El número de niñas, niños y adolescentes no acompañados que solicitaron la condición de refugiado aumentó más de 300 por ciento en cuatro años, al pasar de 63 en 2013 a 259 en 2017; de acuerdo con cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), recogidas en un documento de la Agencia de la ONU para los Refugiados; el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y el Colegio de la Frontera Norte (Colef).
De acuerdo con la información del texto sobre personas refugiadas, la mayoría de estos menores provienen de los países del Triángulo Norte de Centroamérica, en donde los niveles de violencia son altos.
En el texto se precisa que, entre julio y diciembre de 2016, el flujo de personas migrantes centroamericanas que reportó vivir en riesgo en sus países y fue devuelto por autoridades mexicanas ascendió a 8 mil 76 migrantes, lo que representó 18 por ciento del flujo total de devueltos: 58.3 por ciento era de El Salvador, 29.9 por ciento de Honduras y 11.8 por ciento de Guatemala.
En este periodo, 45.6 por ciento de las personas migrantes salvadoreñas devueltas, informaron de un contexto de violencia o inseguridad que les había forzado a salir de su país.
En relación con el destino final del viaje, 80.4 por ciento deseaba llegar a Estados Unidos, mientras que 19.6 por ciento a México.
Ana Langner
Periódico La Jornada
Viernes 22 de junio de 2018, p. 16
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