Crédito: Lainformacion.com
La sentencia surgió luego de que el primer ministro británico anunciara que no le temblará el pulso si tiene que cortar el acceso a redes sociales y servicios de mensajería para frenar las revueltas coordinadas por esta vía.
En un arranque de impotencia, Cameron ha confesado que baraja el apagón de Internet como medida para frenar la escalada de violencia y saqueos que han puesto en jaque al país, algo que ya utilizaron los gobiernos totalitarios de Egipto o Túnez con escasos resultados. Además, no ha descartado desplegar el ejército en las calles de las principales ciudades.
La policía ha denunciado que los disturbios de los pasados cinco días en Londres, Manchester o Birmingham se han visto alimentados, según las autoridades, por el uso de Twitter, Facebook o el chat de Blackberry.
El primer ministro británico ha reconocido ante la Cámara de los Comunes que “estamos trabajando con la policía, los servicios de inteligencia y la industria para ver si frenamos a la gente que usa estas webs y servicios para comunicarse cuando sabemos que están incitando a la violencia, el desorden y la criminalidad”.
Desde una de las cuentas en Twitter del colectivo Anonymous, @AnonActionUK, ya se ha anunciado la puesta en marcha de la llamada #OpBritain, una operación “en un estado inicial”, pero que “podría ser enorme si conseguimos el apoyo de la gente adecuada”.
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