Luis Hernández Navarro
La Jornada
Rectificar es de sabios.
Durante muchos años, Jorge Gage Francois fue un convencido dirigente de
la Confederación Nacional Campesina (CNC), la principal organización
campesina del PRI. Hoy, es el flamante coordinador nacional del Programa
Estratégico de Fertilizante de la Cuarta Transformación (4T).
Como secretario de Energía de la CNC, Gage Francois defendió la
reforma energética de Enrique Peña Nieto. En octubre de 2013, declaró
que era vital para transformar el campo, pues
es la columna vertebral por donde transitará el cambio de época que México está construyendo.
En estos días, el ex dirigente cenecista y nuevo funcionario de la 4T
está en el ojo del huracán guerrerense. Campesinos han realizado
cierres de carreteras, tomas de oficinas, retención de
funcionarios y alcaldes en varias regiones del estado. Su demanda es la
misma: la entrega de fertilizantes. Uno de los programas a cargo de Gage
Francois.
El cenecista fue designado para el cargo a finales de enero de este
año, en sustitución de Héctor Manuel Popoca. Antes de que le cortaran la
cabeza, Popoca levantó los padrones de productores en Tierra Caliente,
apoyándose en las asambleas ejidales. Detectó múltiples anomalías.
El malestar campesino que sacude al estado es legítimo. La producción
maicera en la entidad es, en mucho, de autoconsumo. De ella se
alimentan las familias en el campo. Para que las mazorcas crezcan en los
desgastados suelos, necesitan de abonos. Como la mayoría de las
siembras son de temporal, los labriegos necesitan echarlo con las
primeras lluvias. Para su preocupación, éstas ya llegaron, pero, en
buena parte del estado, los fertilizantes no. Si no lo ponen en unos
cuantos días, la cosecha se malogrará y las lluvias destrozarán los
caminos para trasladarlos a las parcelas.
La gravedad del asunto es tan grande, que el coordinador de delegados
nacionales, Gabriel García Hernández, quien ha tenido que entrarle a
resolver la cuestión ante los graves problemas de coordinación de los
responsables federales en el estado, pidió
a Tláloc que sea paciente porque si llueve antes, será lamentable. [Le pedimos que] nos pueda dar una tregua a que llegue el material.
El programa de entrega de fertilizante a los productores de maíz de
Guerrero funciona desde hace 24 años. Consiste en la entrega gratuita,
desde los municipios, de seis bultos por hectárea por campesino. Algunos
labriegos reciben el equivalente a dos o tres hectáreas. Fue un
programa estatal, en el que participaban las 81 presidencias
municipales. Hoy, con el presidente Andrés Manuel López Obrador, pasó a
manos de la Federación, para evitar la corrupción en su manejo.
Desde su nacimiento, el programa fue pieza clave del control político
en el estado. Durante años, la distribución del fertilizante fue
negocio del cacique Rubén Figueroa. Los padrones estaban inflados. Este
año, el gobierno estatal quería incluir 400 mil beneficiarios, en lugar
de los 230 mil que quedaron. Los alcaldes manejaban su entrega para
formar clientelas electorales, excluyendo a sus adversarios políticos.
Muchas organizaciones independientes se movilizaron activamente a lo
largo de este tiempo, para exigir la entrega de bultos del abono
químico.
El retraso en la distribución de fertilizante ha propiciado un
conflicto social en la entidad. Varias organizaciones tradicionales se
han montado en la inconformidad de los labriegos para ganar presencia.
El gobernador ha jugado sus cartas. El gobierno federal está intentando
acabar con la corrupción en el manejo del programa. Pero su respuesta ha
sido improvisada, lenta, incapaz y torpe. Algunos funcionarios
parecieran desconocer la realidad con la que se topan.
Las disputas internas dentro de la 4T, han complicado más las cosas.
Las aspiraciones por la gubernatura de la entidad, hace que entre los
morenistas no se respete la máxima de que
entre bomberos no hay que pisarse la manguera. Misteriosamente, fuera de programa, la Secretaría de Agricultura decidió entregar semillas de maíz a los campesinos por valor de 400 millones de pesos.
Una y otra vez, los responsables gubernamentales hacen declaraciones sin sustento en la realidad.
Hay padrón, vales y fertilizante, dijo Gage. Pero, el padrón final es resultado no del levantamiento de un censo en asambleas, sino de cruzar varios padrones previos. En muchos municipios, los vales que se han entregado no pueden ser canjeados por abono. Y el fertilizante que ha llegado, es, a toda luces, insuficiente. Hasta el pasado fin de semana, había arribado a las bodegas sólo la mitad del requerido.
En todo el tema hay, muy claramente, un problema no previsto de
logística. El gobierno federal necesita entregar 120 mil toneladas de
abono. Para trasladarlas desde Michoacán y Querétaro se requieren 4 mil
800 tráileres. Urge que el producto llegue a más tardar en 10 días.
El conflicto del fertilizante en Guerrero muestra que no es
suficiente proponerse acabar con la corrupción para tener un buen
gobierno. Se requiere, también, evitar la desorganización, la falta de
coordinación, las visiones encontradas y la ineficiencia de los
responsables. Hace falta, además, apoyarse realmente (no de palabra) en
la gente.
Twitter: @lhan55
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