Hay algo que hace desagradable a Moreira.
Puede ser su enfoque medieval, que se generaliza en Mexico, donde el poder se convierte en una cuestión de familia, así el que viene atrás respetará al hermano por muchos estropicios que haya cometido, aunque todo puede convertirse en tragedia bíblica o griega, el hermano matando al hermano para quedarse con el reino, aunque o porque el reino se vea cubierto por nubarrones negros que presagian tempestad.
No parece ser el caso, parece una familia bien avenida y ya colocaron al nuevo hermano en el aparto de poder y no le sorprenda que en el futuro también gobierne el estado, finalmente no hay que sorprenderse de algo así, lo hicieron los Cárdenas en Michoacán, donde ya han gobernado cuatro miembros de la familia, y donde mismo los Calderón intentan reproducir el esquema, lanzando a la primera hermana con todo el peso del Estado.
El caso es que existe la duda si acaso Moreira lograra alargar el asunto de la deuda hasta la elección presidencial, movilizando a las huestes priistas para frenar a Calderón que intenta arruinarlos con un asunto tan menor, finalmente solamente se trata de unos 3 mil millones de dólares. Es claro que el último año del gobierno el presidente se enfrentará un partido dispuesto a hacerlo fracasar para inclinar la elección a su favor por lo que puede negociar cualquier cosa.
Moreira apostara todo su tanto que no es poco, a que el PRI gane la elección y le perdone los pecadillos, así no descartemos que el gobierno federal salve a Coahuila con un gran plan de reestructuración de deuda y todos contentos, el nuevo Moreira administra la nueva abundancia y refuerza la presencia de la familia.
La otra cosa que desagrada de Moreira es una aparente historia de corrupción que se oculta con dificultad. Ahí está el caso de su colaborador, que de una existencia muy modesta aparece como gran empresario bi-nacional de medios de comunicación y bienes raíces. En la escaramuza legal, se ha librado porque al parecer la acusación está mal dirigida, habiendo la posibilidad de que no intenten afectarlo en sus intereses económicos sino en la posición política, después de todo, los políticos se comportan como facinerosos que perdonan los pecadillos del otro con la esperanza de recibir un trato similar en caso de ser descubiertos.
Por su parte Cordero, actúa simultáneamente como candidato y funcionario público, este binomio no llama a engaño. Es claro que piensa que los puntos que gane como funcionario los gana como candidato, aunque la mente de la gente no es tan simple, va bajísimo en las encuestas. El primer paso fue denunciar el endeudamiento escandaloso de Coahuila, después anunció que presentaría una denuncia penal, contra quien resulte responsable, porque dice tener las evidencias de fraude. ¿Por qué entonces no dirigió la artillería legal contra los responsables del fraude? Si los tiene es culpable de omisión, si nos tiene, ¿por qué abrió la boca? Y tengo la duda si acaso presentó la demanda, merecemos saber el estatus de la misma. En el caso del colaborador enriquecido de Moreira sabemos que fue a la Procuraduría y se negó a declarar, imagino que evitó que lo detuvieran y lo presentaran a declarar, lo que es inocuo, pero bien manipulado, y eso lo ha ejercido muy bien el gobierno de Calderón, da la imagen de culpabilidad.
Si Cordero es serio –y tengo mis muy serias dudas que lo sea- debe implantar una revisión muy seria sobre los endeudamientos en los estados y municipios y actuar en contra de todos los que hayan actuado inapropiadamente, aunque resulten de su partido.
Este es el prolegómeno de una campaña electoral que anuncia ser en extremo sucia, no porque se denuncien malos manejos, sino porque se tira excremento al ventilador, con la esperanza que salpique al contrario, pero sin la menor consecuencia legal. Y luego los políticos se preguntan por qué es que la sociedad les ha perdido la confianza.
Aunque no se me da por el optimismo, muy en el fondo espero que nos sorprendan. Que las demandas se procesen y enjuicien a los culpables del percibido como desastre financiero en Coahuila, aunque se lleven entre las patas a Moreira, lo que por cierto le servirá al PRI, porque le permitirá poner a un presidente de partido con mejor imagen y menor cola que le pisen. Algo ha sucedido en Oaxaca donde hay funcionarios renunciados y detenidos, no así en Puebla, pero tampoco se puede pedir tanto.
Mientras tanto será hora que Cordero decida que quiere ser y actúe en consecuencia. Y el PRI…, para que darle consejos, hace mucho no escuchan a la sociedad.
Mientras tanto pobre país, la economía de caída, la política en el suelo y con estos políticos enfrenta el futuro.
Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com
Puede ser su enfoque medieval, que se generaliza en Mexico, donde el poder se convierte en una cuestión de familia, así el que viene atrás respetará al hermano por muchos estropicios que haya cometido, aunque todo puede convertirse en tragedia bíblica o griega, el hermano matando al hermano para quedarse con el reino, aunque o porque el reino se vea cubierto por nubarrones negros que presagian tempestad.
No parece ser el caso, parece una familia bien avenida y ya colocaron al nuevo hermano en el aparto de poder y no le sorprenda que en el futuro también gobierne el estado, finalmente no hay que sorprenderse de algo así, lo hicieron los Cárdenas en Michoacán, donde ya han gobernado cuatro miembros de la familia, y donde mismo los Calderón intentan reproducir el esquema, lanzando a la primera hermana con todo el peso del Estado.
El caso es que existe la duda si acaso Moreira lograra alargar el asunto de la deuda hasta la elección presidencial, movilizando a las huestes priistas para frenar a Calderón que intenta arruinarlos con un asunto tan menor, finalmente solamente se trata de unos 3 mil millones de dólares. Es claro que el último año del gobierno el presidente se enfrentará un partido dispuesto a hacerlo fracasar para inclinar la elección a su favor por lo que puede negociar cualquier cosa.
Moreira apostara todo su tanto que no es poco, a que el PRI gane la elección y le perdone los pecadillos, así no descartemos que el gobierno federal salve a Coahuila con un gran plan de reestructuración de deuda y todos contentos, el nuevo Moreira administra la nueva abundancia y refuerza la presencia de la familia.
La otra cosa que desagrada de Moreira es una aparente historia de corrupción que se oculta con dificultad. Ahí está el caso de su colaborador, que de una existencia muy modesta aparece como gran empresario bi-nacional de medios de comunicación y bienes raíces. En la escaramuza legal, se ha librado porque al parecer la acusación está mal dirigida, habiendo la posibilidad de que no intenten afectarlo en sus intereses económicos sino en la posición política, después de todo, los políticos se comportan como facinerosos que perdonan los pecadillos del otro con la esperanza de recibir un trato similar en caso de ser descubiertos.
Por su parte Cordero, actúa simultáneamente como candidato y funcionario público, este binomio no llama a engaño. Es claro que piensa que los puntos que gane como funcionario los gana como candidato, aunque la mente de la gente no es tan simple, va bajísimo en las encuestas. El primer paso fue denunciar el endeudamiento escandaloso de Coahuila, después anunció que presentaría una denuncia penal, contra quien resulte responsable, porque dice tener las evidencias de fraude. ¿Por qué entonces no dirigió la artillería legal contra los responsables del fraude? Si los tiene es culpable de omisión, si nos tiene, ¿por qué abrió la boca? Y tengo la duda si acaso presentó la demanda, merecemos saber el estatus de la misma. En el caso del colaborador enriquecido de Moreira sabemos que fue a la Procuraduría y se negó a declarar, imagino que evitó que lo detuvieran y lo presentaran a declarar, lo que es inocuo, pero bien manipulado, y eso lo ha ejercido muy bien el gobierno de Calderón, da la imagen de culpabilidad.
Si Cordero es serio –y tengo mis muy serias dudas que lo sea- debe implantar una revisión muy seria sobre los endeudamientos en los estados y municipios y actuar en contra de todos los que hayan actuado inapropiadamente, aunque resulten de su partido.
Este es el prolegómeno de una campaña electoral que anuncia ser en extremo sucia, no porque se denuncien malos manejos, sino porque se tira excremento al ventilador, con la esperanza que salpique al contrario, pero sin la menor consecuencia legal. Y luego los políticos se preguntan por qué es que la sociedad les ha perdido la confianza.
Aunque no se me da por el optimismo, muy en el fondo espero que nos sorprendan. Que las demandas se procesen y enjuicien a los culpables del percibido como desastre financiero en Coahuila, aunque se lleven entre las patas a Moreira, lo que por cierto le servirá al PRI, porque le permitirá poner a un presidente de partido con mejor imagen y menor cola que le pisen. Algo ha sucedido en Oaxaca donde hay funcionarios renunciados y detenidos, no así en Puebla, pero tampoco se puede pedir tanto.
Mientras tanto será hora que Cordero decida que quiere ser y actúe en consecuencia. Y el PRI…, para que darle consejos, hace mucho no escuchan a la sociedad.
Mientras tanto pobre país, la economía de caída, la política en el suelo y con estos políticos enfrenta el futuro.
Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario