Escrito por Monitoreo Informativo
Por Paula Escalada Medrano
México,
30 nov (EFE).- Cientos de pañuelos bordados con hilo color sangre serán
expuestos este sábado en la capital mexicana para despedir
simbólicamente al presidente Felipe Calderón y contar las historias de
los miles de muertos que ha dejado el narcotráfico y la violencia en el
último sexenio.
“Bordar es un acto reflexivo que hace
que cada vez que repasas el nombre que estás bordando, el caso que
estás bordando, lo haces tuyo y te identificas, se humaniza la acción,
a la víctima”, contó a Efe en una entrevista Rosa Borrás, miembro del
colectivo “Bordando por la Paz” de la ciudad de Puebla.
Surgido el pasado año en la capital
mexicana, este movimiento ha crecido hasta el punto de que ya han
recopilado centenares de pañuelos que cuentan las historias de esas
víctimas que llenan periódicos un día, y al otro ya nadie las recuerda.
Los pañuelos tienen cuatro o cinco
frases cortas que describen quién, cómo y dónde murió. “Nuestra
intención es darle voz y visibilidad a cada una de las víctimas para
que se deje de pensar en ellas como una cifra y una estadística, que se
vuelva a tomar conciencia de que es una persona que falleció, que deja
familia”, explicó.
Este sábado, más de dos mil pañuelos se
expondrán juntos por primera vez en el Parque de la Alameda de la
capital mexicana el día en que Felipe Calderón, del Partido Acción
Nacional (PAN), entrega el poder a Enrique Peña Nieto, del Partido
Revolucionario Institucional (PRI).
“Queremos hacer una manifestación
pacífica, ciudadana, apartidista, para despedir a Calderón con la
estela de muertos que nos deja y hacerle saber a Peña que no vamos a
tolerar seis años más de lo mismo”, dijo Borrás. La ola de violencia
que azota a México se ha cobrado la vida de más de 50 mil personas
desde diciembre de 2006, cuando Calderón llegó al poder y lanzó un
combate frontal al narcotráfico con la participación de miles de
militares.
Aunque la iniciativa de bordar surgió
como algo íntimo, pronto se expandió y en agosto de 2011 se celebró el
primer bordado colectivo. Desde entonces, una vez por semana decenas de
personas se reúnen en plazas públicas de varios estados para bordar los
pañuelos con los sucesos que aparecen en las noticias.
“En muchos casos las familias no pueden
obtener la justicia para las víctimas porque el sistema judicial
mexicano no funciona y la única forma en la que ellos pueden tener un
reconocimiento de esa pérdida es a través del pañuelo”, aseguró Borrás.
“Sabemos que el acto de bordar y la
manifestación no va a cambiar las estructuras ni las políticas del
Gobierno, pero sí ha facilitado que establezcamos muchos vínculos entre
nosotros, entre los ciudadanos, se ha logrado empezar a restablecer el
tejido social”, contó.
Señaló que entre las personas que se
reúnen a bordar hay familiares de víctimas o desaparecidos, pero sobre
todo mucha gente que se solidariza con la causa.
“Ya no podemos estar indiferentes, no
podemos no hacer nada precisamente porque no sea mi caso” dijo a Efe
Elia Olea, otra integrante del movimiento, esta vez en la Ciudad
de México.
Fue una de las fundadoras de esta iniciativa que pronto se extendió a otros estados como Jalisco, Morelos, Puebla o Nuevo León.
Gracias a las redes sociales, contó, el
movimiento se ha llegado a reproducir incluso en otros países como
Chile, Argentina o Perú, que también bordan las historias de México.
“Hay gente mexicana y otros que simplemente le tienen un gran cariño a México y se solidarizan con nuestra causa”, añadió Olea.
El objetivo final de los pañuelos es
que un día puedan formar parte de un memorial ciudadano en el que la
sociedad haga un reconocimiento a todas las víctimas de la violencia.
EFE
Texto publicado originalmente en Sinembargo.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario