Alfredo Jalife-Rahme
Barack Obama pronuncia un discurso durante una ceremonia para
conmemorar el Día de los Veteranos, en el Cementerio Nacional de
Arlington, el domingo 11 de noviembreFoto Xinhua
Amén
del voto latino y de las mujeres solteras, que resultó determinante en
el triunfo de Obama, Publico.es (9/11/12) aduce que su
arma total para vencer a Romneyfue un megacerebro informático que controla Facebook, donde en La Cueva –sala secreta de cuartel general de campaña del Partido Demócrata en Chicago–
se estableció la mayor maquinaria electoral cibernética jamás construida en Estados Unidosy cuyo éxito operativo a través de las redes sociales
es innegablemediante supercomputadoras de ensueño.
Al día siguiente de su relección, Obama realizó 13 llamadas a mandatarios que considera
amigables(ver Bajo la Lupa, 11/11/12): el canadiense (quíntuplemente por vecindad y TLCAN/Comando Norte/OTAN/anglosfera); dos latinoamericanos (la brasileña y el colombiano); cuatro del Medio Oriente –el egipcio, el turco, el saudí y el israelí (a éste protocolariamente, cuando Netanyahu emergió como el gran derrotado por haberse inmiscuido en las elecciones para favorecer a su
íntimoRomney); el de India (más per se que como miembro de los BRICS); tres europeos (el británico, el francés y la alemana); la australiana (de parte de la anglosfera), y al secretario general de la OTAN (¡súper sic!).
Existen más mediorientales (cuatro) que europeos (tres) y latinoamericanos (dos) en la cosmogonía de Obama, con la interrogante de Netanyahu, quien enfrenta elecciones en febrero que puede perder frente al partido Kadima de la dupla Livni-Olmert.
Se pudiera discutir el ostracismo del presidente saliente de México cuando su presidente entrante realizará una visita oficial a la Casa Blanca a finales de noviembre, cuando ondea muy alta la bandera latina, en particular la mexicana, que fue decisiva en su triunfo
demográficosobre los
blancos anglosajones protestantes(WASP, por sus siglas en inglés): recomiendo la segmentación electoral de The Washington Post (10/11/12).
De los 193 mandatarios adscritos a la ONU llama la atención que Obama le haya hablado a 12 (sumado el secretario general de la OTAN) –es decir, 6.2 por ciento de los países globales–, y no lo haya hecho con sus supuestos
aliados, como al primer ministro de Japón y otros tantos del sureste/noreste asiático, cuando es comprensible que no haya contactado a sus dos principales rivales geoestratégicos: China (en plena efervescencia del cambio transgeneracional de sus mandarines) y Rusia, aunque el premier Medvediev festejó el triunfo de Obama, ya que con Romney estaríamos al borde una tercera guerra mundial.
También es llamativo que Obama no le haya hablado al secretario general de la ONU ni al director japonés de la sumisa AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica), ya no se diga al director genuflexo de la OCDE.
Según David Ignatius, de The Washington Post (9/11/12), analista muy cercano a Obama, el presidente había congelado tanto su política exterior en el verano (hasta la nueva orden de su relección) como su abordaje precavido de
liderar desde atrás. A su juicio, se perfilan
algunos temas globales urgentes (sic) que tiene que afrontar Obama.
Considera que
China es tanto la mayor oportunidad como el mayor peligroy aduce que los
países ascendentes algunas veces se vuelcan al nacionalismo (¡súper sic!) como una forma de mantener la cohesión interna, y esta tendencia ha sido evidente con el empuje de Pekín en el Mar del Sur de China (Ver Bajo la Lupa, 4 y 18/12/11, 4/1/12, 27/5/12).
David Ignatius comenta que
la respuesta de Obama ha sido un requilibrio del poder militar en Asia, que es la mitad del todo, ya que
la diplomacia importa aún más como la otra mitad.
En
la cumbre asiática en Camboya a finales de noviembre, a la que asistirá
Obama, no habrá escala en China, como tampoco asistió a la cumbre de la
Cuenca del Pacífico, apadrinada por Vlady Putin.
Al parecer, cuando las relaciones geoestratégicas tripartitas andan mal, las relaciones regionales andan peor (v. gr. Siria, Irán, etcétera).
David Ignatius juzga que el
desafío radica en construir un diálogo con Pekín que puede evitar las confrontaciones militares (sic) que seguido surgen cuando las potencias ascendentes como China confrontan a las dominantes.
Cita al respecto a Graham Allison (GA), profesor de Harvard, quien
sugiere que Obama debe considerar una versión de lo que el presidente
Kennedy llamó “las precarias reglas del statu quo” entre Estados Unidos y la URSS después de la crisis de los misiles en Cuba:
diálogo continuo sobre intereses estratégicos y una comprensión de que ningún lado tomaría pasos provocativos en el patio trasero (sic) del otro. A juicio de David Ignatius,
Obama deberá apadrinar un diálogo similar con los nuevos líderes chinos.
En segundo lugar coloca a Irán como
el mayor riesgo de guerra, pero también
la mayor oportunidad para un avance diplomático, como ha mostrado la disposición del ministro de Relaciones Exteriores persa Ali Akbar Salehi. Sucede que Obama
desea la confirmación del supremo líder chiíta Ali Khamenei a tales propuestas.
En la misma frecuencia que Rusia, David Ignatius considera juiciosamente que
la verdadera negociación acontecerá con una reunión bilateral entre Irán y Estados Unidos. Vuelve a citar a Graham Allison, quien arguye que
Estados Unidos e Israel deben cesar de soñar sobre un acuerdo idealy prepararse a un
acuerdo desagradable (sic), como el que concluyó la crisis de los misiles en Cuba.
David Ignatius interpreta que la
fórmula desagradablees
aquella que sea verificable para frenar a Irán de tener su bomba. No dice pío sobre la posesión de 400 bombas nucleares por Israel, que han desestabilizado a la región y provocado una ineludible carrera armamentista de los afectados países vecinos.
Nos parece que lo óptimo para la región y el planeta es la
desnuclearización de todo el gran Medio Oriente sin excepciones
teológicas supremacistas.
Por primera vez en forma pública Rusia estimuló el diálogo bilateral
entre Estados Unidos e Irán que podría ayudar a evitar un conflicto (Financial Times, 11/11/12). Sergei Ryabkov, vicecanciller ruso y su principal negociador del contencioso nuclear iraní, en entrevista al Financial Times adujo que no tenía nada contra el encuentro bilateral y esperaba que Rusia
sea informada del contenido de los acuerdos. Algo han de saber los rusos.
Según el Financial Times, un alto funcionario británico aprobó también el diálogo directo bilateral, ya que
Estados Unidos necesita garantizar a Irán que no busca un cambio de régimen mientras retrocede su programa nuclear.
En vísperas de las elecciones, The New York Times (20/10/12) filtró que Estados Unidos e Irán mediante
un canal privado de comunicaciónacordaron tener diálogo bilateral.
Sergei Ryabkov expresó que Rusia y Estados Unidos regresarían a
trabajar en varios rubros donde las relaciones puedan ser mejoradas,
sin soslayar las profundas diferencias en un amplio rango de temas
diplomáticos y de defensa, como el despliegue balístico misilístico en
Europa, sobre el cual Rusia exige garantías legales, a lo que se
resiste Obama, a quien le falta volverse a comunicar con los
mandatarios de Rusia y China para alcanzar las mínimas 15 llamadas.
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