▲ Recolección de algas en Puerto Morelos.
El sargazo daña arrecifes de coral, atractivo turístico y
barrera de pro-tección contra los huracanes, erosiona las playas y pone
en riesgo la anidación de tortugas marinas, especies en riesgo de
extinción.
Tan sólo en las playas, la acumulación y descomposición de las
macroalgas afecta ecosistemas cos-teros, la salud humana y la industria
turística, motor de la economía local, señala la experta Brigitta Van
Tussenbroek, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.
Desde 2014, la especialista y otros investigadores de la misma
universidad advirtieron del aumento en la presencia del sargazo y en
2015 se establecieron comités con instancias gubernamentales,
científicas y empresariales para enfrentar el problema.
En ese año hubo daños a las playas en la remoción del sargazo, y se
advirtió que la respuesta fue insuficiente ante la falta de un programa
robusto de monitoreo
Van Tussenbroek, en distintas declaraciones a medios, ha señalado que
esta macroalga, que proviene de las costas de Brasil, cada día afecta
el ecosistema marino debido al aporte de exceso de nutrientes y materia
orgánica, con lo cual induce cambios en el agua y los organismos no
están adaptados a ello. La pérdida de calidad del agua afecta los
arrecifes de coral y con ello la costa se vuelve vulnerable a fenómenos
como los huracanes.
Se debe recoger en el mar
Señaló que es sorprendente la mortalidad masiva de
corales, lo cual ocurrió con la pérdida de calidad del agua. Estimó que
una solución es recoger el sargazo en el mar para evitar daños a la vida
marina, porque si ya llegó a tierra es que ya los ocasionó. Destacó,
que incluso el color turquesa del caribe ha cambiado. En tierra, los
efectos negativos son que interfiere en la anidación y la eclosión de
las tortugas marinas, genera mal olor por el ácido sulfhídrico que emite
y con ello, riesgos para la salud humana.
Foto Cuartoscuro
Angélica Enciso L.
Periódico La Jornada
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