Discursos rebeldes se exhibieron con franqueza conmovedora en un encuentro de mujeres que se realizó en el cascarón antiguo del centro de Santiago de Chile. Entrevistamos a algunas de las participantes. |
Mujeres mapuche, el
sindicato, la solidaridad militante y feminista con el pueblo de
Palestina, las transgéneros en acción, las jóvenes luchadoras por la
educación. El castigo ampliado del poder contra las mujeres a través del
Estado capitalista chileno, el imperialismo y sus intereses extendidos
sobre la Tierra, y de las clases dominantes en cualquiera de sus formas.
Roxana Guzmán, líder sindical: “El desconocimiento produce miedo. Por eso educamos.”
Roxana Guzmán es Presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores/as de Pre- Unic ( http://sindicatopreunic. blogspot.com/ ), iniciadora de la Fundación Unidad, Naturaleza y Trabajo de Mujer. Además es aimara.
-¿Cuáles son las dificultades objetivas que sufres como dirigenta sindical?
“Voy a hablar como mujer. La mayoría de las dirigentas sindicales y
políticas sentimos que estamos en medio del ‘Club de Tobi’. Nos sentimos
muy solas. En estas áreas predominan los varones, pese a que nos están
haciendo un espacio aún insuficiente. Sin embargo, nos mantienen
clausuradas las zonas de liderazgo. Somos trabajadoras, madres y
parejas. Las tareas que la cultura predominante nos asigna se resuelven
en una ocupación extraordinaria de nuestro tiempo.”
-En
efecto, hay dirigentas sindicales y, más allá de los intereses que
representa, la presidenta del país es mujer. Pero al parecer habitan en
el mundo de las apariencias, la discriminación positiva, lo
políticamente correcto simplemente.
“Sí. No existe un
protagonismo real. Son cargos tan masculinizados que se oscurece nuestra
propia condición de mujeres. Todavía nos mantienen como a ‘gomeros’ y
decorado. No existe igualdad de condiciones, no existe un equilibrio ni
una relación entre capacidades y género. Y las políticas de la actual
administración del Estado no nos ofrecen un respaldo al respecto. No
obstante, de ninguna forma nosotras mantenemos una actitud pasiva frente
a la desigualdad. Nos concentramos en la formación de las nuevas
generaciones de mujeres. El desconocimiento produce miedo. Por eso
educamos.”
-¿Y qué ocurre con las trabajadoras en general?
“Somos discriminadas salarialmente. Las mujeres, por el mismo trabajo
que realizan los hombres, ganan menos. Hay estudios que prueban que
mientras más se feminiza un área laboral, existe más explotación y
precariedad.”
Antumalen Antillanka, 16 años de edad: “Esta es la hora propicia para la rebelión de las mujeres”
Romina Millahual es una mapuche y estudiante universitaria, parte de la
agrupación Trawun (‘Encuentro’) que se dedica a la promoción de la
cultura y lengua Mapuche. “Muchos compañeros/as mapuche desconocían sus
orígenes, su historia, su territorialidad, sus ancestros/as. Estaban
desarraigados porque sus familias debieron migrar a las grandes ciudades
luego de que sus tierras fueron robadas por el empresariado y el
Estado”, dijo.
Antumalen Antillanka tiene 16 años y cursa el 2º
medio del Liceo Nº 1 de mujeres de Santiago (uno de los contados
colegios públicos de excelencia de Chile). “Yo estoy en la lucha de los
estudiantes secundarios y fomento entre mis pares la cultura y
consciencia política del combate Mapuche. Esta es la hora propicia para
levantar la rebelión de las mujeres. Y mientras más jóvenes somos,
mejor.”
-¿Qué experiencias has acumulado como una joven
mapuche que participa desde los 14 años en la pelea por la educación
pública y sus demandas, movimiento que ha hecho historia en lo que va
del siglo?
“A los dos meses de entrar al liceo y recién
llegada de provincia comenzó el movimiento estudiantil de 2011. De golpe
tuve que hacerme millones de preguntas. Mi familia decidió que yo
repitiera el año y en el colegio nos juntaron a todas las niñas
‘subversivas’ en un curso especial para nosotras. Le pusimos al curso
‘séptimo, arriba las que luchan’. Me eligieron presidenta del centro de
alumnas y empecé en la política. El 2013 me di cuenta de súbito que yo
tenía un apellido mapuche. A mí familia no le gustó mucho que yo
ingresara a la política y que me interesara por mi origen mapuche. Sólo
quería que me dedicara a estudiar y nada más. Entonces participé en el
Primer Congreso de Estudiantes Mapuche. Y así entendí que mi rol en la
vida era hacer un cambio social, pero con mi identidad indígena clara y
comprometida.”
-¿Y cuál es la actitud de la lucha de la mujer mapuche entre las jóvenes del colegio?
“Es como un insignia más en la mochila solamente. Nos toman como parte
de la diversidad de liceo, pero sin darle la importancia que tiene la
cultura y la presencia Mapuche en Chile. Me puse a buscar compañeras
mapuche en el colegio y encontré a cinco. Comenzamos a tomar clases de
mapudungun y a ligar la lucha mapuche con la estudiantil. Pero además de
la bandera, al movimiento de los secundarios/as no le interesa con
profundidad nuestra lucha.”
-¿Por qué crees que es así?
“En los medios de comunicación oficiales los mapuche somos mostrados/as
como terroristas. Se nos ocurrió hacer un trabajo periodístico para
consultarle a la gente qué imagen tenía de los mapuche. Y nos sorprendió
el resultado. Los más jóvenes y veinteañeros estaban de acuerdo con la
devolución de los territorios mapuche a sus dueños originarios. Los
treintones también dijeron que estaban de acuerdo, pero no con el empleo
de la violencia. Y el resto de la población nos acusó de terroristas.
Algunos incluso nos tacharon de flojos y borrachos. La conclusión del
trabajo fue que la gente mayor sólo repite lo que dicen los medios
dominantes. Así es que las muchachas decidieron que no nos informaríamos
más por los medios oficiales, sólo lo haríamos a través de los medios
independientes y contrainformativos.”
-¿Y el machismo entre los jóvenes secundarios/as?
“La semana anterior los muchachos del Instituto Nacional Barros Arana
(colegio sólo de hombres) pasaron por fuera de nuestro liceo y nos
gritaron ‘Que salgan las maracas (término grosero asociado al comercio
sexual femenino)’. En mi liceo las niñas inmediatamente formaron la
comisión de género y sexualidad y comenzamos a trabajar los temas entre
nosotras. En general, los establecimientos escolares masculinos llamados
‘emblemáticos’ usan cantos súper insultantes contra nosotras.”
-¿Y qué sucede entre las propias niñas del Liceo Nº 1?
“Algunas se insultan sexualmente entre ellas mismas, usando las mismas
palabras con las que nos maltratan los hombres. También es mal visto el
joven que escribe poesía a las niñas y bien visto el que nos trata mal.
Se escucha música que denigra a la mujer y existe mucha violencia entre
las parejas de jóvenes. Yo rescato nuestro ímpetu y fuerza, más allá de
las contradicciones que tenemos como movimiento estudiantil secundario.”
Alejandra Najavediam, luchadora chilena por la causa palestina: “Nuestro objetivo es semejante a la de los y las mapuche”
Alejandra Najavediam pertenece a la Asociación Pro-Palestina Unadikum-Chile (‘Os llamo’, https://es-es.facebook.com/ unadikum.chile)
y manifestó que “Somos mujeres que trabajamos no sólo en la Franja de
Gaza, sino que somos también activistas que luchamos codo a codo con el
pueblo palestino. Somos parte de una fuerza internacionalista que
funciona como protección frente a los ataques israelíes a los campesinos
y pescadores. Colaboramos especialmente con las familias y las mujeres
de los presos políticos palestinos. Queremos dar a conocer que la
sociedad palestina no es únicamente patriarcal ni demandante de obras
sociales y de caridad. La causa palestina es sobre todo una lucha
política. Además nuestra asociación tiene un gran interés por trabajar
con el pueblo mapuche porque vemos en él una semejanza con la batalla
del pueblo palestino.”
-¿Y la mujer palestina?
“Para nosotros/as, la mujer palestina (¡Palestina tiene nombre de
mujer!) no sólo debe encarar las tradiciones religiosas (aunque existen
cristianos/as, musulmanes/as, laicos/as allá) y la ocupación del Estado
israelí. Las mujeres palestinas han sobresalido por las circunstancias
objetivas impuestas por el sionismo: allá han encarcelado a sus hijos, a
sus maridos, a sus hermanos. Ese hecho ha provocado una valoración por
parte de los hombres respecto de su papel en la resistencia. Ellas no
únicamente se han hecho cargo de sus familias, de la subsistencia y el
trabajo, y han salido a manifestarse.”
Alejandra señaló que
“nosotras comparamos la lucha del pueblo de Palestina con la del pueblo
Mapuche. Se trata del mismo amor a la tierra. Nuestras gentes pelean por
lo mismo.”
-¿Qué pasa en Chile con la solidaridad de los/as propios/as palestinos/as que viven aquí en relación a la causa palestina?
“Se ha perdido durante las generaciones porque nuestros abuelos
llegaron a Chile debido a la persecución turca, no a la opresión
israelí. ¿Por qué ha surgido la solidaridad hoy, entonces? Porque han
habido matanzas y existe Internet. Nosotros/as no luchamos solamente por
arrancar las caretas del capitalismo y el imperialismo. Debemos
enfrentar comunicacionalmente a la industria mediática de la
desinformación. En virtud de la existencia de medios independientes y
contrainformativos, nosotras acompañamos las marchas de los/as mapuche.”
-¿Qué hacen los medios pro-palestinos?
“Primero
denunciamos el horror. Pero a la vez, como mujeres y hombres, no
podemos dejar de lado las luchas de los pueblos que están en lo mismo.
Si nosotras luchamos por los derechos del pueblo palestino y de la
mujer, ¿cómo podríamos dejar de combatir junto a la mujer y los pueblos
originarios que están acá? La mayoría de los chilenos/as no tiene idea
de que las mujeres palestinas se levantan a las 3 de la mañana y son
violadas en los puestos de control; son torturadas; ya no van a la
universidad porque sus padres temen que las maten.”
Alejandra
agregó que “En Chile está la colonia palestina más numerosa del mundo y
eso nos impide quedarnos callados/as. Y valoramos profundamente que
los/as mapuche vayan a las marchas por la liberación de Palestina. De
eso de trata: de una red mundial de solidaridad.”
Daniela Arraño, dirigente transgénero: “Por fin conseguí que me discriminen sólo por ser mujer”
Daniela Arraño es una dirigenta transgénero (http://es.wikipedia.org/wiki/ Transg%C3%A9nero)
con más de 20 años en el Movimiento por la Diversidad Sexual. Daniela
aseguró que “Las trans y las travestis somos discriminadas tanto por
hombres como por mujeres. Somos marginadas en el mundo laboral, social,
cultural y económico. A nosotras no se nos da trabajo ni tenemos lugar
en la sociedad civil ni en la política.”
-Ustedes son castigadas al interior de los propios movimientos por la disidencia sexual ( http://www.rebelion.org/ noticia.php?id=192582 ) ...
“Somos el tercer sexo. Una es distinta tanto del hombre como de la
mujer. Y la diversidad sexual hoy está en casa, no solamente en la
calle. Somos más vulnerables porque no tenemos vivienda, empleo,
familia, estudios. Nos discriminamos entre nosotras. Que si tenemos
tetas o no, que si tenemos culo o no, que si tenemos pene o no. Sufrimos
una exclusión contra nosotras y entre nosotras.”
Daniela
informó que “desde antes de Cristo que los ‘hombres’ trans se
maquillaban. Nos ocultábamos tras nosotras mismas. Ahora se dice de
nosotras y desde niños/as: ‘Es maricón (homosexual), pero del otro
bando’. Entonces tú ya sabes muy temprano que vas a ser distinto, que
vas a pensar distinto, que te vas a comportar distinto al hombre y a la
mujer. No porque uno se cambie el sexo morirá como persona
transmasculina o transfemenina. Vamos a morir con el cuerpo con el que
nacimos: como hombres. Más allá de las operaciones que nos hagamos,
somos una raza distinta. Y sufrimos lo que consideramos ‘la maldad’
contra nosotros/as. Por eso cuando enterramos a una compañera trans,
ofrecemos en el escenario más alto posible, el mejor espectáculo a las
compañeras durante el funeral.”
-¿Qué les sucede en el mundo de las y los trabajadores/as sexuales?
“Ahora se habla de que es prostitución, no más. Pero yo lo considero un
trabajo. Si somos marginadas de todos los empleos, ¿qué nos queda para
sobrevivir? Pararnos en las esquinas, intentando llamar la atención lo
más posible para atraer al cliente, luciendo ‘la mercadería’. Aquí
corremos los principales riesgos. Independientemente de que una quiera
ser trans, pasamos por mujeres en el comercio sexual.”
-¿Y cómo enfrentan el machismo en su propias organizaciones?
“El presidente del Movimiento por la Diversidad Sexual (Mums) es
Marcelo Leiva y en el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual
(Movilh), Rolando Jiménez. En el Mums hubo dos dirigentas mujeres, pero
les hicieron la guerra porque dijeron que ‘es imposible que las mujeres
se tomen el poder’. Los gays formaron un grupo aparte con el fin de
echar abajo a las lesbianas y a las trans. ¿Por qué? Porque la política
es masculina. Se repiten las mismas relaciones de poder que existen en
toda la sociedad.”
-¿Cómo es el trato de la policía con ustedes?
“¡Pésimo! Si tienes que trabajar en la calle, muchos carabineros nos
exigen que les hagamos sexo oral o les paguemos. Eso, sobre todo, ‘de
Plaza Italia para arriba’ (la Plaza Italia históricamente ha dividido a
Santiago de Chile entre los barrios pudientes y los empobrecidos).”
-Se supone que legalmente las personas pueden colocarse un nuevo nombre en la cédula de identidad…
“Yo, siendo dirigenta durante dos décadas, obtuve mi cambio de nombre,
de uno de hombre a uno femenino, después de 8 años de tramitaciones de
un equipo de abogados de la Universidad de Chile. De hecho soy la
primera trans en la historia del país que lo ha conseguido. Las otras
compañeras sólo pueden cambiarse de nombre manteniendo en la fotografía
de la cédula de identidad (CI) su aspecto masculino, con el pelo tomado,
sin maquillar, etc. Por ejemplo, una puede colocarse el nombre
‘Manuela’ y en la CI aparece ‘sexo: masculino’. Por eso este año estamos
en la lucha por la identidad legal de género. No queremos ser
discriminadas por ser trans en el Registro Civil, en la Salud Pública y
en el Instituto Médico Legal. Las leyes nos deshumanizan. Bachelet
archiva nuestras demandas y el gobierno de Piñera nos reveló su
condición racista, prometiendo lo que nunca hizo. Muchos políticos nos
utilizan en período de campañas y luego nos dan la espalda cuando vamos a
pedirle la realización de sus compromisos. Y sufrimos la segregación a
lo largo de todo el país. Ahora con mi cambio de nombre legal sólo soy
discriminada como mujer.”
Grupo Pu Zomo Marichiweu: Mujeres
mapuche de pie contra el patriarcado del hombre mapuche y por la
liberación de su pueblo y los pueblos oprimidos del mundo
El
Grupo Pu Zomo Marichiweu (‘Las mujeres mapuche 10 veces venceremos’),
organizador junto a Milan Grusic Ibáñez del encuentro que dio origen al
presente artículo, expresó que “somos el soporte fundamental en el
desarrollo del ser Mapuche, en la Ruka, en la Tierra, en las calle, en
los frentes de lucha y por qué no decirlo, somos el soporte del
movimiento político del Mapuche. No sólo queremos ser aceptadas por la
sociedad patriarcal Mapuche y chilena. Queremos ser reconocidas con
nuestras diferencias, necesidades, sueños y aspiraciones, en un
territorio libre de discriminación y de un machismo fundamentalista,
alimentado por creencias foráneas que no son propias de nuestro Pueblo
Mapuche”.
“Es el Estado y el hombre Mapuche quien somete a la
Zomo en la Ruka y esta realidad se replica en otros grupos, en otros
géneros, en otras etnias, en otros pueblos”, agregaron y “queremos
generar espacios, caminos y herramientas para las nuevas líderes jóvenes
Mapuche Zomo, con sueños libertarios y deseos de igualdad fraterna,
para que logren alcanzar sus propias epifanías y demandas colectivas”.
-¿Quiénes son las mujeres Mapuche en lucha y antipatriarcales?
“Pobres, trabajadoras, estudiantes, dueñas de casa, ambulantes,
cesantes, explotadas, rebeldes, activistas, políticas, jóvenes, adultas,
escritoras, educadoras, feriantes, asesoras interculturales, abogadas.
Solidarizamos con nuestras hermanas héteros, lesbianas y transgéneros y
transexuales, con todos nuestros pueblos originarios en Latinoamérica y
el mundo. También hacemos de nuestra lucha la de todo pueblo que busca
su libertad, su independencia y su autodeterminación, sean pueblos
africanos, afroamericanos, gitanos, palestinos, éuscaras, catalanes,
saharauis, mestizos, latinoamericanos, migrantes, sobrevivientes.”
En la actividad también participaron la actriz Irina Gallardo y el músico y cantautor Felipe Aranda.
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