El cuerpo nuestro de cada día
Por Hena Carolina Velázquez Vargas*
México, DF, 9 ago 11 (CIMAC).- En fecha reciente acudí a conocer un alentador modelo de atención dirigido a hombres interesados en trabajar su violencia.
Lo promueve una organización de la sociedad civil que lleva por nombre Género y Desarrollo (Gendes). Tiene como sede el Distrito Federal y desde esta ciudad capital aplica el Programa “Hombres Trabajando(se)”, creado por Antonio Ramírez en San Francisco, California, en el 2003.
Una de las mayores bondades de esta propuesta ha sido abrir un espacio para que los hombres elaboren sus procesos internos y contacten con su mundo emocional, de manera individual, en grupo o en la comunidad.
Tras reconocer que la violencia existe cuando a las mujeres se les agrede, discrimina o invisibiliza por el simple hecho de ser mujeres, con su labor quienes participan en Gendes buscan “reflexionar, cuestionar y deconstruir los códigos y reglas culturales” que marcan la manera de ser hombres en la sociedad actual.
Para mostrar esta realidad retoman datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi): en México tres de cada cinco mujeres viven este tipo de violencia, lo cual es un reflejo de un problema de salud pública, señalan.
A partir de su misión —prevenir y erradicar la violencia masculina y dirigir su trabajo a hombres dispuestos a explorar su vida personal—, con el modelo de atención se proponen fortalecer la relación de los hombres con su pareja y/o la comunicación con sus hijas e hijos y su núcleo familiar.
A partir de una experiencia de siete años y bajo la premisa de que las actitudes, los valores y los comportamientos asumidos desde la identidad masculina tradicional —machista, patriarcal, dominante o hegemónica— son una construcción social, están convencidos de que la violencia ejercida por los hombres es modificable.
“Todo hombre, si así lo decide, puede cambiar sus pensamientos
y acciones machistas para dar paso a nuevas formas de relacionarse ancladas en el respeto y la igualdad de las mujeres”, afirman.
Y consideran prioritaria su participación con los hombres para “erradicar la violencia de género, el desequilibrio social y la inequidad en las relaciones humanas, impulsando con ello el ejercicio de una verdadera vida democrática que, a su vez, genere las condiciones para el desarrollo de nuestra sociedad”.
Por ello, una parte de su trabajo es tender puentes y alianzas con otras organizaciones e instituciones de mujeres para lograr un trabajo conjunto y cooperativo.
La fuerza política y movilizada de las mujeres para denunciar, exigir y proponer alternativas para sembrar un mundo libre de violencia ha tenido su eco.
Como bien afirma la feminista Marcela Lagarde, el feminismo ha abierto un camino inédito al constatar que las raíces de la violencia se encuentran en la desigualdad estructural entre mujeres y hombres y en la opresión de las mujeres.
En el modelo que promueve Gendes se ve la influencia del movimiento feminista, así lo explican en su página web.
Gendes lo fundó “un grupo multidisciplinario de profesionales en ciencias sociales, simpatizantes del movimiento feminista, que trabajan desde la perspectiva de género para disminuir y erradicar la violencia masculina”.
Enhorabuena para esta propuesta que estoy segura generará mayores impactos en la prevención y erradicación de la violencia de género que tanta falta hace en México.
* Periodista mexicana, narradora oral, facilitadora de grupos, terapeuta con Enfoque Centrado en la Persona y Gestalt e instructora asociada del Sistema Tao Curativo.
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