11/13/2012

Los periodistas pal cafe



Hay tal sentido de ansiosa practicidad en el mando político que ya está instalado en México, aunque en términos de protocolo asumirá el poder el próximo uno de diciembre, que es válido preguntarse hasta dónde llegará esa predisposición avasallante si en una nación atribulada y debilitada por un gobierno federal que se va no existen los adecuados y suficientes contrapesos a un grupo políticamente victorioso (el de Peña Nieto y sus aliados y patrocinadores ejecutivos) que cree que puede hacer impunemente lo que quiere.
Constituido por factores de frivolidad, abuso y aprovechamiento faccioso (en distintas proporciones, cambiantes conforme a las necesidades de cada circunstancia), el nuevo grupo en el poder ha ido avanzando en la exploración del umbral de resistencia de los mexicanos ante la corrupción y la imposición. Del Haiga sido como haiga sido que es la sublimación confesional del calderonismo 0.56 por ciento, pasando por la increíble historia de la niña Paulette y la cama asesina como confirmación del desprecio del peñanietismo no sólo por el derecho y la justicia, sino incluso por la salud mental de los mexicanos, hasta la compra del poder público en 2012 mediante operaciones a la vista de todos que luego son simplemente negadas mediante el manejo disuasivo de discursos estupefacientes y medios de comunicación aliados.
Todo va demostrando a los nuevos dueños del país (etiquetación derivada de la fallida alianza entre PRD y PAN que supuestamente trataría de conjurar esa vocación propietaria del priísmo) que, tomando como referencia la postración nacional, el desánimo cívico, la ambición mercantilizable de las estructuras partidistas opositoras y la institucionalidad damnificada, les será posible aprobar reformas al interés popular inmediato y rediseñar el país conforme a los intereses potenciados de las élites cuya inversión política y económica triunfó en julio pasado.
Una muestra menor de ese desdén cabalgante se ha dado en el tema de las boletas electorales que ayer comenzaron a ser destruidas. Ni para qué batallar con esos documentos, correspondientes a los comicios de hace apenas unos meses, como hubo de hacerse con los de 2006. Ya aquí mismo el tecleador astillado expuso hace semanas su convicción de que de poco sirve en realidad el mantenimiento de esos paquetes, que poco podrían probar de fraudes mayúsculos cuya principal parte se preparó e indujo desde fuera de las urnas, pero los arrebatos desde el poder que llega (al que obedecen tanto la cúpula rectora del IFE como del tribunal electoral federal), la premura por deshacer objeciones, el proceso de acallamiento mediático, la concertación marrullera y vulgar de alianzas legislativas, los indicios de lo que puede ser el próximo gabinete, los grupos y personajes que ya se mueven con aires de intocabilidad y prepotencia sexenales, van mostrando que en las alturas políticas a la espera de regresar formalmente a Los Pinos se fortalece peligrosamente una lectura desproporcionada de la desgracia nacional, asumiendo que ha sido vencida toda resistencia, que la oposición está domesticada y dividida, que los ciudadanos soportan y soportarán todo lo que se les imponga.
En otro tema, Rubén García Moguel denuncia en ejercicio cívico lo que le consta respecto a propuestas de corrupción en el marco del programa de cambio de medidores de consumo por la Comisión Federal de Electricidad. Dicho programa sustituye los antiguos aparatos por otros, electrónicos, que supuestamente darán fin a las denuncias de consumidores por excesos en los cobros bimestre a bimestre.
En ese contexto, a principios del mes en curso se anunció en la delegación Benito Juárez, del Distrito Federal, la inminente visita de brigadas de técnicos especializados en la sustitución de medidores, aclarando que la operación sería totalmente gratuita. Una decena de trabajadores, llegados a bordo de camionetas tipo Van con logotipos de la CFE en las portezuelas, realizaron las faenas técnicas.
Pero, “ya adentro de las casas o condominios y una vez iniciados los trabajos de desmonte de los viejos medidores, los jóvenes técnicos (no más de 23 o 25 años de edad) ofertan la posibilidad de que uno como titular de la cuenta se pueda ahorrar 35 por ciento de consumo eléctrico. Para que esto ocurra, el medidor electrónico que llevan para colocar (‘que es normal’) puede ser sustituido por uno especial, que le cuesta al cuentahabiente mil 500 pesos (si no hay mucha demanda lo rebajan hasta 800 pesos, pero no menos).
“Los jóvenes técnicos de la CFE –añade García Moguel– dicen garantizar que los medidores especiales, en caso de una supervisión futura, no van a ser sustituidos, pues los dejan con algunas señales que son el aviso para los supervisores de que el medidor especial no debe ser evaluado. Y al ser interrogados sobre cómo compensarán la caída del consumo, contestan que no hay problema y que las casas que no tengan el medidor especial no se les recargará el consumo para compensar esas caídas en los registros de la CFE (pues es lógico que vendría una caída en los montos de dinero cobrado por consumo) pero sí quedan obligados pagar 100 por ciento del consumo. Cuando se les pregunta si traen el medidor especial en ese momento responden que no, que tardan una hora en traerlo, pues lo tienen que ir a buscar a la gerencia de zona.
Quienes instigan a estos jóvenes técnicos a delinquir de esa manera parten de la idea de que todo el ciudadano mexicano es corrupto, porque la oferta la realizan sin rubor alguno e incluso van y tocan a la puerta para preguntar si se va a adquirir el medidor especial, pues tienen que hacer el trámite para traerlo. Es una tristeza que esto ocurra así, en México.
Y, mientras Genaro García Luna y FC ven caer su siniestra creación, la secretaría federal de seguridad pública, con el primero como virtual vicepresidente ejecutor del país, pues EPN pretende desaparecer a la SPP y concentrar sus funciones en la secretaría de Gobernación (y mientras en esta nueva área se viste al mismo ente policiaco maligno con ropajes modernizados), ¡hasta mañana!
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Este martes 13 se acabó el romance que ha llevado a Enrique Peña Nieto a reunirse varias veces en Los Pinos con Felipe Calderón. Uno de los personajes cercanos al presidente electo, David Penchyna, por añadidura jefe de la Comisión de Energía del Senado, comenzó a desnudar la situación real en que el priísmo recibirá al país, después de 12 años en que lo tuvo prestado al panismo. Las finanzas públicas están en quiebra, y si uno quiere ser optimista podría reformular la frase diciendo que están al borde de la quiebra. La deuda pública sobrepasó ya 5 billones de pesos, la más cuantiosa de la historia. Eso representa 42.3 por ciento del producto interno bruto. Es importante mencionar que el Fondo Monetario Internacional recomienda que la deuda pública de los países emergentes se mantenga en un rango de 25 a 30 por ciento del PIB, por lo que en 2010 México superó el límite superior de ese rango en 12.3 puntos porcentuales, dice el senador Penchyna. La crisis en Estados Unidos, en varios países de Europa y en Japón tiene su origen en que sus gobiernos se han endeudado más allá de lo que pueden pagar. En el entramado de la deuda está el capítulo de los bonos emitidos por el gobierno mexicano y adquiridos por extranjeros. Ya suman casi un billón de pesos. Las reservas del Banco de México –importantes, desde luego– serían insuficientes para hacer fente a una fuga masiva. Un tema para la reflexión: ¿adónde se fue tamaño capital? Si lo añadimos a los ingresos provenientes del petróleo es una montaña de dinero. ¿Dónde está? ¿Con quién perdimos?



En la feria de autoelogios del gobierno saliente no podía quedar fuera el sector energético, el cual, pujante, cierra el ciclo calderonista con los cimientos para que la siguiente administración engrandezca el destino del país, todo ello, desde luego, según el secretario de Energía, Jordy Herrera. Lástima que ese maravilloso resultado no sea compartido por otros actores de la vida política nacional, como la Cámara de Diputados, que subraya que las acciones emprendidas en la presente administración no lograron alcanzar las metas previstas en el Programa Sectorial Energético 2007-2012, el cual, en materia de producción, establece la necesidad de incrementar la producción de petrolíferos y petroquímicos para aumentar la producción de los energéticos en territorio nacional; sin embargo, los datos observados indican un claro descenso en el nivel de extracción y producción de hidrocarburos, y una caída en el nivel de reservas totales.
Entonces, el secretario Herrera en el clóset puede guardar el ramo de flores que él mismo se envió, porque independientemente de lo citado nadie sabe qué hizo el gobierno calderonista con el voluminoso ingreso petrolero, pues por ninguna parte se observa eso de la pujanza y, sobre todo, el engrandecimiento del destino del país. Por el contrario, lo que sí se ha documentado es que a pesar de ese enorme río de dinero (que Peña Nieto pretende privatizar), la paraestatal se endeudó hasta la coronilla, para elevar la deuda en 325 por ciento y llevarla a un billón 846 mil millones de pesos a lo largo del sexenio (hasta septiembre de 2012).
De 2007 a 2011 el ingreso petrolero sumó casi 4.9 billones de pesos, todos ellos enterados al fisco, más su pilón, de tal suerte que redondeando el sexenio calderonista ese monto podría superar los 6 billones de pesos. Casi al cierre del gobierno foxista, el entonces gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, denunció que en ese periodo de dilapidó el ingreso petrolero, y detalló cifras: al menos 90 de cada 100 pesos de los ingresos extraordinarios que obtuvo el gobierno federal en los últimos cinco años por la exportación de petróleo se han ido a gasto corriente. En otras naciones productoras de crudo la bonanza de precios petroleros fue utilizada para fortalecer la posición fiscal, mientras México cayó en un juego muy peligroso de crear necesidades de gasto sustentadas en una fuente inestable de recursos.
Un lustro después, en 2010, la Auditoría Superior de la Federación concluyó que en el sexenio de Vicente Fox y en los dos primeros años de inquilinaje de Felipe Calderón los gobiernos obtuvieron ingresos extraordinarios por un billón 281 mil 902.7 millones de pesos –la mitad por excedentes petroleros–, que fueron dilapidados casi en su totalidad en el gasto corriente de la burocracia panista, y de los estados y municipios. Específicamente en el periodo de 2003 a 2008, 71.8 por ciento de esos excedentes se dedicó a ampliaciones presupuestales a dependencias federales y de los estados, que se destinaron principalmente al gasto corriente, informó el órgano fiscalizador, al entregar ayer a la Cámara de Diputados el Informe de Resultados de la Revisión a la Cuenta Pública 2008. Otro 15.4 por ciento se transfirió al Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros y 12.8 por ciento al Fondo Pemex (La Jornada).
Entonces, nada que ver con la pujanza y mucho menos con los cimientos, porque las administraciones panistas alegremente se dedicaron a derrochar el ingreso petrolero y, paralelamente, a endeudar a la paraestatal más importante del país, y eso es lo que heredan al gobierno peñanietista, el cual, más rápido que una saeta, dijo que reformará Petróleos Mexicanos para modernizarlo y asociarse con inversionistas interesados en traer dinero para impulsar una mayor producción. No hay que olvidar que en las últimas cinco administraciones gubernamentales todo se modernizó para impulsar el desarrollo nacional, y allí están los espeluznantes resultados: de la banca a los ferrocarriles; de los satélites a las telecomunicaciones; de las carreteras a los ingenios azucareros, por citar sólo unos cuantos ejemplos.
¿Qué va a hacer el nuevo inquilino de Los Pinos sin el ingreso petrolero? Actualmente éste aporta más de una tercera parte de la recaudación total, lo que sin duda lo convierte en un factor estratégico para las finanzas públicas. ¿Qué pasará con la modernización? Lo más seguro es que el capital privado se quede con ese ingreso (que será exento de impuestos) y el gobierno con la deuda de la paraestatal, la cual pagarán los mexicanos, les guste o no, como en el caso del Fobaproa. Entonces, ¿con qué suplirá el peñanietismo los recursos que privatizará junto con el petróleo? Fácil, contestan los encopetados: de la reforma fiscal, es decir de los mismos mexicanos que también deben cubrir la voluminosa deuda de Pemex. He allí la modernización, más la pujanza y los cimientos.
Como bien apunta el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, durante el calderonato la única ventaja para México fue el elevado precio internacional del crudo, algo en lo que, por lo demás, ni de lejos influyó el gobierno mexicano: “el balance positivo del mercado petrolero en el periodo 2007 y 2012 es consecuencia de que el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación se incrementó más de 41 dólares por barril (de 61.84 a 103.62). Esta tendencia ayudó a que la recaudación de ingresos petroleros –excepto en 2009– fuera mayor a los previamente estimados en cada ejercicio fiscal de la presente administración. Por otra parte, el volumen de extracción se redujo, pero el valor de las exportaciones se vio favorecido por el entorno internacional, donde la caída de la plataforma de exportación de la mezcla mexicana se vio contrarrestada por una menor producción en la región de Medio Oriente, situación que ayudó a Pemex a mantener cierto nivel de ventas de petróleo. Mientras tanto, el mayor valor de las exportaciones fue el reflejo del encarecimiento de los combustibles y la volatilidad en los mercados cambiarios”.
Las rebanadas del pastel
Bruno Ferrari, el siempre atinado secretario de Economía, es feliz, porque durante el calderonato, dijo, se apoyó como nunca a las micro, pequeñas y medianas empresas, al destinar más de 378 mil millones de pesos a favor de más de 422 mil Pymes. Que alguien le regale una calculadora, pues ese apoyo como nunca se traduce en 149 mil 289 pesos anuales por empresa, o si se prefiere, 409 pesos diarios. Entonces, qué bueno que esté contento, pero con ese dinero ni para el café.



Hace 11 años, por estas mismas fechas escribimos acerca del libro La cocina del Banco Nacional de México: chef Arnulfo Luengas publicado por Fundación Cultural Banamex. En 2009 celebramos su cumpleaños 75 comentando el homenaje que organizaron en su natal Huajuapan, Josefina García López y Juan Bautista Cuevas. Ellos mismos nos comunicaron con tristeza que a la una de la madrugada del primero de noviembre falleció don Arnulfo.
Se inició en el mundo de la restaurantería desde muy pequeño. Transitó por todas las etapas, desde lavar platos hasta convertirse gracias a su empeño en ayudante de cocina, para luego dar sus primeros pasos en un famoso restaurante: el Ambassadeurs. Ahí conoció a Emmanuel Descamps, quien lo introdujo en el universo de la cocina francesa; la llegó a dominar.



Obras convierten al DF en la dimensión desconocida
El cobro por el acceso a los segundos pisos del Periférico, como bien lo dice en su carta a El Correo Ilustrado el señor Rafael Olmedo, es indignante y significativo de una actitud general de desprecio hacia la ciudadanía.

Sí, los muertos que Calderón mató gozan de cabal salud, salvo los 60 mil que realmente murieron. Los otros, los que ni él mismo puede calcular, gozan de cabal salud y, atendiendo el mandato bíblico, crecen y se multiplican. Ninguna estadística puede contradecir que desde 2006, en que inició su blitzkrieg, los números de muertos, deudos, desaparecidos, desplazados, delitos asociados o economías regionales damnificadas y demás efectos hayan ido ni por un momento a la baja. Es un crimen total.

Friedrich August Hayek murió en 1992, a la edad de 93 años. Una vez dijo que para tener la última palabra sólo había que sobrevivir a los rivales. Hayek sobrevivió a Keynes casi cincuenta años y, por supuesto, murió creyendo haber derrotado en definitiva a Keynes.

Fue un doble asesinato. El dirigente campesino Ismael Solorio Urrutia y su esposa Manuela Martha Solís Conteras circulaban en su camioneta en la carretera Ciudad Cuauhtémoc-Colonia Obregón, en Chihuahua, el pasado 26 de octubre, cuando les dispararon.

El diputado y dirigente sindical Félix Torres Gámez se hallaba maniobrando en lo alto de un poste de madera de los que entonces eran utilizados para sostener los cables de energía eléctrica. Vistiendo su uniforme de trabajo, aquel hombre de trato terso y actitud enérgica a la vez había visto que se aproximaba un automóvil lujoso hacia donde él realizaba una de sus tareas tan cotidianas como riesgosas. Vio que de su interior descendía un hombre entacuchado, según su expresión, y que le pedía bajar: Baja Félix, te quieren conocer. Quien así lo llamaba era el general Bonifacio Salinas Leal, entonces gobernador de Nuevo León. No menor fue su sorpresa cuando se dio cuenta de que quien lo quería conocer era el general-presidente Lázaro Cárdenas.

El 7 de noviembre se inició un proceso inédito y a la vez esperanzador. Por primera vez en la historia de nuestro país, la opinión de la sociedad podría ser considerada en la definición del rumbo de las actividades científicas y tecnológicas. Con ello se invertiría la dirección del vector, según la cual sólo el grupo gobernante, a partir de sus conocimientos y experiencia en la materia, es el que decide el papel que deben desempeñar esas actividades en el presente y futuro de México. Estamos así ante la posibilidad de un cambio, en el que la población puede decir a las personas que toman decisiones (y también a los científicos) cuáles son los caminos que a su juicio deben seguirse.

Desde hace lustros la producción de Alberto Castro Leñero está tanto por el lado de la pintura y la estampa, como de la escultura. Hoy día exhibe en la Galería Central una muestra que, por ser combinatoria respecto de su propia producción, y dotada de una museografía altamente arquitecturizada, depara un experimento que vale la pena calibrar.


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