6/23/2018

ONU lucha contra desigualdad estructural de género

Thalif Deen entrevista a PURNA SEN, coordinadora ejecutiva y portavoz para Acoso Sexual y Otras Formas de Discriminación de la ONU.

Purna Sen es la nueva coordinadora ejecutiva y portavoz para Acoso Sexual y y Otras Formas de Discriminación. Crédito: ONU.
NACIONES UNIDAS, 15 jun 2018 (IPS) - La nueva coordinadora ejecutiva y portavoz para Acoso Sexual y Otras Formas de Discriminación de la ONU, Purna Sen, aprovechará la campaña del secretario general para “encontrar soluciones duraderas y frenar, prevenir y responder al acoso sexual tanto dentro como fuera de la Organización de las Naciones Unidas”.
En el marco de la política de tolerancia cero contra la explotación y el abuso sexual en el sistema de la ONU, lanzada por el secretario general, ONU Mujeres designó el 11 de abril a Sen para buscar revertir la situación.
La decisión del secretario general, António Guterres, obedeció a las crecientes denuncias dentro del foro mundial.
En 2015, ONU Mujeres, creada cinco años antes para empoderar a la población femenina, recibió una denuncia de acoso sexual de parte de un contratista, la que se confirmó y llevó a la agencia a concluir de inmediato el contrato vigente, indicó Sen.
En 2016 hubo dos denuncias que no se confirmaron y, en 2017, hubo otra por mala conducta sexual de una funcionaria de ONU Mujeres, que todavía está en etapa de investigación.
Sen comenzó su trabajo con dos llamados: primero, pidió a las mujeres que compartieran sus experiencias de agresión y acoso sexual y, segundo, pidió ejemplos de buenas prácticas, políticas y leyes para hacer frente al problema, que se pueden enviar por correo electrónico: end.sexualharassment@unwomen.org
“ONU Mujeres se creó para proteger y promover los derechos de las mujeres. Tenemos un papel único al encabezar la acción para establecer responsabilidades”, señaló la directora ejecutiva Phumzile Mlambo-Ngcuka al nombrar a Sen.
“Eso significa tolerancia cero a la violencia y al acoso, y acciones para garantizar el apoyo a las víctimas. Actualmente, hay normas culturales y prácticas que habilitan el acoso y penalizan a las víctimas. Eso tiene que cambiar”, sentenció.
IPS: ¿Cuál es su respuesta a las acusaciones de altos funcionarios que denuncian que el personal femenino subalterno se les tiran encima a sus jefes como forma de promover sus carreras?
PURNA SEN: Decodifiquemos esa información. ¿Se aduce que las mujeres ofrecen favores sexuales a cambio de empleo o promociones? Si es así, hay respuestas claras.
Ensuciar el profesionalismo, las capacidades y la contratación con cuestiones de comportamiento sexual es inapropiado y no es defendible.
Eso es así, ya sean altos cargos con poder (la mayoría hombres) o personal joven, por lo general mujeres, jóvenes y personal local. Favores sexuales a cambio de promover una carrera es, por supuesto, inaceptable.
Esa posibilidad o práctica no debe distraer de la grave y generalizada discriminación de género estructural en función del sexo que se manifiesta en el acoso sexual, abuso, agresión o represalia por las acusaciones.
Esos hombres en altos cargos que hacen esas acusaciones, sin duda, tuvieron la oportunidad de usar sus puestos para plantear el asunto a lo largo de sus carreras. ¿Lo hicieron? ¿O lo plantean ahora que las mujeres reclaman responsabilizar a los abusadores?
Tratar al acoso sexual como incidentes aislados o como actos incomprensibles de personas (como sugiere la formulación de la pregunta) es problemático.
Lleva a la ofuscación o a la negación de la base estructural y sistémica de las desiguales en las estructuras de poder, en las que hombres poderosos (predominantemente) concentran la autoridad y el control sobre el personal más joven (probablemente más mujeres y locales) de forma tal que pueden incidir en sus carreras o experiencias de trabajo.
La negación, la distracción y las excusas para la agresión y el acoso ilustran culturas donde la seriedad y el daño del acoso no se reconocen ni se priorizan.
IPS: Una resolución de la Asamblea General de la década de los años 70, reafirmada posteriormente, llama a lograr la igualdad de género en el personal de la ONU, en especial en los cargos de decisión.
¿Cómo se ajusta ONU Mujeres a esa resolución? ¿Qué proporción tiene de hombres y mujeres?
PS: ONU Mujeres apoya los esfuerzos hacia la igualdad de género del secretario general a través de su mandato único para liderar y coordinar el trabajo del sistema de la ONU, así como promover la responsabilidad, que incluye monitorear regularmente el avance en todo el sistema.
ONU Mujeres también sirve de guía sustantiva en materia de igualdad de género y otros asuntos relacionados para el sistema de la ONU, y de repositorio de buenas prácticas, ofrece pautas y herramientas, y analiza las tendencias en la ONU para identificar obstáculos y agentes de cambio y así  avanzar hacia una representación equitativa.

Además, ONU Mujeres respalda la colaboración y el intercambio de información entre agencias, así como la construcción de capacidades a través de redes de género en todo el sistema, que incluye Puntos Focales de Género, la Red Interagencial sobre la Mujer y la Igualdad de Género (IANGWE) y el Plan de acción para todo el sistema sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (ONU-SWAP).
Otra iniciativa importante de ONU Mujeres es la elaboración de las Pautas de Ambientes Propicios, con recomendaciones y medidas prácticas para todo el sistema para crear un ambiente laboral sin discriminación, acoso y abuso de la autoridad, así como apoya a las mujeres en su desarrollo laboral mediante políticas que contemplan la familia, el equilibrio entre vida personal y laboral y programas de desarrollo profesional.
En este momento, la razón de género es 71 por ciento de mujeres y 29 por ciento de hombres.
IPS: ¿Cuál es su respuesta al argumento de que los puestos de trabajo en la ONU deben ser para los más calificados y más competentes y no definirse en base al género?
PS: El problema con esa pregunta es que asume una contradicción entre ser “el más calificado y el más competente”, por un lado, y la búsqueda de la equidad de género, por otro. Es una premisa falsa. Asume que el objetivo de la equidad de género es echar por la borda la capacidad y la buena calificación.
Detrás de esa afirmación está la creencia (porque en general se designa a un gran número de mujeres como medida de equidad) de que no pueden ser las más calificadas ni las más competente.
Eso refleja creencia asociada al género sobre la incompetencia esencial de las mujeres, a diferencia de la innata capacidad de los hombres. Rechazo esa suposición, y hay muchos ejemplos que lo respaldan.
En definitiva, las mujeres pueden ser, y son, tanto competentes como calificadas. Más pertinente es la pregunta, ¿por qué no se eligen a las mujeres competentes y calificadas?
El mismo supuesto de género que presupone que las mujeres no pueden ser ninguna de las dos cosas es lo que frena que se reconozcan y se recompensen sus verdaderos talentos, habilidades y capacidades. Las culturas de la desigualdad de género son perniciosas y están vencidas desde hace tiempo.

Traducción: Verónica Firme

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