7/27/2011

Cartas desde el desempleo


Joel Hernández Santiago
La Silla Rota

Esto del desempleo mexicano a la alza, me recuerda aquella buena película, Up on the air, en la que el protagonista, George Clooney, quien pertenece a una empresa opulenta, se dedica a despedir empleados de grandes compañías porque los dueños-empresarios-jefes-patrones no quieren hacerlo y ponen en manos de ‘especialistas’ la tarea de decir sin gestos en el rostro: “sus servicios ya no nos son necesarios; muchas gracias”
Por supuesto la película es un alegato en contra del desempleo y en contra de la frialdad y crueldad con la que se deja a gente de trabajo sin el día siguiente y el abuso de esta situación y que de este personal hacen las grandes empresas del mundo.

El punto es que, paso a paso, se sensibiliza al espectador por la desgracia de quienes se quedan sin actividad productiva y remunerada; sin el ¡Jesús! en la boca y sin la garantía de poder conseguir un nuevo empleo en un mundo de competencia feroz. Incluso, una de las ‘invitadas a dejar nuestra empresa’ comete suicidio al perder el trabajo… Cosa trágica.
Pero es una película y aunque es eso, un alegato, a favor del empleo justo y productivo y pagado contante y sonante, la idea de humanizar el asunto y entenderlo como una tragedia individual y colectiva en México, con tan alto desempleo, no ha llegado a las instituciones que funcionan con nuestros recursos y que se deberían dedicar a promover el empleo, el trabajo, la ocupación retribuida y justa para el bien de todos. …Como tampoco ha llegado a los patronos, a los dueños a los jefes, jefecillos y asteroides de la burocracia mexicana plagada de empleados asalariados, pero sin empleo, lo cual es una forma de desempleo doblemente caro; y, sobre todo, al gran empresario mexicano, tan timorato para las grandes empresas pero tan pichicato cuando se trata de crecer y crear empleos. No saben ser partícipes de un ideal de enriquecimiento común.

El punto central es que en México, según las cifras oficiales del INEGI, a la fecha hay 2 millones, 679 mil desempleados en edad productiva, que es el 5.74% de la población económicamente activa (PEA). Según el informe del 21 de julio de este año: “lo que equivale a un incremento de 75 mil desempleados en el mes de junio y un total de 136,680 en el primer semestre del año”.

El informe INEGI “reportó que la tasa de desempleo es la mayor en los últimos 21 meses” y que el mayor impacto fue para las mujeres que es de 5.69% en tanto que para los hombres es de 5.26%.
Y luego de ahí en adelante el informe dice que hay subocupación que son quienes “tienen necesidad y disponibilidad para trabajar más horas” y así otras variables que evitan que la cifra de desempleo sea la que necesitamos conocer con toda precisión: ¿cuántos desempleados hay en México?

Los matices que hacen ocultan la cifra exacta, quizá temeroso el gobierno de que le ocurra lo que le pasó a José Luis Rodríguez Zapatero, quien informó hace poco de 5 millones de desempleados en España –sin matices y variables como las que nos dan aquí-, y le ha costado la pérdida para el PSOE de casi todo el territorio español en las elecciones recientes…
…Hay razones electorales para matizar cifras y están en el grado de impopularidad que significa que “el Presidente del empleo” dejó a millones sin empleo en un país en donde trabajar es parte de nuestra naturaleza humana y en donde no tener trabajo es una tragedia no sólo económica o doméstica, sino de dignidad, orgullo, valoración… porque “se es alguien” cuando se tiene trabajo; cuando no, se es menos que un cero social… Las cifras oficiales ocultan la realidad del país en donde cada día hay más subempleados en actividades como la de la venta callejera o como la de servicios que nada tienen que ver con la capacitación o el nivel académico de la gente: Vendedores ambulantes, representantes de tal o cual producto, taxistas, vendedores de piratería, cantantes de metro o metrobús, gente que pide monedas… la delincuencia tiene orígenes en esa misma tragedia.

El país necesita esa mano de obra para crecer y transformarse en un país productivo, con capacidad de darles a sus trabajadores eso, trabajo, y en donde el decoro del empleo deje de ser una cifra para pasar a ser un compromiso cumplido.

El país necesita un gobierno que se ocupe de generar trabajo productivo, no chambas ni aviadurías; empresarios que dejen de pensar en sus corbatas de seda para ser hombres de empresa y no ambiciosos negociantes del trabajo ajeno.
¿El señor Javier Lozano se ha ocupado de ello? ¿Los gobernadores de todos los estados, de cualquier partido político se han esforzado? ¿Los legisladores están atentos a la tragedia de mucho más de esos 2.6 millones de mexicanos que guardan resabios por lo injusto de su situación?

¿El presidente Calderón dejará su sonrisa interminable para arremangarse y ponerse a trabajar en un trabajo para el que le pagamos? ¿Han tomado nota de las miles de cartas que reciben todos los días, desde el desempleo? Vaya, pues, que todos tienen vela en este entierro laboral. A ver quién levanta la mano para dar respuestas de a de veras.


jhsantiago@prodigy.net.mx

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