Zapping Televisivo
Imagen del programa Pequeños Gigantes. Fuente: latina.com
Hambrientos de altos puntajes de rating que justifiquen la comercialización de los espacios televisivos tan aburridos los domingos desde que se canceló Siempre en Domingo, los ejecutivos del Canal 2 de Televisa decidieron hacer un remake de aquella emisión de Juguemos a Cantar, de 1982, con un ingrediente de reality de concurso y mucha publicidad integrada a lo largo de la emisión.
Así surgió el concurso Pequeños Gigantes, producido por los hermanos Rubén y Santiago Galindo, que este domingo 24 de julio llega a su “gran final” con un objetivo claro: prolongar el interés de las audiencias a través de un nuevo programa que se llame El Gran Show de los Peques.
La primera emisión del concurso, el 28 de marzo, registró 21.3 puntos de rating en la zona metropolitana y 36.4 de share, según los datos de IBOPE. Es decir, más de la tercera parte de los televisores del Distrito Federal y el área conurbada sintonizaron el concurso.
La combinación del programa obligaba a padres e hijos a ver la emisión. La principal atracción para los papás fueron los entallados vestidos de Galilea Montijo con prominentes reminiscencias mamarias y para las madres de los niños se vendió la ilusión transferida de ver a sus hijos convertidos en “estrellas televisivas”, con Gloria Trevi como madrina, aunque importara poco aquellos escándalos de la década pasada sobre presunta explotación infantil de la intérprete de Pelo Suelto y su mánager, Sergio Andrade.
Los niños de 6 a 10 años, en el papel de adultos que interpretan canciones del bagaje cursilón de Televisa, se convirtieron en una fiebre dominical, sin que las autoridades encargadas de regular contenidos para la audiencia infantil, dijeran absolutamente nada.
Según el resumen mensual de IBOPE, en abril el rating promedio de Pequeños Gigantes fue de 21.9 puntos y en mayo se mantuvo con 21.3 puntos, promedio. El reality desplazó a muchas telenovelas, como Triunfo del Amor que pasó de 22 a menos de 19 puntos de rating.
La mina de oro de explotación televisiva de los pequeños estuvo a todo lo que da. En una emisión del concurso, la niña Ana Celeste definió al actor William Levy como “el hombre ideal” para toda mujer. Con estas frases de publicidad autorreferencial, Televisa pretendió transportar el interés de las audiencias por el declinante intérprete de telenovelas que ya no generan novedad ni más audiencias.
Un escándalo se generó en la radio cuando Carlitos, uno de los participantes, declaró con la inocencia de un menor de edad que los productores de Televisa les pagaban a los niños 2 mil pesos por emisión. “Casualmente” surgieron declaraciones de las mamás de otros participantes que dijeron que no eran 2 mil pesos sino más los que les pagaban. Ah, la generosidad de Televisa que no da paso sin huarache.
En su edición de este domingo, la sección Gente! del periódico Reforma, informó que Televisa firmó con las madres de los pequeños finalistas un contrato de exclusividad por dos años para que los niños concursantes participen lo mismo en El Show de los Peques que en otros programas de Televisa, como La Rosa de Guadalupe.
El contrato de exclusividad –traducción de apropiación de los “derechos de explotación de imagen” en el ámbito televisivo- les prohíbe a los niños y a sus tutores promocionarse como los “ex Pequeños Gigantes” en alguna otra televisora o medio de comunicación.
Así lo explicó Rubén Galindo, el productor:
“Hay un periodo de tiempo donde los niños y Televisa se comprometen a buscar proyectos de interés mutuo y, durante ese lapso, son exclusivos. No pueden ir a ninguna otra televisora porque la empresa está invirtiendo en el desarrollo de sus carreras y en su educación artística”.
¡Qué tal! Bienvenidos a la moderna esclavitud s e telegénica, con el apoyo de los padres de familia. Eso sí, presumen que los ganadores de alguno de los tres “escuadrones” finalistas (Megaestrellas, Rebeldes e Irresistibles) ganarán la “gran suma” de 2 millones de pesos.
¿Nadie les ha explicado que está prohibida la explotación infantil en las leyes mexicanas? ¿O ya todo esto se puede sacrificar en aras del rating?
en que fuente te basaste ? las podrias poner gracias
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