"Algo pasa, para que por primera vez Argentina hayan salido a pedir que se termine con la violencia más perpetuada en la historia de la humanidad: la violencia contra las mujeres"
Buenos
Aires, 11 jun. 15. AmecoPress/SEMlac.- Algo pasó el 3 de junio del
#NiUnaMenos porque aún las conciencias parecen seguir temblando. Es que
algo venía pasando y algo pasa, para que por primera vez Argentina haya
salido a pedir que se termine con la violencia más perpetuada en la
historia de la humanidad: la violencia contra las mujeres.
Cada
30 horas una mujer muere en este país víctima de feminicidio. Según la
ONG La Casa del Encuentro, en los últimos siete años hubo 1.808
feminicidios, lo que significa que 2.196 hijas e hijos quedaron sin
madre. De ellos, 1.403 son menores de edad.
Este país,
desde 2009, posee la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la violencia contra las Mujeres en todos los
ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, pero no se la
instrumenta en su totalidad; tampoco hay estadísticas oficiales.
Entonces
¿cuántas son realmente?, ¿cuánto suman las "otras", las que no son parte
de las noticias?, porque los conteos son realizados a partir de las
noticias difundidas en los medios y, por ende, no son contabilizadas.
Mejor, no pensarlas.
Pero aun sin
querer pensarlas, ellas no están. Y en las calles del #NiUnaMenos fueron
historias que pululaban como espectros para cachetear cualquier intento
de negación, como la historia de la mujer que se acercó a esta
corresponsal con una tímida pancarta de no más de 20 por 30 cm: "era mi
hija y se llamaba Natalia Verónica Ruiz, la mataron en enero del 2010.
La mató su pareja y luego se suicidó él".
AL decirlo, la
mujer se quebró, entonces tomó aire y contó que busca justicia, que
ahora es ella quien cría a la hija de Natalia, hoy una niña de nueve
años. También recordó que con su hija vivían en San Salvador de Jujuy y
que vinieron a Buenos Aires para buscar mejor futuro: "quise una buena
vida para ella, pero mirá como terminó". El caso de Natalia no está
contabilizado, nunca apareció en los medios.
Las historias,
los rostros, la conmoción fueron aquel día tan punzantes, que quizás
interperló a más de uno, que bajando la cabeza habrá empezado a
interpelarse.
Las calles del
#NiUnaMenos, no tuvieron banderías políticas y fueron diversas en
géneros y edades. Solo en Capital Federal, se logró reunir a cerca de
200.000 personas y hubo más de 100 puntos de encuentros en todo el país.
Las calles
cercanas al Congreso de la Nación empezaron a ser ocupadas a partir del
mediodía. La impotencia y la tristeza se reflejaba en cada rostro de los
presentes, sin embargo las únicas sonrisas se veían en muchas de las
pancartas con fotografías de víctimas (será porque la gente sonríe cada
vez que la cámara dispara, sin saber cuál será su fortuna o infortuna en
la vida).
Esta
convocatoria fue organizada por un grupo de periodistas y artistas y se
redactó un documento que pedía por la implementación del Plan Nacional
de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia
contra las Mujeres; un registro oficial único; apertura y funcionamiento
de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia en
todas las provincias; garantizar a las víctimas el acceso a la justicia
y el cumplimento de los derechos de la niñez con patrocinio jurídico
especializado; creación de más refugios para las víctimas; educación
sexual en todo el currículo educativo, capacitación obligatoria para el
personal estatal.
Hubo un sector
escéptico respecto a la Convocatoria #NiUnaMenos ya que "nada se ganaba
con salir a las calles, si todo va a seguir igual". Sin embargo, aunque
resulte presurosa una evaluación, lo cierto es que algunos réditos
empiezan a palparse.
En este
sentido, la periodista especializada en género Claudia Florentin Mayer,
de la ciudad de La Paz, en la provincia de Entre Ríos, contó que en esa
ciudad se incorporaron cerca de 3.000l personas y que "abarcó todas las
edades (…) se juntaron en la plaza principal gente que vinieron de todos
los barrios y del centro de la ciudad"
La comunicadora
relató que uno de los logros es que desde los colegios y desde espacios
de formación docente pidieron capacitación en temas de género y además
"armaremos una organización de mujeres, porque en La Paz no hay, nunca
hubo una organización de mujeres en La Paz. A pesar de que esta ciudad
tiene ya 180 años"
"Traeremos
capacitación para algunas mujeres que han sufrido violencias, para las
docentes y otras que tienen "algo" de feministas (aunque no les guste
reconocerse bajo esa ideología). También, seremos interlocutoras de las
candidaturas de los próximos comicios. Llevaremos el documento de
petitorio, pero con una mirada más local, para que lo firmen"
En tanto,
Gabriela Ayala, periodista y conductora del programa La Calaca de la
ciudad de Posadas, Misiones, manifestó su emoción ya que "al fin la
sociedad misionera salió a las calles sin banderas políticas ni
intereses personales (…). El 3 de junio se originó un espacio donde la
gente se animó a contar sus historias de sufrimiento, sin que le dijeran
que estaba loca o dudaran de ella. Misiones es una de las provincias
que no está adherida la Ley de Protección Integral a las Mujeres.
Esperemos que tras esta convocatoria se adhiera".
Algó más y no es poco
Desde el
Gobierno Nacional se anunció, el viernes 5 de junio, la conformación de
la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de feminicidios y
de homicidios agravados por el género, a través de la Resolución 1449,
que contendrá los casos ocurridos en todo el territorio nacional. Este
espacio dependerá de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Con ello se
busca contribuir al "desarrollo de políticas públicas precisas en
materia de prevención de violaciones a los derechos humanos específicos
de las mujeres en general y feminicidios (íntimo, no íntimo, familiar o
infantil; vinculado o por conexión); sistémico (en el contexto de
crímenes masivos); por trata o tráfico de migrantes; por prostitución;
por mutilaciones sexuales y homicidios agravados por el género en
particular (lesbofobia, transfobia)", refiere el parte de prensa.
Aunque se
propone alcanzar registros cuantitativos para la elaboración de una
estadística oficial, el mencionado Registro espera poder realizar un
análisis cualitativo, "que permita ver tanto si existieron
intervenciones estatales anteriores a los homicidios (en los distintos
niveles del Estado nacional, provincial y municipal), como cuáles fueron
las respuestas institucionales recibidas y, fundamentalmente, qué hizo
el Poder Judicial en el abordaje del caso". El Registro estará a cargo
de Ana Oberlín.
Esta iniciativa
es una política pública que cumple con los compromisos y obligaciones
contraídos por el Estado argentino al ratificar diversos instrumentos
internacionales de derechos humanos de las mujeres, entre ellos la
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW).
También cumple
con lo establecido Ley de Protección Integral a las Mujeres que refiere a
la necesidad de recopilar y sistematizar información en relación con la
violencia contra ellas, a fin de formular políticas públicas que
contribuyan a la prevención, sanción y erradicación de la violencia.
Foto: Archivo AmecoPress.
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