Escrito por Jenaro Villamil
1.-“Lo
que usted debe hacer es trabajar, cumplir con su horario y no andar
quejándose. Si usted trabaja y no es floja siempre le va a ir bien”.
Así hablaba un conductor de cuyo nombre
no quiero acordarme, en Radio Red, el viernes 28 de septiembre, día
clave de la reforma antiempleo, rebautizada eufemísticamente como
“reforma laboral”.
El regaño de este conductor a una
señora de la audiencia que expresó su comentario en contra de la
iniciativa preferente de Felipe Calderón nos dio una muestra de la
operación de aplastamiento que se generó desde Los Pinos para hacerle
creer a las audiencias que se trataba de una reforma “por el bien de
México”.
Salvo
algunos espacios privilegiados, en radio comercial o en televisión
restringida, no hubo análisis y debate profundo sobre lo que se
discutía y aprobaba en San Lázaro. Lo mismo sucederá a partir de este
1 de octubre, cuando pretenden que el Senado apruebe fast track la reforma outsourcing.
2.-En 2010, Javier Lozano, el inefable
secretario del Trabajo de Felipe Calderón, propuso una iniciativa de
reforma laboral que incorporaba el outsourcing como una forma
de contratación legalizada. Los priistas se opusieron. Se rasgaron las
vestiduras. Los líderes sindicales que sólo actúan cuando ven
arriesgado su feudo de poder, vetaron la ley.
¿Por qué ahora, dos años después, sí la aprobaron? Es muy sencillo: se trata del primer gran acuerdo de la transición outsourcing que vivimos entre el sexenio de Calderón y el nonato gobierno de Enrique Peña Nieto que ya comenzó a dar “línea” en el Congreso.
Se trata del primer gran cobro de
factura que la Coparmex, sus ideólogos y “expertos” le han pasado a
Peña Nieto para demostrar si estará a la altura del apoyo convenenciero
que le dieron.
Calderón aprovechó la figura de
“iniciativa preferente” para entrampar a los priistas y vincularlos a
su propio ocaso sexenal. El, que prometió ser “el presidente del
empleo”, termina su mandato con los índices de desempleo más altos.
3.-El outsourcing se ha
generalizado en el país no como una forma de generar empleo sino de
precarizar el trabajo. En lugar de ser un derecho constitucional, el
trabajo digno, con salario justo, se ha convertido en un privilegio al
cual no tienen acceso la mayoría de los jóvenes que ingresan al mercado
laboral.
Un estudio realizado por la consultoría
Ernst & Young, cuya copia tienen los priistas, acredita el desastre
que ha significado la incorporación de este modelo. Más de 5,300
empresas operan como outsourcing en México. La mitad de estas
empresas no cumplen con sus obligaciones fiscales. Y más del 60 por
ciento de los empleados bajo esta figura duran sólo 3 a 12 meses en su
puesto de trabajo y no generan derechos como seguro social, aguinaldo y
menos reparto de utilidades.
La mayoría de las empresas de outsourcing ofrecen trabajos precarios como son los call center (desde
los que le llaman a usted para cobrarles algún crédito o débito
bancario hasta los que le inundan con publicidad a favor del gobierno
federal), empresas de seguridad (contratan a jóvenes sin experiencia
para hacerla de “guardias” o “vigilantes”), limpieza, pago de nómina,
servicios alimentarios y, por supuesto, trianguladores de fondos.
Existen cerca de 500 mil trabajadores en México que laboran bajo el esquema de outsourcing.
4.-Los legisladores del PRI mostraron
muy rápido el cobre en la sesión de la Cámara de Diputados. Frente a la
toma de tribuna que protagonizaron los legisladores de las izquierdas,
el presidente de la Mesa Directiva, Jesús Murillo Karam, ex gobernador
de Hidalgo y tutor especial del peñanietismo, decidió emular a los
viejitos de Los Muppets.
Las fotos publicadas en periódicos como Reforma, La Jornada y
en miles de espacios en la red no dejan lugar a dudas. Mañoso, Murillo
Karam “instaló” la tribuna en un palco. Degradó así la llamada “máxima
tribuna del país” que es la de la Cámara de Diputados.
Los priistas aplaudieron como si se
tratara de una medida genial para darle la vuelta a esos “revoltosos”
legisladores de las izquierdas, como le llamaron panistas y priistas a
los del PRD, PT y MC que tomaron la tribuna.
No repararon que con este hecho
degradaban la propia reforma laboral, considerada como una de las
“grandes reformas estructurales”.
5.-Lo peor es que esta reforma que será
discutida en el Senado –cámara revisora- es tan sólo un experimento de
lo que puede venir en el próximo gobierno. Imaginemos a los
legisladores del PRI y del PAN aprobando el incremento al IVA a
alimentos y medicinas con tribunas legislativas tomadas y un puñado de
la Mesa Directiva tomando los palcos o “sedes alternas”.
Sólo nos falta que aprueben estas reformas en un set televisivo, donde los diputados voten a través de Skype.
Mejor no darles ideas, porque los tiempos por venir no auguran una buena atmósfera para la labor legislativa.
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