México DF. Con la finalidad de reflexionar sobre la forma en que el
neoliberalismo repercute en las sociedades de América Latina, la
doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Toronto, Verónica
Schild, impartió ayer la conferencia "Las dos caras del Estado
Neoliberal Latinoamericano: una aproximación desde el feminismo
crítico".
¿Qué pasa con las mujeres que se están organizando en los movimientos sociales que se dan en diferentes sectores como el obrero y el campesino? Es la pregunta que desde la década de los 80 llevó a Verónica Schild a pensar el feminismo como la forma de reivindicar a las mujeres en el contexto político, social y moral del neoliberalismo en América Latina.
Durante la conferencia impartida en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social de esta ciudad, la experta mencionó que la neoliberalización se lleva a cabo en dos ámbitos: el social, que es donde más se ha estudiado, y en el Estado, que significa, dijo, "la subcontratación para delegar los quehaceres del Estado bajo los principios de eficiencia, autonomía y competitividad".
Con esta premisa, abundó, surge el concepto del "Estado facilitador" al que definió como "una etapa más actual del Estado de Bienestar Neoliberal", cuyas responsabilidades sociales son menores dado que "lo peor que puede hacerse es generar dependencias".
Es por ello que, en este nuevo Estado se ha incrementado el número de personas dedicadas a implementar los programas sociales, mediante una alianza entre el Estado y la sociedad civil, que surgen como método para proveer a los más desposeídos. "¿Y quiénes son quienes llevan a cabo estos programas? las mujeres", indicó Schild.
En este sentido, destacó la importancia de la participación de las mujeres en las sociedades latinoamericanas modernas, en las que aseveró se ha instaurado un "Neoliberalismo maduro" propuesto como la etapa actual del capitalismo y que se deja ver como un mecanismo basado en las exigencias y capacidades para ser ejecutores o ejecutoras, puesto que la mayor parte de estos empleos son desempeñados por mujeres- implementadoras y evaluadoras de dichos programas, siempre en un contexto laboral que resulta precario en sus condiciones y recursos económicos.
Sin embargo, la otra cara del "Estado cuidador" como Schild le llamó, es la del "puño de hierro con guante blanco" que reprime a los movimientos sociales surgidos ante la precariedad de las condiciones de trabajo, no sólo para las mujeres, sino para todas las personas. Así, el "Estado cuidador", mismo que criminaliza la pobreza, es también un "Estado castigador".
Finalmente, la experta, quien se desempeña como profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Western Ontario, en Canadá, habló de la "refeminización de América Latina", es decir, la feminización del Estado de Bienestar Neoliberal que significa "un aumento en la participación de las mujeres en las actividades no sólo productivas, en los niveles de ejecución e implementación, sino también intelectuales en cualquier ámbito de laboral y un gran progreso en materia de derechos de las mujeres".
¿Qué pasa con las mujeres que se están organizando en los movimientos sociales que se dan en diferentes sectores como el obrero y el campesino? Es la pregunta que desde la década de los 80 llevó a Verónica Schild a pensar el feminismo como la forma de reivindicar a las mujeres en el contexto político, social y moral del neoliberalismo en América Latina.
Durante la conferencia impartida en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social de esta ciudad, la experta mencionó que la neoliberalización se lleva a cabo en dos ámbitos: el social, que es donde más se ha estudiado, y en el Estado, que significa, dijo, "la subcontratación para delegar los quehaceres del Estado bajo los principios de eficiencia, autonomía y competitividad".
Con esta premisa, abundó, surge el concepto del "Estado facilitador" al que definió como "una etapa más actual del Estado de Bienestar Neoliberal", cuyas responsabilidades sociales son menores dado que "lo peor que puede hacerse es generar dependencias".
Es por ello que, en este nuevo Estado se ha incrementado el número de personas dedicadas a implementar los programas sociales, mediante una alianza entre el Estado y la sociedad civil, que surgen como método para proveer a los más desposeídos. "¿Y quiénes son quienes llevan a cabo estos programas? las mujeres", indicó Schild.
En este sentido, destacó la importancia de la participación de las mujeres en las sociedades latinoamericanas modernas, en las que aseveró se ha instaurado un "Neoliberalismo maduro" propuesto como la etapa actual del capitalismo y que se deja ver como un mecanismo basado en las exigencias y capacidades para ser ejecutores o ejecutoras, puesto que la mayor parte de estos empleos son desempeñados por mujeres- implementadoras y evaluadoras de dichos programas, siempre en un contexto laboral que resulta precario en sus condiciones y recursos económicos.
Sin embargo, la otra cara del "Estado cuidador" como Schild le llamó, es la del "puño de hierro con guante blanco" que reprime a los movimientos sociales surgidos ante la precariedad de las condiciones de trabajo, no sólo para las mujeres, sino para todas las personas. Así, el "Estado cuidador", mismo que criminaliza la pobreza, es también un "Estado castigador".
Finalmente, la experta, quien se desempeña como profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Western Ontario, en Canadá, habló de la "refeminización de América Latina", es decir, la feminización del Estado de Bienestar Neoliberal que significa "un aumento en la participación de las mujeres en las actividades no sólo productivas, en los niveles de ejecución e implementación, sino también intelectuales en cualquier ámbito de laboral y un gran progreso en materia de derechos de las mujeres".
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