Antonio Gershenson
La Jornada
Uno de nuestros
objetivos en las luchas por generar electricidad con uranio fue que se
utilizara el natural y no el enriquecido, como el que se usa en Laguna
Verde, Veracruz.
En India esta forma de generación de electricidad se realiza desde
hace 36 años, y desde entonces lo han hecho utilizando uranio natural.
No como en otros casos con uranio ya sometido a la conversión, a otra
forma, especialmente, el uranio 235, que es el utilizado para fabricar
la bomba atómica.
La generación de electricidad se realiza también con uranio
enriquecido. Así se hizo con la planta en Veracruz, la que se instaló
hace mucho tiempo y cuya construcción se llevó a cabo a lo largo de casi
dos sexenios. Ésta tiene muchos problemas y el uranio enriquecido debe
conseguirse en el extranjero y con alto riesgo para su traslado.
El uranio natural fue usado por primera vez para generar electricidad
en Canadá. El país que hoy más lo utiliza es India. Esa forma de
producir energía es propicia para México pues tenemos los medios para
lograrlo.
En India están funcionando 22 plantas nucleares para generar
electricidad. Hay siete más en construcción y algunas cuentan con la
participación de Rusia.
Se trabaja también en reactores de neutrones rápidos. Para este caso
se utiliza el torio como combustible. También se opera con plutonio y
con la combinación de ambos.
México tiene bastante uranio y su proceso se desarrolló durante años.
En nuestra nación hubo un amplio movimiento en defensa del uranio
natural, así como su uso para la generación de electricidad en forma
directa. Lamentablemente, los gobiernos reaccionarios reprimieron dicho
movimiento y destruyeron, también, los trabajos desarrollados en ese
terreno.
Ahora, con el actual gobierno, se empieza a recuperar lo usurpado en
petróleo y en electricidad. Pero no sólo hablamos de estos bienes,
también se están recuperando otros logros de la industria energética,
mismos que fueron destruidos por gobiernos anteriores.
Esta destrucción es, como otras, incluso del mismo sector de energía.
Por ejemplo, el Complejo Petroquímico Escolín, en Poza Rica, Veracruz,
fue destruido por orden del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, en
represalia contra los trabajadores que lo recibieron con manifestaciones
de rechazo en su primera visita. Esa planta era enorme y de alta
producción.
Desde el 28 de diciembre de 1983, en la Cámara de Diputados se
promovió la liquidación de Uromex (Uranio de México) por parte del PRI.
La diputada Dulce María Sauri expuso en tribuna, y sin una convicción
muy clara, los argumentos para la desaparición de esta empresa.
Quienes sí se expresaron con gran convicción en favor de la liquidación de Uromex fueron Víctor Manuel Carreto, diputado por el Tricolor,
quien ya había abandonado la agrupación Tendencia Democrática del
Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la Republica Mexicana
(Suterm), y Arsenio Farell Cubillas, titular de la Secretaría del
Trabajo y Previsión Social.
Por el Partido Acción Nacional, Bernardo Bátiz Vázquez, coordinador de su grupo parlamentario, se refirió a que el
Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear (Sutin), por haber mantenido una actitud independiente como sindicato, ha sido hostilizado y perseguido de tal manera que se atenta contra un grupo, que independiente de su ideología, tiene derecho a defender su independencia.1
Posturas similares las tuvieron los partidos Socialista Unificado de
México (PSUM) al que yo pertenecía, el Socialista de los Trabajadores
(PST) y el Partido Popular Socialista (PPS).
No obstante, el sector obrero del PRI, más adelante, fue aliado
nuestro en diversas propuestas y diferentes objetivos, pero de interés
común.
En la actualidad, nuestros aliados podrían ser muy diferentes.
Hablamos, entre otros casos, de una nación con más de mil 300 millones
de habitantes, llamada India.
1 GershensonTáfelov. Antonio, México Sindicalismo y Poder; la experiencia nuclear , Editorial El Caballito, México, 1987, p. 100.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario