Pedro Echeverría V.
1. Me duele mucho (un chingo) no haber acompañado hoy lunes 4 a los
miles profesores de la Coordinadora (la CNTE) en su entrada combativa a
la CDMX. Los he acompañado en muchas de estas grandes movilizaciones por
muchos años por ser miembro de la CNTE desde su fundación. No ha habido
en todo México alguna organización, una permanencia, movilizaciones,
incluso radicalidad, en todo el país, que pudiera comparársele a la CNTE
que desde 1979 –durante 38 años- se ha movilizado durante días, semanas
y meses, todos los años. Durante esas décadas los maestros vanguardia
han sido los de Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Guerrero; pero ayudándolos
han estado siempre el DF, Morelos, Edo. de México, Tlaxcala, Zacatecas,
Veracruz, Puebla, Chihuahua.
2. En los últimos seis meses –a pesar de que casi a diario les hago
llegar mis artículos- he estado muy aislado, quizá porque en los cuatro
estados vanguardia cambió el grupo de dirección política/sindical. Sé
que los aproximadamente 10 mil profesores estarían listos para plantarse
alrededor de la secretaría de Gobernación, colocar sus enormes lonas y
mantas en Bucareli, ubicar la cocina y sus tinacos, bajar sus estufas y
ollas, así como todo lo necesario para plantarse por meses. En vez de
las calles, el gobierno siempre busca ubicarlos (encerrándolos) en
parques para garantizar el tráfico de vehículos. Sin embargo, la CNTE ha
aprendido que lo importante es dar golpes espectaculares, acciones
fuertes que paralicen, para no estar mucho tiempo plantados.
3. Los millones de ciudadanos de la ciudad de México –por haber sido
gobernados por la llamada izquierda del PRD- deberían ser cada día más
progresistas y apoyadores de las luchas sociales; sin embargo, para
vergüenza de la llamada izquierda, quienes han ganado la mente, la
ideología de los capitalinos, son los sectores más derechistas,
capitalistas, pro empresariales de la ciudad de México; los capitalinos,
en vez de apoyar las batallas de los maestros de la CNTE, en vez de
recibirlos con alegría porque luchan por una buena educación, por la
democracia política y porque el pueblo no sea explotado y miserable, se
comportan de acuerdo al gobierno, al PRI, al PAN, los empresarios y
siguiendo como tontos a los medios de información.
4. Aunque pienso que estoy muy bien informado de lo que sucede y
siento que mi pesimismo es razonable, sigo viviendo con un poco de
esperanzas e ilusiones por los cambios que encuentro. Gobierno, partidos
y candidatos están y han estado contra la CNTE; sin embargo es
indiscutible que el candidato de Morena, López Obrador, lleva varios
años apoyando la lucha de los maestros y es el único que ha declarado su
apoyo a esas batallas, así como su oposición a lo que se ha llamado la
Reforma Educativa. La CNTE como organización no puede pronunciarse a
favor de partido o candidato alguno, pero es obvio que estará con el
único político electoral que la apoya. Pero en este proceso ha surgido
algo que incomoda a la CNTE: la alianza de gordillistas con AMLO.
5. No es nada fácil. Esther Gordillo dominó totalmente el SNTE
(sindicato) y podría decirse que la SEP de 1989 a 2012 (23 años) junto a
los presidentes Salinas, Zedillo, Fox y Calderón. Entró en fuerte
pleito con el presidente Peña y se fue a la cárcel. Si no hubiese
peleado con Peña seguramente estos seis años hubiera gobernado el SNTE y
la SEP. Durante esos 23 años la CNTE enfrentó a la Gordillo en todos
los campos exigiendo independencia y democracia sindicales. Hoy las
cosas perecen cambiar: los gordillistas se han unido formalmente a López
Obrador y están puestos a poner todas sus fuerzas para ayudarlo a
obtener la Presidencia. La CNTE posee una desconfianza razonable. No hay
duda que tiene que cuidarse del oportunismo, pero también del
sectarismo.
6. Desde1960 me vacuné contra el “oportunismo” político de partidos y
gobiernos; fue por eso que jamás ocupé cargo alguno en la economía, la
política o la academia. Sin embargo mi sectarismo en todos los campos me
impidió avanzar políticamente. Alguien diría que “vale más estar sólo
que mal acompañado”. Pero parece que la política es otra cosa: es luchar
por cambiar profundamente un país y el mundo y para eso hay que
aprender a caminar “en el filo de la navaja”, sin caer en uno u otro
lado. El oportunismo es vergonzoso porque te cubres de lodo, pero el
sectarismo no es político; sólo dedicas tu vida a defender principios
políticos y morales muy justos, pero parece que muy poco ayudas a
avanzar las luchas por la transformación. (4/VI/18)
alterar26@gmail.com
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