Fuente: http://www.reporteindigo.com/
“La gobernadora le sugiere que sería muy bonito que su esposa pudiera acudir vestida de terno al evento de Dzibichaltún”, se escuchó al otro lado de la línea telefónica.
Era la “sugerencia” para uno de los 2 mil invitados al magno evento organizado por la gobernadora yucateca Ivonne Ortega Pacheco el pasado 1 de agosto para autocelebrar su Cuarto Informe ciudadano de gobierno, con el lema “Tiempo de mirar al futuro”.
Nervioso, el invitado salió a comprar de última hora uno de los ternos para disfrazar a su mujer. Era una de las reglas para acudir junto con otras cientos de personas que llegaron a la zona arqueológica maya de Dzibichaltún, patrimonio de la humanidad decretado por la UNESCO, convertida en patrimonio personal de una gobernadora que quiere “mirar al futuro” y evadir su presente crítico.
Suspicaces, los yucatecos saben de qué se trata esta frase: la mandataria priista, la única mujer al frente de un Ejecutivo estatal, deshoja la margarita para quedar como coordinadora de la campaña nacional de Enrique Peña Nieto, su compadre, amigo, protector y modelo a seguir, sobre todo, cuando se trata de mezclar farándula y política y tirar la casa por la ventana para los enormes gastos en medios de comunicación masiva y disparara la deuda estatal de 300 a 8 mil millones de pesos, un verdadero récord que le costará a todos los habitantes de la entidad.
Ojalá los millones de pesos que Ortega Pacheco ha gastado en spots, en financiar telenovelas y concursos de belleza, en subsidiar la construcción de un centro Teletón, en llevar a Mérida conciertos de Plácido Domingo, Juan Gabriel o Shakira, en viajar a las bodas de la farádula como la reciente de Galilea Motijo, en contratar a Pedro Torres para que haga promocionales de gran belleza visual sirvieran para la promoción del estado.
En realidad, han servido para promover su figura y convertir a su gobierno en uno de los ejemplos más vergonzosos de culto a la personalidad, de dispendio y falta de mesura. No por nada, las cámaras empresariales y los organismos cívicos han acrecentado sus críticas a Ivonne Ortega Pacheco.
Las formas republicanas se han transformado en una pachanga peligrosa, una borrachera de autoelogios, sin límite ni mesura.
No en balde, el tema consentido en las sobremesas de los yucatecos es burlarse de los excesos y las imposturas de su gobernadora: que si lloró cuando habló del Teletón, que obligó a los asistentes a su IV Informe de Gobierno a romper una flecha, que si contrató a brujos y a mayas “de utilería” como antes lo hacían los antiguos hacendados, que si promueve la marca de ropa Ibónica en la cual tiene intereses, que si el hotel boutique del Paseo de Montejo donde recibe a sus “invitados especiales” (casi siempre artistas, productores de Televisa o TV Azteca, o políticos de muy mala fama nacional como Carlos Salinas de Gortari) es de su propiedad, que si ella se puso de acuerdo con Angélica Araujo para mandar golpeadores el pasado 4 de julio en la protesta contra el paso deprimido en la “Glorieta de la Paz”.
Ortega Pacheco presume en sus discursos y en espectaculares que Yucatán es una de las entidades más seguras del país. Eso nadie lo duda. El problema es que es una paz de los sepulcros, basada en acallar a la crítica, en intimidar a los opositores, en reprimir cualquier brote de disidencia. Y los yucatecos más informados también saben que las rutas del crimen organizado pasan por el Aeropuerto y algunas otras zonas no precisamente arqueológicas de Yucatán.
La “Gobernadora Cochinita”
Los excesos de Ivonne Ortega son documentados en la edición de este viernes de la revista electrónica Reporte Indigo, dirigida por Ramón Alberto Garza, periodista incisivo que ha puesto el dedo en la llaga de lo que actualmente sucede con la administración de la priista que le arrebató la gubernatura al PAN en 2007.
“Aquí hay una protección de la federación al gobierno de Ivonne”, afirma Guillermo Vela Román, uno de los entrevistados en la edición de Reporte Indigo. No es casual que los excesos de Ortega Pachecho pasen desapercibidos por la Federación y menos por el gobierno de Felipe Calderón. Varios panistas yucatecos recuerdan muy bien que fue el gobierno de Patricio Patrón Laviada, del PAN, el que le ayudó a ganar la candidatura presidencial frente a Santiago Creel. “Y así nos pagan”, dicen algunos de los desencantados panistas, críticos de Ortega Pacheco.
Pero la ruptura más fuerte, señalada por Reporte Indigo, es con el sector empresarial, descontento con las malas cuentas de Ivonne Ortega, el incremento de impuestos y una serie de medidas desesperadas frente al sobregiro de las arcas estatales.
Ortega Pacheco recibió el gobierno con una deuda pública de 300 millones de pesos que ha elevado ahora a 8 mil millones de pesos. Con los bancos, la deuda aumentó de 265 millones de pesos a 2 mil 912 millones de pesos para 2012.
Y Yucatán no es, ni de lejos, una entidad que genere los ingresos fiscales del Estado de México o de Nuevo León.
Reporte Indigo advierte que ninguna de las tres “obras insigne” de su gobierno se han concretado: el Parque Científico, el Museo de la Cultura Maya y el Tren Bala o rápido hacia Cancún.
Eso sí, la jarana no ha faltado.
Felipe Enríquez, el Señor de los Dineros
Ya no es un secreto a voces que uno de los personajes más relevantes detrás del gobierno de Ivonne Ortega Pacheco, es el joven diputado federal priista Felipe Enríquez, de triste memoria en Monterrey, vinculado a negocios turbios inmobiliarios, compadre de Enrique Peña Nieto y también de Ivonne Ortega.
Reporte Indigo señala que “Felipe Enríquez fue designado delegado del PRI en Yucatán, fue responsable de los dineros, con el apoyo del empresario Arturo Millet, propietario del equipo de futbol Venados, y de Rodolfo Rosas Mora, y de Félix González Canto”, entonces gobernador de Quintana Roo. Estos personajes “trazaron la ingeniería financiera” de Ortega Pacheco.
“Felipe Enríquez repitió el efecto Peña Nieto y convirtió a Ivonne Ortega en su comadre. Pero el regiomontano cobró otros dividendos.
“Y terminó colocando como el ‘Angel Custodio´de sus intereses personales, económicos y políticos en Yucatán a su incondicional amigo Ulises Carrillo, quien funge como jefe de la Oficina de la Gobernadora, y a Jesús Rivero Covarrubias, coordinador general de Comunicación Social”, anota Reporte Indigo.
¿Logrará Ivonne Ortega Pacheco lanzar su flecha hasta el corazón de la campaña de un precandidato copetudo?
Todos especulan que la presencia de Carlos Salinas de Gortari en Yucatán, personaje de todas las intrigas recientes, tiene que ver con esta aspiración. Sin embargo, hay una ruptura más profunda que ni la jarana, ni la vaquería ni la tragicomedia de teatro de carpa que se vive ahora en esta entidad va a poder resolver.
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