Eduardo Ibarra Aguirre
“Sensatez” pidió el secretario de Marina a los capos de los cárteles del narcotráfico y el crimen organizado para que no realicen “actos terroristas” durante las festividades por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.
Nadie en sus cabales desearía que la petición de Mariano Francisco Saynez Mendoza fuese ignorada por los capos operativos. Pero resulta cuando menos cándida la petición, para decirlo respetuosamente, ya que es más que previsible, obvio, como él mismo lo reconoce, un recrudecimiento de la violencia en el corto plazo tras la captura de Édgar Valdez Villarreal, a quien en un gesto de excesiva confianza Felipe de Jesús Calderón Hinojosa denomina públicamente y en forma reiterada La barbie. El que se ríe se lleva, lo sabe muy bien el michoacano de Morelia y por ello corre riesgos innecesarios con los capos operativos que ahora le podrán aplicar los seudónimos que utilizan millones de ciudadanos: El espurio, Fecal, Chapelén…
Llama más la atención, sin embargo, la definición que del terrorismo hizo el secretario de Marina: “también es terrorismo cortar cabezas, encontrar gente desmembrada; son actos terroristas también porque le causan terror, miedo y pavor a la gente”. Acaso tenga completa razón, pero circunscritos a su definición, buena parte de las políticas y, sobre todo, las prácticas del Ejército, la Armada y la Policía Federal para materializar la guerra decretada por el comandante supremo de las fuerzas armadas --sin consultar a nadie y cuatro años después tiene mucha prisa por hacerla de Estado--, “causan terror, miedo y pavor a la gente”.
Con juicios como el anterior, se corre el riesgo de que con el maniqueísmo e intolerancia que cada día significan más a Genaro García Luna, inscriba a este redactor entre los excomulgados, cuando dijo: “Hay gente con una mezquindad brutal que pareciera que están en defensa de los criminales”. Y el ingeniero mecánico no se anda por las ramas, son varios los colegas amenazados y/o demandados ministerialmente por realizar investigaciones periodísticas sobre el origen de sus presuntamente crecientes bienes e inmuebles, entre ellos una casa de 20 millones de pesos, como documentó la reportera Anabel Hernández.
Si el secretario de Seguridad Pública pide aplausos para la Policía Federal e, indirectamente, para él mismo, no tengamos empacho en brindárselos. Pero el señor necesita entender primero que los excesos policiacos –robos, torturas, saqueos, mordidas y venta de protección-- de una parte de sus 34 mil 500 agentes no son obra de sus críticos, sino parte de la cruda realidad que padecen los ciudadanos. No en balde se anunció el 30 de agosto la expulsión de ¡3 mil 200 agentes! Hombres y mujeres que no es nada remoto se incorporen a las filas del narco y sus derivados.
Es indispensable muchísima más información sobre las circunstancias en que fue detenido el ciudadano estadunidense Valdez Villarreal, para que las conjeturas no tengan espacio en los medios de comunicación. Mientras tanto que García Luna no se indigne por los múltiples trascendidos e informaciones --sin fuente identificable ante el público--, sobre la entrega pactada del capo y/o el ofrecimiento de no ser extraditado a Estados Unidos si brinda información sobre las empresas criminales. Como bien sabe, la fama de eficaz productor de montajes para Televisa no le viene del cielo, se la ganó a pulso con Florence Cassez.
Por lo demás, el policía número uno de la República, como su jefe y amigo Calderón, no brindan un solo dato sobre la reducción del número de adictos a drogas y que hoy suman 600 mil mexicanos, pero saturan al país, como también lo hizo Guillermo Galván Galván, sobre “históricos decomisos”. Tanto que los escuchamos y leemos desde hace cuatro décadas.
Acuse de recibo
La abogada Norma Esperanza Falcón Ruiz agrega, desde Villahermosa, Tabasco, lo siguiente a Desaparición forzada (1-IX-10). “Dominemos la adversidad. No es asunto de sentir las cosas en un orden sistemático sin demostrar lo que rechazamos, en un reclamo generalizado de la sociedad civil en su conjunto, dadas las condiciones sin la reflexión que debe programarse asiduamente, manejada en un sentido exacto de prevención y castigos consecuentes en una masacre sin límites. Las atrocidades a que conduce una guerra que sin más que orientar por los expertos, va a ser dominada por la cordura, la planeación, y el sentirnos seguros que todo cambia con el tiempo”… Y María Teresa Menéndez Monforte apunta: “También a Progreso llama el presidente, informa el Diario de Yucatán”… El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Ramón Narro Robles, me entregó la siguiente placa: “El Club Primera Plana, ‘Por la dignificación del periodismo en México’, otorga el siguiente reconocimiento al colega Eduardo Ibarra Aguirre, revista Forum, al cumplir 40 años de actividad profesional. 27 de agosto de 2010. Raúl Gómez Espinosa, presidente. Guillermo Rodríguez Gallegos, secretario general”. Muchas gracias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario