En México, las mujeres hemos vivido el REGIMEN PATRIARCAL, de derecha
o de izquierda, conservador y arrasante. El patriarcado fuertemente
arraigado en los constructos estructurales de la sociedad y que
beneficia a los hombres que se dan permiso y libertad para poseer,
gobernar, usufructuar, desde la tierra, hasta los cuerpos de niñas y
mujeres.
Se renueva desde diferentes vertientes, maneja discursos demagógicos
donde las mujeres seguimos siendo oprimidas, dominadas subyugadas por
sus acciones y omisiones.
El régimen actual en México, con pinceladas de izquierda que son
toneladas de conservadurismo moralizante, nos golpea tan fuerte como los
otros gobiernos y eso se debe a que permanecen los hombres líderes de
siempre, que cambian de un lado a otro de filas partidarias y de bases
ideológicas políticas, según su conveniencia.
El cambio de régimen de gobierno no ha significado un cambio en
nuestras vidas. Nos siguen matando, nos siguen violando. Los hombres
siguen beneficiándose de la impunidad para perpetuar la violencia contra
las mujeres. De nada sirven sanciones de 60 años o perpetuas cuando son
muy pocos los investigados, y menos los llevados a juicio. A las
mujeres se nos inhibe para denunciar y se no aplican correctivos como
obstáculos para no acceder a la justicia, se aplican correctivos para
todas las que nos rebelamos, para las que nos cuestionamos.
Basta de pedir justicia, basta de pedir derechos, el régimen es quien
juzga y quien reconoce derechos, por eso sus instituciones no nos
sirven.
Los hombres se han unido en un pacto patriarcal que tiene fuertes
raíces en la estructura social, cultural, religiosa, de derecho, que
cuenta con instituciones que reproducen este régimen. El arte hecho por
hombres, los libros escritos por hombres, desde esta posición de poder y
con un lenguaje sexista, NO NOS SIGNIFICAN, ni nos representan. En el
arte y las manifestaciones culturales, nos quieren como objetos de
consumo.
En la historia del patriarcado no estamos visualizadas las mujeres
como actoras, como luchadoras sociales, pues uno de esos correctivos es
invisibilizarnos.
El pacto patriarcal cuenta con fuertes alianzas, con replicantes
hasta entre las que estamos oprimidas y sujetadas. Se fortalece con el
crimen organizado y el narco-Estado que sustrae niñas y mujeres de las
comunidades, que trata, que usufructúa nuestros vientres y el trabajo de
cuidado, haciendo todo tipo de “negocios exitosos” en el mundo con
niñas y mujeres, constituyendo así la mayor explotación del régimen
patriarcal.
Se perpetúa la sobreexplotación de los recursos naturales, afectando
ecosistemas enteros y poniendo a las especies en peligro. Se favorecen
los intereses de los hombres en el poder con la justificación de
intereses nacionales.
El régimen permite y se beneficia de la contaminación, usando
combustibles fósiles y sus derivados, explotan el uso del agua; le han
puesto título de propiedad a la tierra, se han apropiado de litorales,
de playas, de montañas, trafican con las especies de animales y plantas,
con nuestra historia y con la huella de nuestras y nuestros ancestros.
Regulan en su beneficio la medicina tradicional, la partería, los
saberes ancestrales.
El régimen maneja los capitales, distribuye los bienes y recursos. La
corrupción es un producto del patriarcado, que continuará mientras
exista el patriarcado
El régimen patriarcal polariza y pretende hegemonizar, no reconoce diversidad de pensamiento que no sea la que autoriza.
Hoy más que nunca la RE EVOLUCIÓN FEMINISTA RE EXISTE porque nos
queda definitivamente tirar al régimen patriarcal y todas sus
manifestaciones.
20/EO/LGL
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