Fausto Ponce
Cassandra Ciangherotti en Las horas contigo. |
MÉXICO, D.F. (apro).- Las horas contigo,
ópera prima de Catalina Aguilar Mastretta, es una bella radiografía de
las relaciones hacia nuestros padres y abuelos, de cómo las
generaciones anteriores inciden y determinan en la forma de pensar y de
ver la vida de las generaciones venideras.
Estelarizada por Cassandra Ciangherotti, la cinta gira en torno a la relación entre Ema (Ciangherotti) y su madre Julieta (María Rojo), en los albores de su abuela moribunda (Isela Vega).
Julieta es una famosa cantante cuya carrera le impidió criar a su pequeña Ema, cuya educación y vida emocional fueron moldeadas por su Abu. Las idas y venidas de Julieta generaron en Ema la sensación de que su madre, de alguna manera, la odiaba.
Al pasar de los años, la vida de Ema parece no tener muchas complicaciones: posee un trabajo estable y un novio que la ama. La relación con su madre es buena, pero ella a quien considera su “verdadera madre” es a su abuela.
El mundo de Ema se trastoca cuando recibe la noticia de que su abuela está sumamente grave y que sólo es cuestión de esperar a que muera. Y entonces Emma no tiene más remedio que enfrentar la situación, enfrentar a su madre y a todos esos recuerdos que han hecho de ella la mujer que es ahora. Sin embargo, el abandono involuntario de su abuela la llenará de dudas y temores.
Las horas contigo es una historia inteligente y conmovedora, aunque de pronto no alcanza a profundizar en algunos aspectos de las relación entre las protagonistas y con otros personajes, como por ejemplo Pablo (Julio Bracho), el hermano de Julieta, cuya aparición resulta algo fugaz; es decir, por momentos nos deja con la sensación de que algo nos falta, pero evidentemente se nota que la substancia está ahí.
Es importante mencionar la participación de Arcelia Ramírez como Isabel (la cuidadora de la Abu), de Evangelina Martínez (la muchacha de toda la vida de la familia), así como de Isabela Camil, quien tiene un papel pequeño pero con mucho ángel.
Fuera de algunas fallas en la fotografía por culpa del claroscuro (de pronto hay problemas con el foco), la cinta es bastante redonda: hay estupendas actuaciones y llega a una conclusión satisfactoria.
Estelarizada por Cassandra Ciangherotti, la cinta gira en torno a la relación entre Ema (Ciangherotti) y su madre Julieta (María Rojo), en los albores de su abuela moribunda (Isela Vega).
Julieta es una famosa cantante cuya carrera le impidió criar a su pequeña Ema, cuya educación y vida emocional fueron moldeadas por su Abu. Las idas y venidas de Julieta generaron en Ema la sensación de que su madre, de alguna manera, la odiaba.
Al pasar de los años, la vida de Ema parece no tener muchas complicaciones: posee un trabajo estable y un novio que la ama. La relación con su madre es buena, pero ella a quien considera su “verdadera madre” es a su abuela.
El mundo de Ema se trastoca cuando recibe la noticia de que su abuela está sumamente grave y que sólo es cuestión de esperar a que muera. Y entonces Emma no tiene más remedio que enfrentar la situación, enfrentar a su madre y a todos esos recuerdos que han hecho de ella la mujer que es ahora. Sin embargo, el abandono involuntario de su abuela la llenará de dudas y temores.
Las horas contigo es una historia inteligente y conmovedora, aunque de pronto no alcanza a profundizar en algunos aspectos de las relación entre las protagonistas y con otros personajes, como por ejemplo Pablo (Julio Bracho), el hermano de Julieta, cuya aparición resulta algo fugaz; es decir, por momentos nos deja con la sensación de que algo nos falta, pero evidentemente se nota que la substancia está ahí.
Es importante mencionar la participación de Arcelia Ramírez como Isabel (la cuidadora de la Abu), de Evangelina Martínez (la muchacha de toda la vida de la familia), así como de Isabela Camil, quien tiene un papel pequeño pero con mucho ángel.
Fuera de algunas fallas en la fotografía por culpa del claroscuro (de pronto hay problemas con el foco), la cinta es bastante redonda: hay estupendas actuaciones y llega a una conclusión satisfactoria.
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