Escrito por Monitoreo Informativo
Patricia Muñoz Ríos
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de julio de 2012, p. 42
Miércoles 11 de julio de 2012, p. 42
Al inicio de este gobierno, con el
salario mínimo se podían adquirir 9 kilogramos de tortillas y a abril
de 2012 con esta misma remuneración los obreros adquieren menos de 5
kilos de este alimento, es decir, 4 kilogramos menos. Del mismo modo,
en el año 2000, con el mínimo se podían comprar 61 bolillos, mientras
este año sólo alcanza para comprar alrededor de 30, es decir, la mitad
que antes.
Un informe del Centro de Análisis
Multidisciplinario del Instituto de Investigaciones Económicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detalla lo anterior y
señala que el empobrecimiento de los trabajadores mexicanos se ha dado
por varias vías: la primera por la contención salarial a que ha sido
sometida la clase obrera, y la segunda por el crecimiento exponencial
de los precios de los productos básicos.
Indica que hoy los trabajadores pueden
comprar casi 30 por ciento menos de básicos que al inicio del régimen
calderonista, y se ha tenido que incorporar a más miembros de la
familia a actividades laborales, a fin de poder llevar alimentos a esos
hogares.
El documento añade que en el sexenio de
Felipe Calderón el consumo de leche para los obreros que ganan el
mínimo se ha reducido a la mitad, por lo que a la par del
empobrecimiento se está dando una falta de nutrientes básicos en las
mesas de los trabajadores.
Apunta, por ejemplo, que el sector
laboral mexicano ha visto caer el consumo de frijol en 417 por ciento;
de leche, en 305 por ciento; de huevo, en 193, y piezas de pan en 663
por ciento.
El deterioro de las condiciones
laborales y de vida en México se evidencia con la disminución del
tiempo en que empresarios y gobiernos obtienen el salario de sus
trabajadores. En el país los patrones pagan el salario mínimo con sólo
nueve minutos de labor de los trabajadores, indica el informe elaborado
por Luis Lozano Arredondo y los economistas Irma Otero, Javier A.
Lozano, David A. Lozano, Jaime Vázquez, David Moctezuma y Nubia Conde.
La caída del poder adquisitivo en
México ha enfrentado a muchas familias a la necesidad de incorporar a
otro miembro de la familia al mercado laboral para poder completar la
compra de alimentos y tratar de solventar los gastos de vestido, salud,
educación, vivienda y transporte. Esto es porque los obreros requieren
ya no de ocho horas de trabajo para adquirir la canasta básica, sino de
25 horas con 21 minutos para poder adquirir los alimentos de la canasta
alimentaria recomendable.
También indica que la pérdida acumulada
de poder adquisitivo de los salarios es de 72.40 por ciento. En otras
palabras, por cada peso que aumentó el salario mínimo en la zona
geográfica A, subió 7 pesos el precio total de lo que cuesta la canasta
alimentaria.
Al proceso de explotación de los
trabajadores del campo y la ciudad se adiciona la subcontratación,
modalidad legitimada por los gobiernos y partidos políticos, por lo que
no sólo el empresario capitalista no respeta las condiciones laborales,
sino que los gobiernos hacen uso de ésta para no otorgar las
prestaciones de ley.
El Gobierno del Distrito Federal, por ejemplo, tiene una plantilla sindicalizada con 100 mil trabajadores, pero hay 150 mil por honorarios, que fueron contratados directa o indirectamente, concluye el informe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario