Presenta Peña Programa Nacional de Infraestructura. Foto: Benjamin Flores |
MÉXICO,
D.F. (apro).- En el México de Enrique Peña Nieto si la economía se
encoge, la inflación crece, el desempleo se dispara y la irritación
social se acumula, el gobierno se endurece.
La ecuación autoritaria priista ya la conocemos y es simple: Ante el fracaso, la represión.
Por
eso el propósito confeso de Peña y de sus congresistas, incluido el
siempre priista Javier Lozano Alarcón, de censurar Internet, robustecer
el poder de Televisa y acallar toda expresión crítica.
En este
contexto se inscribe la cobarde acometida contra la periodista Carmen
Aristegui, quien ha padecido una miserable campaña de volantes con la
foto de su hijo, el robo a las instalaciones de su página de Internet y
la inventada vinculación con Andrés Manuel López Obrador.
Es una trama desde el poder. Y nace de la ineptitud.
Una
vez que se ha roto la burbuja que mantenía en la ensoñación a Peña, con
PAN y PRD como sus chambelanes voluntarios, la realidad se muestra
severa: La economía no sale del estancamiento.
Algo ya está muy claro: Peña no cumple.
El
año pasado, el gobierno de Peña prometió que la economía crecería 3.5%,
pero recortó su pronóstico tres veces para dejarlo en 1.3%. Finalmente
el PIB creció apenas el 1.1%. Nada.
Para este 2014, Peña y sus
funcionarios prometieron que se comenzarían a sentir los “efectos
positivos” de las reformas en materia financiera, en
telecomunicaciones, energética y fiscal, de manera que la economía
crecería por lo menos en 4%.
La cifra está incluida en el
Programa Nacional de Financiamiento (Pronafide) 2013-2018, pero la
Secretaría de Hacienda fijó su pronóstico en 3.9%. Lo más seguro es que
ocurra lo mismo que el año pasado: Que las expectativas se ajusten a la
baja, al punto de que sea menor al 3%, en buena medida gracias a la
reforma fiscal que aumentó los impuestos.
En las últimas semanas
del año pasado, tras la aprobación de las reformas, el subsecretario de
Ingresos de la SHCP, Miguel Messmacher Linartas, no cabía de contento y
decía que la economía podría crecer 4.7% en 2015, 4.9% en 2016, 5.2% en
2017 y 5.3% en 2018.
Puros sueños.
La realidad es que la
mayoría de los mexicanos no tiene dinero y esa es una de las
explicaciones de por qué Peña está a la baja en la evaluación que hacen
de él los gobernados.
De acuerdo con Consulta Mitofsky, en su
medición de marzo, Peña fue reprobado por los mexicanos luego de los
primeros 15 meses de su sexenio, cumplidos en febrero, y tras su
tercera disminución trimestral.
“Cuarenta y ocho por ciento de
los ciudadanos se manifestaron de acuerdo con su gestión y 51% en
desacuerdo. Fue la primera vez que el porcentaje de desaprobación
superó al de aprobación, explicable por el deterioro en la percepción
económica”, apuntó Roy Campos.
Es cierto que esa evaluación fue hecha antes de conocerse la captura de Joaquín El Chapo
Guzmán, el 26 de febrero, pero también lo es que, aun cuando subió la
aprobación por esa acción, la situación económica ha empeorado y han
empeorado las condiciones de vida de la mayoría de la población.
En
el talante represivo, Peña no está solo. Lo acompañan los gobernadores
de “izquierda”, como Graco Ramírez Garrido-Abreu, del Morelos cada vez
más inseguro y violento; Angel Aguirre Rivero, del Guerrero sometido
por la corrupción, y Miguel Angel Mancera, que parece un regente
priista.
México vive una mala hora…
Apuntes
Dos años se cumplieron este lunes 28 de abril del asesinato de Regina Martínez, corresponsal de Proceso en Veracruz, 730 días de impunidad y encubrimiento auspiciados por Javier Duarte.
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