existe el menor problema entre vendedores y consumidores, nos necesitamos mutuamente, y lo que hacemos son operaciones estrictamente comerciales. La violencia se da cuándo se alteran las relaciones de mercado.
4) Limpiar la corrupción de las filas de la policía, el ejército y la política. Si hay algo que estremece del libro de Anabel Hernández, Los señores del narco, es que no suceda absolutamente nada ante la denuncia con nombre y apellido, de aquellos que se enriquecen violando la ley, ya sea que protejan criminales, se asocien con ellos (lavando dinero por ejemplo), o toleren los actos delictivos, aún con denuncias públicas, o amenacen a las denunciantes.
5) Hay que cambiar las instancias políticas, buscar a un político honesto, e investirlo con amplios poderes para que pueda enderezar el barco.
El director de cine Sergio Umansky me corrigió: esto último que propones es prácticamente imposible. Mejor sería buscar a un japonés, contratarlo como presidente y que él de las ordenes. La propuesta es audaz pero corre el peligro de que se distorsione y parezca que el país se ha rendido ante otro país, lo que sería aceptable siempre y cuando se comprometieran a arreglar el desorden.
Pero entonces me dice Sergio, convendría explorar la posibilidad de crear una mesa directiva que se instale en algún lugar neutral como La Haya (Oslo ya no puede serlo porque la ultraderecha ha roto su postura de neutralidad) y que le den instrucciones al títere que aplicara decisiones en el terreno nacional.
La idea suena atractiva. Se puede crear Mexico Inc., nombrar un consejo director donde haya personalidades y expertos del mundo, ellos establecerán el futuro mexicano, la dirección coyuntural y las decisiones específicas. Ellos negociaran con la banca internacional y los organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial), y tendrán la credibilidad de que lo están haciendo con el exclusivo propósito de hacer avanzar al país.
Los consejeros tendrán un sueldo lo suficientemente alto como para no caer en las tentaciones de las corrupciones, compadreos, favoritismos, tan comunes en la realidad mexicana. Por muy caro que se les pague, digamos unos diez millones de dólares a diez consejeros, siempre será más barato que la corrupción e ineficacia de los pseudo gobernantes actuales.
Aún más, se puede proponer que sea un consejo sin rostro para evitar que los coyotes mexicanos –muchos empresarios mexicanos se comportan como coyotes- acudan a ellos con peticiones que sostienen el régimen de privilegio, lo que arruina las mejores intenciones.
Esta propuesta propiciara el grito en el cielo de los defensores a ultranza de la soberanía y la tranza. Pero ante la evidencia del fracaso rotundo de la actual élite económica, política, cultural e intelectual, un gobierno de unos veinte años del consejo de Mexico.inc permitirá crear a dirigentes nacionales preocupados por la salud patriótica y no por engordar sus bolsillos y eso podrá darle viabilidad a la nación.
Ante el fracaso de lo que hemos probado en el último siglo y la experiencia ruinosa de la última década, bien vale la pena probar algo nuevo, ¿no creen?
Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario