NACIONES UNIDAS, 25 jun 2019 (IPS) -
En uno de cada cinco países, las niñas no tienen los mismos derechos de
sucesión que los niños, mientras que en 19 Estados las mujeres están
obligadas legalmente a obedecer a sus esposos. Solamente la mitad de las
mujeres casadas están en la fuerza laboral, mientras que realizan una
cantidad tres veces mayor de trabajo doméstico y de cuidados infantiles
no remunerados que los hombres, indica un estudio publicado este martes
25.
Si bien los derechos de las mujeres han avanzado en las últimas
décadas, las desigualdades de género y otras violaciones a los derechos
humanos fundamentales dentro de las familias persisten, afirma el
estudio “El progreso de las mujeres en el mundo 2019-2020: Familias en
un mundo cambiante”, dado a conocer por ONU Mujeres.
El informe asegura que las familias, en toda su diversidad, “pueden
ser factores determinantes de la igualdad de género, siempre que los
responsables de la toma de decisiones apliquen políticas arraigadas en
la realidad, de cómo vive la gente hoy, con los derechos de las mujeres
en su núcleo”, dijo la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile
Mlambo-Ngcuka.
Mlambo-Ngcuka advirtió que, sin embargo, las familias también pueden
ser terreno de conflicto, desigualdad y, con demasiada frecuencia,
violencia.
“En todo el mundo, presenciamos esfuerzos coordinados para negar la
voluntad de las mujeres y el derecho a tomar sus propias decisiones en
nombre de proteger los ‘valores familiares’”, dijo.
Actualmente tres mil millones de mujeres y niñas viven en países
donde no se criminaliza explícitamente la violación dentro del
matrimonio. Pero la injusticia y las violaciones también toman otras
formas.
En uno de cada cinco países, las niñas no tienen los mismos derechos
de sucesión que los niños, mientras que 19 Estados las mujeres están
obligadas legalmente a obedecer a sus esposos. Además, en los países en
desarrollo, alrededor de un tercio de las mujeres casadas dicen tener
poca o ninguna opinión sobre sus propias decisiones de atención médica.
Mujeres prestan tres veces trabajos domésticos no remunerados
El informe observó que la edad promedio de matrimonio ha aumentado en
todas las regiones, mientras que las tasas de natalidad han disminuido,
y las mujeres en general han aumentado su independencia económica.
Sin embargo, solo la mitad de las mujeres casadas entre las edades de
25 y 54 años participa en la fuerza laboral, en comparación con 96% de
los hombres casados y dos tercios de las mujeres solteras.
El hecho de que las mujeres continúen prestando tres veces más
cuidados infantiles no remunerados y quehaceres domésticos que los
hombres es un factor importante de estas desigualdades, que son
particularmente pronunciadas en los países en desarrollo, en los que el
acceso a las infraestructuras que permiten ahorrar tiempo y a los
servicios públicos es más limitado.
El estudio explica que cuando no existe disponibilidad de servicios
de cuidados profesionales, se espera que las mujeres y las niñas llenen
ese vacío, lo que reduce el tiempo que estas pueden destinar a sus
estudios, al trabajo remunerado y a otras tareas, o provoca que las
necesidades de cuidados queden desatendidas. Esta dinámica tiene
consecuencias negativas para las mujeres, puesto que afecta su capacidad
para acceder a un trabajo remunerado decente, así como su salud física y
mental.
Además, la violencia contra las mujeres y las niñas persiste hasta
alcanzar tasas abrumadoramente elevadas en todas las regiones del mundo.
A menudo, la violencia dentro de la familia es letal: se calcula que
un 58 % de las mujeres que fueron víctimas de homicidio en 2017 fueron
asesinadas por un familiar. Ese año murieron asesinadas 137 mujeres por
día.
“El hogar es uno de los lugares más peligrosos para la mujer”, aseguró Mlambo-Ngcuka.
Familias diversas
El informe también documenta la gran diversidad de estructuras y
relaciones familiares existentes en las diferentes regiones, dentro de
cada país y a través del tiempo.
A nivel mundial, 38% de los hogares son parejas con hijos; y 27% son
familias con un mayor número de miembros, incluidos otros familiares.
Los hogares monoparentales -de los cuales un 84% a nivel mundial
están conformados por madres solas que viven con sus hijos- y los
compuestos por parejas (heterosexuales u homosexuales) sin hijos,
también son comunes en muchas regiones. En las sociedades que están
pasando por un proceso de envejecimiento, los hogares unipersonales son
una realidad cada vez más frecuente.
El informe arroja algo de luz positiva sobre las licencias de
paternidad, con un aumento en la participación de los padres,
especialmente en países donde existen incentivos específicos.
La jefa de ONU Mujeres citó investigaciones y pruebas que demuestran
que “no hay un formato de familia estándar, ni lo ha habido nunca”.
Además, la cohabitación sigue una tendencia al alza y, en algunas
regiones, un número creciente de mujeres optan directamente por no
casarse. Estas decisiones pueden ser consecuencia tanto de la necesidad
como de la elección, ya que para algunas parejas el costo de formar una
familia puede ser excesivo.
También pueden ser el reflejo de una disposición cada vez menor por
parte de las mujeres a entablar relaciones en las que se espera que
asuman un rol subordinado.
Recomendaciones del informe
El informe llama a los responsables de la formulación de políticas,
activistas y cualquier persona a transformar las familias en espacios de
igualdad y justicia, en los que las mujeres tengan voz y capacidad de
elección, además de tener garantizada su seguridad física y económica y
hace varias recomendaciones para lograr ese fin:
- Modificar y reformar las leyes familiares para garantizar que las mujeres puedan elegir si, cuándo y con quién casarse; y permitir el acceso de las mujeres a los recursos familiares.
- Reconocer las diversas formas de asociación, para proteger a las mujeres en la convivencia y las parejas del mismo sexo.
- Invertir en servicios públicos, especialmente en salud reproductiva, para ampliar las opciones de vida de las mujeres y las niñas.
- Fomentar los sistemas de protección social, como el permiso parental remunerado y el apoyo estatal para que los niños y las personas mayores cuiden de sus familias.
- Garantizar la seguridad de las mujeres mediante la implementación de leyes para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas y brindar justicia y apoyo a las víctimas.
Este artículo fue publicado originalmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). IPS-Inter Press Service lo reproduce por un acuerdo general con la ONU para la difusión de sus contenidos.
RV: EG
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