(Foto:Archivo/ Proceso)
Socarrón,
Loret de Mola provocó en una entrevista al virtual gobernador de Nuevo
León, Jaime Rodríguez Calderón, popularmente conocido como El Bronco.
Le preguntó: “¿Quién va a gobernar detrás de El Bronco? ¿Va a
gobernar el grupo de empresarios regios de mucha lana que lo apoyaron o
el Grupo Reforma, El Norte, el periódico que estuvo también muy cerca
de usted? ¿Quién va a gobernar Nuevo León?”
La contundencia de la respuesta ha causado furor en redes sociales:
“Te lo digo clarito no va a ser Televisa ni Multimedios ni ningún
medio. No vamos a pagarle ningún peso a la televisión ni a ningún medio
para gastar el dinero de los nuevoleoneses en publicidad enalteciendo
la soberbia y la egolatría del gobernante en turno.”
Lo dicho por Rodríguez Calderón merece ser seguido con toda atención. Aquí algunas razones por qué:
1. Subraya un déficit de nuestra democracia
En México, la política de masas dejó de hacerse en la plaza pública
y empezó a practicarse en las pantallas de televisión. Para colmo,
tenemos altas concentraciones en la propiedad de medios. En cifras
redondas Televisa y Televisión Azteca ocupan (hasta hoy) 60% de todas las frecuencias en uso para televisión y 95% de las concesiones para televisión comercial.
Esta combinación hace suspirar a más de uno con la idea de que
siendo la televisión una incubadora de presidentes, basta pactar con
los dueños de la pantalla.
2. No es el primer político que promete enfrentar este problema
Entre el 14 y el 21 de agosto de 2012, el entonces presidente electo
Enrique Peña Nieto y los coordinadores de los grupos parlamentarios del
PRI, Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, sostuvieron que en
septiembre del mismo año (2012) estarían presentadas tres iniciativas:
reforma en transparencia, órgano anticorrupción y un organismo autónomo para regular la relación comercial entre medios y gobiernos.
El entonces coordinador del equipo de transición, Luis Videgaray,
también empeñó su palabra y dijo que era “un compromiso de Enrique Peña
Nieto iniciar su gobierno el 1 de diciembre con esas tres reformas
aprobadas.”
Entonces estaban muy gallos, pero a la fecha (2 años y 10 meses
después) ni el Presidente de la República ni sus bancadas en el
Congreso de la Unión han abordado el tema.
3. Publicidad oficial se ha convertido en sinónimo de fraude a la ley
No es fácil seguir la pista al dinero público que entra a los medios de comunicación. De hecho, existen buenas razones para dudar de la veracidad de lo que reporta la contabilidad pública.
Por ejemplo, en los expedientes el Instituto Nacional Electoral reposan
facturas con precios disímiles para servicios idénticos (como los
ridículos precios de los spots del Partido Verde). Alfredo Figueroa, ex
consejero del extinto IFE, me comentó alguna vez que en el gasto ilegal
y la contratación indebida de publicidad gubernamental el IFE, en su
momento, encontró responsabilidad en prácticamente todos los niveles y
perfiles de servidores públicos.
Se trata de una forma de despilfarro y corrupción que funciona gracias a una contabilidad tan ilegal como fantasiosa.
4. El gasto gubernamental en medios está fuera de control
En teoría, cada año los poderes legislativos aprueban los montos
máximos que gastarán los gobiernos. Pero en publicidad oficial no
necesariamente es así. En 2012, por ejemplo, 25 entidades federativas
gastaron más de lo aprobado en sus presupuestos (ver: www.publicidadoficial.com.mx).
A propósito de Nuevo León, el priísta Rodrigo Medina, rebasó en 2013
por 487% el gasto que le había autorizado su congreso. Ese año pasó de
poco más de 200 millones de pesos aprobados a más de mil 63 millones de
pesos gastados.
Es decir, si se trata de salir en televisión de poco importan las
leyes presupuestarias. Los sobreejercicios no sólo son constantes,
siempre quedan impunes.
4. El gasto es ofensivo. Hay otras prioridades
Justine Dupuy y Ana Cristina Ruelas han señalado ya que en su primer
año de gobierno Enrique Peña Nieto ejerció 4,195 millones de pesos en
publicidad oficial. Esto es casi 10% más que los recursos recaudados
en el mismo año (2013) a través del impuesto sobre los depósitos en
efectivo, que ascendieron a 3,890.4 mdp. ¿Impuestos para salir en la
tele? En 2015, el gasto en publicidad oficial (tan solo del gobierno
federal) será de más de 5,000 millones de pesos. Dinero que alcanzaría
para dar leche a diario a 30 millones de niños mexicanos durante un
año. También es equivalente al presupuesto del Programa de Apoyo
Alimentario, con lo que podrían comer durante un año casi 1 millón de
familias.
Es obvio que los gobiernos necesitan comunicar mensajes a la
sociedad y que el derecho a la información implica conocer aspectos
como campañas de vacunación, por mencionar uno de muchos. Pero, después
de tantos años de abusos, no darle un peso más a Televisa, a Televisión
Azteca y a otros consorcios mediáticos no sólo suena bien, es algo para
tomarse en serio.
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