Diariamente
caen muchos jóvenes en México. Unos caen en las redes del narcotráfico
y de otras formas de criminalidad que les ofrecen la oportunidad de
ingreso económico y falso desarrollo que el sistema vigente les niega
de manera tajante. Día a día hay reportes de jóvenes virtualmente
anónimos que son secuestrados, torturados y asesinados o, en el mejor
de los casos, largamente encarcelados bajo graves acusaciones. De los
que mueren suele no quedar más que un registro fugaz, condenado casi
todo aquel que fallece en un incidente violento de este tipo a ser
tirado y olvidado en una suerte de gran fosa común que no merece
investigaciones judiciales ni algún intento de justicia, porque se
asume que quien es ultimado con armas de fuego y en circunstancias
oscurases un daño colateral o formaba parte de los cárteles en pleito entre ellos o contra las fuerzas gubernamentales armadas.
Tan lamentable como esos múltiples casos cotidianos (incluyendo,
desde luego, a los jóvenes a quienes su patria no fue capaz de darles
mejor opción que la delincuencia, convertidos muchos de ellos en
verdaderos monstruos de crueldad) es el de José Eduardo, el hijo mayor
de Humberto Moreira, el ex gobernador de Coahuila y ex presidente
nacional del PRI. Siendo coordinador regional en asuntos de desarrollo
social del gobierno que ahora encabeza su tío, Rubén Moreira, el joven
Eduardo fue atacado con armas de fuego en las inmediaciones de un ejido
de Ciudad Acuña.
Dada la relevancia del padre, este asesinato ha conmovido a buena
parte de la clase política, entre condolencias, enojos y
especulaciones. Al mismo tiempo, ese hecho ha puesto nuevamente de
relieve la polarización que se vive en el país e incluso el asomo de un
profundo resentimiento social que llega al extremo de no condenar ni
expresar pena por un asesinato así, al ligarlo con las circunstancias
políticas del país, y de Coahuila, en las que la familia Moreira ha
tenido un papel destacado.
La resonancia (no hay pruebas de que también el móvil) del asesinato
del joven José Eduardo está ligada al contexto político de su padre (de
otra manera, habría sido uno más de los crímenes silenciosos y
silenciados de todos los días). Y ese contexto es de fuertes
claroscuros. Por un lado, el ex gobernador dejó una pesada deuda
pública en la entidad, lo que aunado a acusaciones de corrupción entre
funcionarios muy cercanos a él mantiene una viva irritación social. Por
otra parte, heredó el cargo a su hermano Rubén mediante fórmulas de
compra de voto similares a las practicadas este año. Humberto Moreira
fue parte fundamental del
sindicatode gobernadores priístas que sustentaron, promovieron y financiaron la precampaña de EPN en busca de la candidatura presidencial y, luego, la propia campaña y en especial el muy oneroso operativo mercantil de defraudación electoral extracasillas. Como representante de ese
sindicato, Humberto fue instalado en la presidencia nacional del PRI, en una maniobra que además cubría ciertas apariencias, al dejar la gubernatura en manos de un manipulable interino que sería quien entregaría el poder al hermano Rubén, evitando la fotografía escandalosa del traspaso de mando entre consanguíneos directos.
En
otra faceta, los Moreira han librado una prolongada batalla contra el
panismo (al que fueron retirando de posiciones en ayuntamientos y el
Congreso estatal) y en particular contra el calderonismo y su
representante estatal, el ex senador Guillermo Anaya, quien es activo
compadre del ocupante de Los Pinos. Como gobernador, Humberto criticó
duramente el comportamiento de Vicente Fox y sus funcionarios en
relación con la muerte de mineros en Pasta de Conchos y, años después,
aseguró que el compadre Anaya estaba relacionado con el narcotráfico.
Rubén, como diputado federal, dijo en marzo de 2010 que Calderón
ejercía la presidencia de la República de manera espuria, no legítima,
pues no había ganado las elecciones. También señaló que el michoacano
había rendido protesta entrando al Congreso
por la puerta de atrásy que en ese 2010
gobernabaentre guardaespaldas,
encerraditoen la residencia oficial.
La guerra partidista-electoral, los enconos grupales y el creciente
desafecto entre el ocupante de Los Pinos y los hermanos que se
apoderaron políticamente de Coahuila y se aseguraron impunidad y fuerza
sexenal con Peña Nieto, tuvieron consecuencias naturales en el
ejercicio de gobierno, confrontando con mucha frecuencia las posiciones
de lo federal y lo estatal, y particularmente en el terreno de la
delincuencia organizada y su forma de combate a través de fuerzas
locales o nacionales.
Como si fuera una guerra entre cárteles políticos, Coahuila
se ha visto sumida en una larga pesadilla sangrienta en la que
pareciera que uno de los grupos de delincuencia organizada ha contado
con el respaldo de las autoridades locales y que desde el plano central
se atacaba a ese grupo dominante y a los políticos protectores, no sólo
mediante las fuerzas oficiales de combate del narcotráfico sino que
incluso hubo acometidas de bandos delictivos que coincidieron con
momentos políticos importantes de los Moreira. Por ejemplo, mientras
Humberto tomaba protesta como presidente nacional del PRI en Querétaro,
en marzo del año pasado, en Saltillo ocurría una balacera que forma
parte de las que continuamente se viven en esa capital y en las
principales ciudades del estado, marcadamente en Torreón. El propio
gobernador Rubén Moreira sufrió amagos violentos y tuvo que fortalecer
la vigilancia en su entorno.
En ese contexto envenenado, con las fuerzas federales sujetas a sostenida desconfianza de parte de las autoridades locales, con cárteles
desatados y vengativos, con la gran corrupción y el nepotismo
estatales, y en medio de la gran descomposición nacional, el asesinato
del joven José Eduardo es una lamentable desgracia que forma parte de
un todo que demanda claridad, justicia y que no haya más jóvenes
impunemente asesinados ni una sociedad que genere las condiciones para
ver caer diariamente a otros más. ¡Hasta el próximo lunes!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Parece que existe una alegoría trágica en los sucesos de ayer. Mientras en Los Pinos Felipe Calderón hacía una presentación de
su legadoen materia de seguridad a Enrique Peña Nieto, corría en las redes la noticia de que había sido encontrado el cadáver del hijo mayor del ex presidente nacional del PRI Humberto Moreira, personaje muy cercano al hoy presidente electo. ¿Cuál legado, entonces? La verdad es que dentro de ocho semanas heredará un país al que hundió en un borbollón de sangre.
Sería de mal gusto hacer una referencia a las circunstancias que
motivaron la renuncia del señor Moreira a la presidencia del PRI. Esta
sección se ha ocupado del tema antes. Sin embargo, es inevitable
mencionar que la lección que debería extraerse de los sucesos es que
impunidad no equivale a inmunidad. Tan vulnerables son los ciudadanos
de a pie como los miembros de las familias poderosas, aun cuando se
rodeen con equipos de seguridad supuestamente imbatibles. Es un dolor
el luto por el golpe del crimen para todos. Algunas versiones que
circulan en Coahuila ligan el asesinato con uno de los jefes de Los Zetas.
El caso ya está en el escritorio de la procuradora Marisela Morales,
donde tantos otros duermen siesta prolongada. Ojalá el señor Moreira no
tenga que vivir el dolor inimaginable que han sufrido miles de
mexicanos durante el calderonismo: la incapacidad de las autoridades
para desentrañar un crimen. Este es el México apesadumbrado, herido,
impotente, que deja el
presidente muerte. No es superfluo tampoco recordar que los gobernadores y ex gobernadores de todos los partidos –incluyendo los de Coahuila– son corresponsables.
Efectos colaterales
Además de no pagar impuestos, la venta de la cervecería
Corona hizo que el país perdiera el lugar que tenía entre las marcas
más valiosas del mundo. El Grupo Modelo recibió 20 mil 100 millones de
dólares para que la firma internacional AB InBev se hiciera cargo de
100 por ciento de las acciones. Corona era la única marca nacional en
el Top 100 de The Best Global Brands 2012, que elabora la consultora
Interbrand. Así que al pasar a otras manos, México, como país, dejó de
figurar en esa clasificación. Lo que sigue es que junto con Pemex
entreguen de pilón el Palacio de Bellas Artes.
Los pelones
Cada año se gasta mucho dinero en remedios para la
calvicie, desde fórmulas mágicas ampliamente promovidas por la
televisión para que vuelva a crecer el cabello hasta peluquines.
Todavía no se inventa un peluquín que no se vea como peluquín.
Históricamente los pelones no quieren verse pelones; incluso la leyenda
dice que Sansón perdió su fuerza cuando la pérfida Dalila lo dejó sin
su cabellera. Tal vez ahí nació el mito de que mucho pelo es sinónimo
de gran vigor. Sin embargo, un estudio de la Wharton de la Universidad
de Pensilvania –y no me estaría refiriendo a un tema aparentemente
banal si no fuera porque el reporte es de esta escuela de negocios que
según algunos otros reportes ya desbancó a Harvard– indica que la
calvicie es símbolo de poder. Incluso algunos ejecutivos del mundo de
los negocios están optando por raparse, por ejemplo el presidente de
General Motors, Daniel Akerson. La pelona, no sé si esta bien usado
este término –mejor me refugio en el tradicional, la calvicie–, se
percibe como un símbolo de dominio y mayor potencial de liderazgo. En
México, como ustedes saben, tenemos a un pelón que no canta mal las
rancheras.
Convocados por estudiantes
que conforman el #YoSoy132-Colmex, un grupo de profesores (que tuvimos
alguna participación en el ME68) participamos en un seminario en el
Colmex (el primero de octubre) para conversar sobre ambos movimientos
estudiantiles. Estuvimos Guillermo Palacios, Ariel Rodríguez, Gustavo
Garza, Lorenzo Meyer, Sergio Aguayo y yo. Fue un diálogo amplio con los
estudiantes. Nosotros expresamos nuestra visión del movimiento
estudiantil del 68 (ME68), y algunos lo comparamos con el #Yosoy132
(véase en la gráfica el crecimiento del estudiantado universitario).
Los estudiantes expresaron sus dudas y preocupaciones en torno, sobre
todo, al qué hacer, al cómo vincularse con la población no estudiantil.
Para preparar mi intervención revisé algunos de los capítulos del libro
Voces y ecos del 68 (Porrúa), compilado por Salvador Martínez Della Rocca (El Pino). En particular releí, con enorme placer, el de Armando Bartra Tiempo de jóvenes que escribe frases tan memorables como (tomo extractos y los pego a discreción):
Brillante,
como siempre, el calderonato hizo un descubrimiento científico que,
para bien, cambiará el curso de México, con ganas de que su impacto sea
pleno y positivo en el resto de la humanidad. Tras sesudo análisis y
miles de pruebas de campo que acreditaron su hallazgo, el gobierno
informó, urbi et orbi, que la mayoría de los mexicanos
sobrevive en la estrechez económica, la pobreza o, de plano, en la
miseria, no por carecer de ingreso o formar parte del circuito de
raquitismo salarial impuesto en el país, sino como resultado de que
el ahorro no está dentro de sus hábitos.
El encargado de divulgar el histórico descubrimiento fue el
mismísimo secretario calderonista de Educación Pública, José Ángel
Córdoba, quien sobre el tema abundó:
hoy sabemos, por estudios de instituciones bancarias que, por ejemplo, aproximadamente sólo uno de cada cinco hogares lleva un registro de gastos o planea qué hacer con sus ingresos, cómo pagar sus deudas y cuánto ahorrar, (pero) sabemos que el ahorro no forma parte importante de los hábitos familiares y que la mayoría de la población carece de una visión de mediano y largo plazos en asuntos relacionados con las finanzas.
Así es: a los mexicanos derrochadores les sobra el dinero, lo
despilfarran a manos llenas, de tal suerte que no ahorran porque de
plano no se les pega la gana, de acuerdo con la tesis gubernamental
difundida por Córdova, la cual fue suscrita por otro organismo público,
la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de
los Servicios Financieros (Condusef), el cual sostiene que “la escasa
costumbre del ahorro es una constante entre la población mexicana, lo
que la limita en caso de enfrentar una contingencia… Ahorrar es el
primer paso para alcanzar las metas y consiste en guardar una parte del
ingreso hoy para utilizarlo mañana… Adoptar el hábito del ahorro
serviría para fines como alcanzar metas de corto y mediano plazos;
contar con un capital para invertir y lograr metas de largo plazo, así
como crear un fondo para emergencias que permita afrontar los daños
económicos de un imprevisto, sin dejar a un lado los gastos cotidianos
o mermar el ahorro destinado para alcanzar los objetivos”.
¡Haberlo dicho antes! Los más destacados estudiosos de la realidad
social del país insisten, un día sí y el siguiente también, en que el
grueso de los mexicanos sobrevive en la estrechez económica, la pobreza
o la miseria, y que este tétrico inventario crece a paso veloz según
pasan los años, aumentan los discursos y transcurren los sexenios,
cuando la realidad es totalmente distinta, según el gobierno
calderonista. Si no ahorran es porque no tienen
costumbrede hacerlo, y carecen de
una visión de mediano y largo plazos en asuntos relacionados con las finanzas.
¡Eureka!, celebra el calderonato, pues con tal hallazgo tira al bote
de la basura la propia estadística gubernamental que documenta que el
ingreso del 67.4 por ciento de los mexicanos ocupados (32.7 millones de
personas) fluctúa entre cero y tres salarios mínimos diarios, como
máximo, es decir, de cero a 180 pesos. Además, dicha estadística da
cuenta de 57 millones de pobres y miserables (al cierre de 2010),
aunque algunos centros académicos estiman que al cierre del presente
sexenio ese número se eleve a 60 millones. Entonces, el problema no es
la carencia de ingreso o el raquitismo salarial, sino que ninguno de
ellos
acostumbraahorrar, ni se esmera por incrementar su cultura financiera.
De
acuerdo con la estadística del Inegi, poco más de 4 millones de
mexicanos no reciben ingreso, a pesar de ser considerados personas con
ocupación (con empleo si se tratara del sector formal de la economía);
6.75 millones adicionales obtienen hasta un salario mínimo (hasta mil
800 pesos mensuales); el ingreso de 11.33 millones más va de uno a dos
salarios mínimos (de mil 800 a 3 mil 600 pesos) y otros 10.56 millones
obtienen de dos a tres salarios mínimos (de 3 mil 600 a 5 mil 400
pesos). Entonces, bajo el criterio gubernamental, después de cubrir lo
mínimo indispensable (alimentación, vivienda, transporte, vestido,
salud, educación), a esos mexicanos le sobra una catarata de dinero que
se niegan a ahorrar, producto de sus malos hábitos y de su escasa
cultura financiera.
Un documento reciente de la ONU (Misión a México),
elaborado por el relator especial de ese organismo internacional sobre
el derecho a la alimentación, Olivier de Schutter, documentó que en
México
no se cumple el mandato constitucional de que el salario mínimo esté en conformidad con el costo de la canasta básica; en la actualidad, el salario mínimo medio interregional supone menos de la mitad de lo que se necesita para superar el umbral de la pobreza, y es bastante inferior a lo que representaría un sueldo vital, el cual debería ofrecer una renta que permita a los trabajadores vivir y asegurar la vida de sus familias, con arreglo a lo dispuesto en los artículos 6 y 7 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales(ratificado por el gobierno mexicano). La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, junto con las representaciones patronal y obrera, incumple sus deberes constitucionales y las normas internacionales de derechos humanos, lo cual no se justifica por el hecho de que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social no haya logrado que se cumplan adecuadamente las prescripciones de la legislación laboral.
¿Qué pensará el relator especial de la ONU, Olivier de Schutter,
cuando se entere de que su informe está totalmente equivocado, pues el
gobierno calderonista descubrió que el problema de los mexicanos no es
la carencia o la insuficiencia de ingreso, sino la ostentosa falta de
ahorro? Esperemos que tal personaje no tome medidas extremas por la
obvia depresión que le causará saber que estaba profundamente
equivocado, que lo que vio y documento no existe, y que los mexicanos
ganan tanto y lo derrochan más, que hasta se les olvida ahorrar (por
cierto, algunos equivocadamente piensan que se ahorran los excedentes,
nunca los faltantes).
En síntesis, con gobiernos así para qué quieren los mexicanos enemigos.
Las rebanadas del pastel
¡Alegraos!, mexicanos incrédulos, que ahora les van a
modernizarla madre de todas las empresas del país, Petróleos Mexicanos, y es tal la urgencia que desde ahora los muchachos de Peña Nieto reparten frases de colección:
está al alcance de la mano la reforma energética que abrirá Pemex al capital privado en 2013, pero no hay planes para privatizarla paraestatal (Luis Videgaray, en declaraciones al Wall Street Journal)…
No se trata de privatizar Pemex sino, con imaginación, combinar capital público y privado (y) romper mitos que tienen atavismos históricos mal interpretados(David Penchyna, presidente de la Comisión de Energía del Senado de la República).
Hace justo tres años la
justicia de Estados Unidos condenó a 40 meses de prisión a Bradley
Birkenfeld, ex funcionario del gigante bancario suizo UBS, quien ayudó
a descubrir una importante red de evasión de impuestos: empleados del
citado banco ayudaban a clientes millonarios del país del norte a
ocultar el dinero que poseían con la finalidad de que no le pagaran al
fisco.
Bradley Birkenfeld trabajó en 2007 como informante para las
autoridades estadunidenses que investigaban la forma como UBS participó
en armar la estrategia que hizo posible mover ilegalmente miles de
millones de dólares. El banco no tuvo más remedio que admitir que sus
empleados la armaron a gusto de los clientes a fin de posibilitarles la
evasión fiscal.
El concierto que Caifanes
ofrecerá este domingo 7, más otros que cerrarán la gira de rencuentro
que esta emblemática banda mexicana inició en el Vive Latino 2011, fue
el pretexto para una cálida charla con Alejandro Marcovich, quien
abordó temas que lo inquietan en este nuevo periplo.
Marcovich se nota alegre, sereno, con muchas ganas de trabajar,
estable de salud, tras haberle sido extraído un tumor cerebral en 2010,
hecho que lo marcó para
saber aprovechar cada momento, vivir plenamente. Los reflectores suelen acaparar al cantante y letrista Saúl Hernández, alma del grupo, pero la clave sonora de Caifanes a partir de su segundo álbum (Caifanes Volumen 2, 1990, conocido como El diablito), está en el estilo de este guitarrista, quien sumó las cadencias del son mexicano y los ritmos latinoamericanos a la distorsión urbana de una generación. El reto ahora es trascender la nostalgia.
En una entrevista con The Wall Street Journal,
el coordinador del equipo de transición de Enrique Peña Nieto, Luis
Videgaray, aseguró que la posibilidad de abrir las puertas de Petróleos
Mexicanos a la inversión privada está
al alcance de la mano; indicó que la administración federal entrante presentará al Congreso la iniciativa de reforma correspondiente y previó que
con suerte, la haremos a principios del próximo año. Por su parte, y de acuerdo con un reporte el grupo financiero Banamex Accival, Felipe Calderón envió un proyecto de modificaciones legislativas que permitiría una mayor participación de la inversión extranjera en las empresas del sector telecomunicaciones, que actualmente está restringida a 49 por ciento de las acciones con derecho a voto.
Urge restablecer el tejido social en la UACM
Los abajo firmantes, miembros
de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, preocupados por
los actos de violencia y la falta de una actitud democrática de las
autoridades de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
exhortamos a que el actual conflicto se resuelva de forma pacífica,
restableciendo el tejido social roto haciendo caso a la recomendación
de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal e instalando el
consejo universitario con quienes ganaron legítimamente, vía el voto
universitario.
Hugo
Chávez es, sin duda, el jefe de Estado más difamado en el mundo. Al
acercarse la elección presidencial del 7 de octubre, esas difamaciones
se tornan cada vez más infames, tanto en Caracas como en Francia y en
otros países. Atestiguan la desesperación de los adversarios de la
revolución bolivariana ante la perspectiva (que las encuestas parecen
confirmar) de una nueva victoria electoral de Chávez.
Después
de casi 18 años de que se instituyó la política de asignar subsidios a
través de programas direccionados a las familias más pobres del país,
como la panacea o la fórmula mágica para que éstas salieran de la
situación social en la que se encontraban, la realidad demuestra la
insuficiencia de estas medidas.
Los
procesos políticos nacen, crecen, se estabilizan y decaen. En ocasiones
consiguen fecundar procesos nacientes, mientras otros tienden a la
esclerosis. Sin pretender establecer leyes deterministas, la historia
de los procesos políticos sugiere que estas etapas o momentos se
suceden con cierta regularidad. Una década es un tiempo suficiente para
observar las grandes tendencias, al situarse en algún lugar intermedio
entre la coyuntura y el largo plazo.
Cuando
siento que te tengo huyes más rápido de lo que puedo seguirte. Me agoto
sin llegarte y me voy a la imaginación y mientras más gano en goce
contigo, más te alejas de mí, seguro porque la realidad tiene sus
límites y la imaginación es infinita. Diferencia de la que nacen las
penas que nos enloquecen, en esta vivencia en la que siento que algo
nos trasciende y somos portadores de una fuerza y un destino que nos
excita y alimenta los deseos de ser dos en uno.
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