6/05/2017

Los periodistas pal café. . . .


A reserva de conocer los resultados de la jornada electoral mexiquense (esta columna se terminó de redactar dos horas después de que fue cerrada la recepción de votos en las mesas correspondientes), el dato mayor ha sido la liberación del ánimo violento desde las oficinas de mando político, particularmente en cuanto al estado de México.
Como nunca antes en la muy accidentada historia electoral de las décadas recientes, se promovió y permitió una estrategia de abierto hostigamiento contra los principales opositores, en una escalada de provocaciones y agresiones que coloca a los poderes dominantes (el peñismo, con sus expresiones nacional y mexiquense) bajo la etiqueta de cártel político, radicalizada la obsesión tricolor que busca el desmantelamiento (casi la proscripción) de Morena.
Al inventario histórico de la mapachería mexiquense fue agregado en esta ocasión un comportamiento grupal e institucional equiparable a los cárteles del crimen organizado (o, en realidad, ensamblados ya y en operación conjunta los intereses de ambas partes): amenazas con cabezas de cerdo, cruces, coronas funerarias y cartulinas; secuestros y agresiones contra representantes electorales, y el uso desbordado de dinero para financiar las campañas de proselitismo, pero, sobre todo, el funcionamiento de las estructuras electorales subterráneas.
La profusión de actos delictivos de índole electoral y la insuficiencia institucional para prevenirlos, frenarlos y combatirlos generó en Veracruz, Coahuila, estado de México e incluso Nayarit (donde la victoria panista se daba por descontada) una alteración del ánimo social que lo mismo se reflejó en un alejamiento de las urnas (ante el fundado temor de actos violentos) que en una generalizada desconfianza respecto de los resultados oficialistas.
En el estado de México, Alfredo del Mazo Maza tuvo que salir de manera descuadrada a proclamarse triunfador de la contienda, sin sustento documental ni jurídico alguno, atropellando el curso de las instituciones encargadas del ramo, poniendo en evidencia su necesidad extrema de aparentar un ánimo victorioso. Delfina Gómez Álvarez hizo lo mismo, con el mismo defecto de origen, la falta de sustento a la hora de esa temprana colocación de lauros, pero su posicionamiento, desde el flanco opositor y ante una maquinaria oficial desatada en su contra, buscó frenar el lance desesperado de Del Mazo en busca de proclamarse vencedor mediante un madruguete.
En Coahuila hubo apresuramientos similares. El priísta Miguel Ángel Riquelme y el panista Guillermo Anaya se proclamaron triunfadores por adelantado. El dirigente nacional del partido de blanco y azul también habló de haber conseguido cuando menos tres triunfos en las elecciones dominicales (en las que se eligieron tres gubernaturas), sin precisar, a la hora de teclear estas líneas, exactamente a qué se refería. La presidenta nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Alejandra Barrales, salió a difundir su alegría porque su partido había ganado… en las elecciones donde iba de agregado a Acción Nacional (PAN), como Coahuila y Nayarit, con una alocución deshilvanada que tuvo como contraste las palabras del candidato Juan Zepeda, quien llamó a tener responsabilidad a la hora de darse por ganadores, como lo acababan de hacer Del Mazo y Delfina Gómez, en un ridiculazo, según el perredista.
A reserva de los datos que arrojen los programas de resultados preliminares y de los subsecuentes conteos oficiales, la primera lectura muestra al grupo mexiquense en una situación de desventaja respecto del estado de México y, a partir de ahí, respecto de la elección presidencial de 2018. A pesar de la desorbitada inyección de recursos públicos, el uso del aparato gubernamental en pleno y la recurrencia a métodos del crimen organizado para amedrentar y agredir a opositores, el priísmo en el poder no pudo aplastar a Morena, es decir, a Andrés Manuel López Obrador.
Los Pinos está en una encrucijada: empecinarse en sostener el presunto triunfo de Del Mazo significaría un conflicto poselectoral que seguirá dando bonos políticos al (pre)candidato antisistema, que es López Obrador, y ceder el triunfo a Delfina Gómez sería enviar un mensaje potente al electorado de que el ascenso del tabasqueño puede romper cuantas trampas y diques se le pongan.
Por lo pronto, a partir de lo sucedido en el estado de México queda todo listo para el relevo de Enrique Ochoa Reza (sobre todo, de cara a la próxima asamblea nacional, donde algunos grupos priístas tratarán de condicionar al peñismo y su grupo de amigos) y de Alejandra Barrales Magdaleno (para el relevo de ella puede apuntarse como tirador con derecho al propio Juan Zepeda, aunque hay quienes desde el sol azteca creen que sería un adversario adecuado frente a la candidatura de López Obrador).
En Acción Nacional los números favorecen a Ricardo Anaya frente a Margarita Zavala (en la pelea por la postulación presidencial), pues el queretano, así fuera solamente con Nayarit como nueva cosecha, es el presidente nacional del PAN con mayor número de victorias de ese tipo. Apenas se superen los incidentes electorales de esta temporada, se agudizará la batalla entre anayistas y calderonistas-zavalistas. Josefina Vázquez Mota quedó borrada del mapa político mexiquense (esta vez ni siquiera tuvo oportunidad de reconocer apresuradamente el triunfo de su oponente priísta, como hizo en 2012), pero si en su partido le van a cumplir lo prometido, reaparecerá más adelante como candidata a senadora, y una de sus hijas como candidata a diputada federal, en ambos casos con viabilidad garantizada.
Y como se estableció al inicio de esta columna, más allá de la guerra de declaraciones, proclamaciones y números, lo grave de estas elecciones, específicamente en el estado de México, fue la liberación de los ánimos violentos, desde posiciones de gran poder, contra la oposición no negociada. Un mensaje peligroso para 2018.
Y mientras en Veracruz el jefe de la empresa familiar, Miguel Ángel Yunes Linares, se esforzaba en darle viabilidad a ese proyecto para 2018, ¡hasta mañana!,Twitter: @julioastillero,Facebook: Julio Astillero
La jornada electoral fue sucia de principio a fin, aunque no se registraron hechos de sangre. Al comenzar el conteo de votos aparecía una ligera ventaja para Delfina Gómez. La gente de Alfredo del Mazo no estaba segura de su triunfo; Josefina Vázquez Mota no pintó, aunque Ricardo Anaya la declaró triunfadora. Las huestes perredistas, con Juan Zamora, deberán esperar más tiempo antes de pensar que tienen una posibilidad seria. Seguramente el expediente estado de México llegará al Tribunal Electoral, donde los siete magistrados serán los que califiquen la elección.
La muerte es desigual también
Si sucede en Londres, es noticia mundial. Lo que acontece en México no amerita atención. En Veracruz, el fin de semana fueron hallados los cuerpos descuartizados de cinco hombres y una mujer en bolsas plásticas y tirados en un camino del municipio de Omealca. Otros cuatro cuerpos, también desmembrados, fueron hallados en el municipio de Escobedo, Nuevo León, mientras en Chihuahua un hombre encapuchado asesinó a seis personas en un bar del municipio de Cuauhtémoc, según reportó la fiscalía estatal. En Guerrero, donde distintos grupos luchan por los territorios de cultivo de la amapola –de la que deriva la heroína–, al menos cinco personas fueron ejecutadas en Chilpancingo. El año pasado se registraron en el país 23 mil homicidios, la mayor cifra de la administración del presidente Enrique Peña Nieto. Esto sucedió en México. En Gran Bretaña, el sábado anterior una furgoneta atropelló a los peatones que se encontraban en el puente de Londres (London Bridge), en un ataque terrorista que ha causado al menos siete muertos y 50 heridos, de los cuales 21 se encuentran en estado crítico. Luego, los sujetos atacaron a cuchilladas a un grupo de personas en la concurrida zona nocturna de Borough Market, situado en el centro londinense y repleto de bares y restaurantes; sitios muy concurridos a esas horas de la noche. La primera ministra británica, Theresa May, atribuyó el ataque al extremismo islamista.
Se va el arzobispo
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Este fin de semana, después de la homilía dominical en la Catedral, el cardenal Norberto Rivera señaló que ‘‘circulan dos mentiras diciéndoles que yo ya renuncié y que me voy a ir’’. Indicó que él fue nombrado arzobispo por el Papa y que será el pontífice quien decida cuándo se tiene que ir. De acuerdo con el derecho canónico, cualquier persona con un cargo eclesiástico y que esté próximo a cumplir 75 años debe renunciar. Norberto Rivera nació el 6 de junio de 1942; es por eso que presentó su dimisión en el viaje que hizo a Roma esta semana. El viernes 2 de junio, los ex sacerdotes Alberto Athié y José Barba Martín presentaron una denuncia contra el cardenal Rivera por el presunto encubrimiento de casos de pederastia en la Arquidiócesis de México. Dicen que el arzobispo no denunció a las autoridades la conducta de 15 sacerdotes que cometieron pederastia.
Le sobran credenciales
El titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Luis Miranda, ‘‘el primer compradre del sexenio’’, no pudo votar en Toluca porque no apareció en la lista nominal y además su credencial no está vigente. ‘‘No sé qué haya pasado, ahorita voy a buscar mi otra credencial y ver dónde estoy’’, expresó. Tener dos credenciales de elector constituye una alteración del Registro Federal de Electores. ¿Va a ser investigado? Hace unos días las redes sociales se ocuparon de su hijo, quien se ufanó de dos relojes cuyo valor es cercano a un millón de pesos.Ombudsman Social

Los datos que vienen son tan desoladores que un ligero gesto de humor no hace daño: Que dicen que fue don Don(ald) al Muro de los Lamentos. Lo reconoció el Muro y se la mentó. The End.
En la entrega pasada echamos así, al desgaire, una superficial miradita a las utilidades y recursos de todo tipo (muchos legales, aunque no precisamente éticos, legítimos o simplemente, humanos y no me refiero a la especie, sino a la conciencia que, se dice, nos distingue de los seres irracionales). Seguramente, cuando concientizamos a dónde va a dar el producto del esfuerzo diario de millones de personas, inevitablemente imitaremos al Muro. Pues vengan otros datos que darán consistencia a nuestro ya longevo reclamo.
Nos quedamos en el reporte de Israel Rodríguez. El solo encabezado de su columna arrisca el ánimo (también, el ánimo): ¿saben ustedes que en este país 227 mil inversionistas de la BMV (Bolsa Mexicana de Valores) ‘‘poseen más de 8 billones de pesos’’. Y que de estos billoncitos tan sólo 8 ‘‘equivalen a 45% del PIB del país?’’
Para bien entendernos, unos elementales breviarios: PIB: ‘‘suma de todos los bienes y servicios por empresas nacionales o extranjeras dentro de un país y en un tiempo determinado’’. ‘‘Valor monetario de la producción de bienes y servicios de la demanda final’’.
PIB per cápita: ‘‘suma de todos los bienes y servicios finales producidos por un país (generalmente durante un año), dividido entre la población estimada’’. (¿Y qué hay de la que no sólo no estimas, sino te cae de la patada? ¿Esa no es tomada en cuenta?) Sólo que la acepción de la palabra estimada no tiene que ver con el afecto, la buena voluntad, el cariñito, sino con una evaluación, un cálculo, una medición, un ‘‘más o menos’’.

En el primer trimestre del año el Producto Interno Bruto (PIB) del país totalizó 20.604 billones de pesos, cifra anualizada 10.98% superior en términos nominales a los 18.565 billones de 2016 (Gráfico 1). Dado que el crecimiento real (sin inflación) fue de 2.76%, por diferencia se tiene que el deflactor utilizado (Indice de precios implícitos del producto) fue de 8.22%, una inflación que supera al Indice Nacional de Precios (bienes y servicios finales) Productor (7.76) y que presiona al Indice Nacional de Precios al Consumidor (5.35%)
Esta tasa de crecimiento del PIB (2.76%) es seis décimas superior a la de 2016 (2.16) aunque aun inferior a la de 2015 (2.82) (Gráfico 2). Con ello, la Tasa media de crecimiento anual (TMCA) en los primeros trimestres de la actual administración se ubica en 2.20%, apenas a un tercio de lo que la economía del país podría crecer si adoptáramos estrategias similares a las de India, China, Corea y otros países que impulsan nacional y racionalmente sus capacidades internas de producción, autoabasto, reconversión industrial, empleo, consumo, financiamiento, fiscalidad,... esto es, que hacen lo que el neoliberalismo mexicano no hace ni deja hacer.

Dicen los modernizadores que la transformación del país se hizo necesaria y urgente, porque el viejo régimen y sus ilegales prácticas depredadoras no sólo destruían el tejido social, sino especialmente minaban las bases de nuestra democracia. Eso se escuchaba allá por inicios de la década de los años 80, cuando la tecnocracia tomó por asalto el poder, y de vez en vez lo repiten.
Transcurridas casi cuatro décadas, todo cambiaron para no cambiar nada; todo modernizaron para fortalecer el podrido régimen que tanto cuestionaron –de saliva–, y perfeccionaron los mecanismos ilegales y las prácticas depredadoras que años atrás ubicaban como el gran problema del país.
Elecciones van, elecciones vienen, y lo único que sube –una tras otra– es el nivel del río de mierda que las caracteriza, con todo el aparato modernizador instalado en el primitivismo político, la corrupción a galope, los métodos ilegales que decían abominar y el uso de los ciudadanos como carne de cañón para lo que se ofrezca (la pobreza es una maravilla electoral), mientras los gallos giros o colorados que participan se acusan entre sí de los mismos ilícitos que cada uno de ellos comete, y de qué forma.
Las elecciones de ayer en los estados de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz sólo son una muestra de hasta dónde ha llegado la democracia mexicana, en la que lo único importante es garantizar la continuidad del jugoso negocio político, en el que todos los partidos legalmente operativos, todos, participan y concursan para dejar en claro quién es el más corrupto, cuál es el que mejor masca tuercas y quién es el más hábil para pasarse la ley por el arco del triunfo, con el aval y el aplauso de la autoridad.
En estos procesos electorales –como pomposamente los denominan– la única garantía es que los grandes derrotados sean los ciudadanos, porque ninguno de los candidatos tiene representatividad ni interés para atender y resolver los problemas de la gente. El punto es el reparto del pastel. Y en esto participan desde primos del inquilino de Los Pinos hasta aquellos que robaron poquito (pero que de cualquier suerte fueron avalados por la supuesta autoridad electoral), sin olvidar a los hermanos coraje que, hasta hora, son los dueños de Coahuila, a las maestras que cobran diezmo, las ex vendedoras de pinturas o los sicarios de los gobernadores.
Todo modernizaron, pues, pero México está desbordado de corrupción e impunidad. El asalto a la nación por la clase político-empresarial alcanza niveles verdaderamente espeluznantes. Donde se pique sale pus, y en este proceso los nuevos personajes de la política, las alternativas, los partidos democráticos y limpios sólo llegaron a ensuciar más la casa, y de qué forma.
Era más que previsible lo que se vio y vivió ayer en los cuatro estados de la República que se mencionan líneas arriba. Desde el acarreo hasta los millones en efectivo; desde el regalo (pagado con nuestros impuestos) de tinacos y tarjetas rosas –sin fondos–, hasta las amenazas y cabezas de puerco por aquí y por allá. Se acumularon todo tipo de delitos electorales, pero ellos, 100 por ciento, han sido justificados y/o desatendidos por la supuesta autoridad –cómplice del régimen– que debería evitarlos y sancionarlos, simplemente porque es parte del negocio.
Habrá que esperar los resultados oficiales y conocer las acciones y reacciones de aquellos que oficialmente resultaron perdedores en el proceso electoral, aunque, otra vez, por donde sea vea el gran derrotado es el ciudadano. Y también habrá que escuchar la cantidad de sandeces que harán públicas los triunfadores. Hasta el cierre de México SA todos se han declarado vencedores, todos arrollaron (cómo estará el asunto que en Coahuila habría ya dos gobernadores, uno tricolor y el otro blanquiazul, según sus afirmaciones), a todos les favoreció el voto y todos promovieron una campaña propositiva y civilizada, por mucho que todos hicieron las mismas marranadas.
Y en un rápido recuento sobre la modernización del país, cuya intención –oficialmente– siempre ha sido reconstruir el tejido social y fortalecer las bases de nuestra democracia, se constata que México registra caída libre. Llegó el cambio, la alternancia, el vivir mejor y el México en movimiento, y la mierda brotó por doquier, porque nuestro país cada día se hunde más corrupción e impunidad.
De acuerdo con los indicadores de Transparencia Internacional, al cierre del sexenio salinista México ocupaba el escalón número 32 (de 41 posibles) entre los países más corruptos del mundo (mientras más lejos de cero, más corrupto), ubicándose entre Colombia e Italia. Fue el primer informe temático del que se tenga registro.
En ese nivel lo tomó Ernesto Zedillo (el del bienestar para la familia), quien con su modernización y etcétera, etcétera, lo hundió al peldaño 59 (de 90 posibles), en un índice similar al de la corrupción imperante en Zambia, Colombia, Etiopía y Tailandia.
En ese último ranking lo recibió Fox… y Martita, pareja que hizo la hombrada de hundir aún más al país, pues lo llevó al escalón número 70 (de 163 naciones incluidas en el informe de 2006), con lo que el cambio no cambió nada de lo prometido. Por el contrario, reforzó el aparato de corrupción y fortaleció la impunidad. En ese entonces nuestro país compartió nivel con Egipto, Ghana, India, Perú, Arabia Saudita y Senegal.

Donald Trump declaró la guerra al planeta y su deseo de anular el futuro cuando anunció el retiro de Estados Unidos del Pacto de París sobre Cambio Climático de 2015, la semana pasada. Es una mentada de madre a todos los habitantes de la Tierra.
Trump está cumpliendo una de sus promesas de campaña y nadie puede decir que fue sorprendido. Parte de sus bases anticientíficas (incluidos cristianos fundamentalistas) combinada con poderosos intereses multimillonarios que se oponen a toda regulación gubernamental al llamado libre mercado festejaron la decisión. Trump –aunque no se sabe qué cree de verdad sobre el tema– ha usado todo esto durante años como parte de su mensaje político: en 2012 declaró que el concepto del calentamiento global fue creado por y para los chinos con la finalidad de hacer la manufactura estadunidense no competitiva. En 2013 escribió que el calentamiento global es una farsa total y muy cara.
Con esta decisión, Estados Unidos ahora será sólo el tercer país del planeta que queda fuera del pacto, sumándose a Siria, que está en medio de una guerra civil, y Nicaragua, que rehusó firmarlo al criticar que el acuerdo quedaba corto en lo que se necesitaba para realmente revertir el cambio climático.

Al margen de por cuál candidato haya usted votado ayer, si no le hizo el juego al pesimismo que tanto propicia el pobre desempeño de nuestros servidores públicos democráticamente electos y se abstuvo de sufragar, le aseguro que ninguno de los aspirantes a gobernador, diputado o presidente municipal en los estados de Coahuila, México, Nayarit y Veracruz, osó aludir, con inteligencia, a temas como derecho a una muerte digna, documento de voluntad anticipada, eutanasia, suicidio asistido, aborto, matrimonio igualitario o por lo menos cuidados paliativos, tan caros a los vitalistas y tan costosos en cualquier sistema de salud.
Son temas escabrosos aun en la sociedad del siglo XXI, es decir, no sólo difíciles y delicados, sino incluso inconvenientes e inmorales en todo sistema político que insiste en tratar a la ciudadanía como menor de edad, como personitas con cerebro en vías de desarrollo, incapaces de discernir por sí mismas y de intuir las responsabilidades que conlleva el siempre escamoteado ejercicio de la libertad. Por eso, los candidatos prefieren seguir ayudando a madres solteras, en vez de estimular a parejas sin hijos.


Las elecciones estatales efectuadas ayer en el estado de México se encaminaban, con la información disponible al cierre de esta edición, hacia un conflicto poselectoral por la vía judicial. Ello es así porque, poco después de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) reclamaron el triunfo para sus candidatos, Alfredo del Mazo Maza y Delfina Gómez Álvarez, respectivamente el presidente del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Pedro Zamudio, divulgó un conteo rápido no oficial y que sólo marcaba una tendencia, en el que el priísta tendría una ventaja de dos puntos porcentuales sobre la ex alcaldesa de Texcoco. Minutos más tarde, el presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, calificó de descontón el anuncio del IEEM, señaló que los resultados del ejercicio no corresponden a la realidad y anunció que su partido no lo acepta.

Lamenta designación en el sistema anticorrupción
Tras el anuncio de la designación de Ricardo García Salgado como secretario del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) me permito hacer algunos señalamientos.

Todavía hay mucho que decir en torno a la salida del gobierno de Donald Trump del Acuerdo de París sobre cambio climático. Tan brutal decisión ha sido desaprobada unánimemente, fuera y dentro de Estados Unidos.

El Acuerdo de París sobre el cambio climático no es –como dice el presidente Trump– un paso equivocado para evitar el calentamiento global. Es un signo de sensatez. No fue negociado mal ni fruto de la desesperación de la administración de Barack Obama. No aporta poco ni disminuye la competitividad de Estados Unidos, como asegura el magnate. Y menos que con el cumplimiento del acuerdo en el vecino país se perderían 2.7 millones de empleos en 2025. Y 3 millones de millones de dólares de su PIB. Tampoco es injusto para el pueblo estadunidense y menos constituye una enorme redistribución de su riqueza a otros países. Es todo lo contrario. Ahora la primera potencia del mundo se suma a los dos países que no firmaron el acuerdo: Siria, enfrascada desde hace años en una guerra civil e intervencionista que deja ya miles de muertos. Y Nicaragua, el feudo del señor Ortega y su esposa, que consideró el acuerdo insuficiente, no ser legalmente vinculante y no hace responsables a los países del primer mundo.

Acaba de inaugurarse un nuevo régimen de relaciones políticas.

Los días 14, 15 y 16 de junio, la base militar del Comando Sur del Pentágono en Doral, Miami-Dade, Florida, será uno de los escenarios de la conferencia de alto nivel sobre seguridad y economía para México y Centroamérica, convocada por los secretarios de Estado y Seguridad Interior de Estados Unidos, Rex Tillerson y John Kelly, respectivamente, con México como coanfitrión (sic).

El trabajo apenas se inicia. La enorme lección histórica que el pueblo mexiquense dio ayer al viejo régimen de la corrupción institucionalizada en el estado de México no será recibida con humildad por los oligarcas y sus empleados del Pacto por México. El grupo que hoy controla el país simplemente no sabe aceptar la derrota. Cuando no ganan por las buenas, arrebatan por las malas. El último coletazo del dinosaurio antes de su caída será fuerte y violenta.

Por la ventana de mi oficina veo unos ocho trabajadores afanados en la obra pública que se realiza por toda la colonia. La escena parece sacada de algún texto de Tolstoi.

En 1967 la primera juventud mundial de la historia descubrió de sopetón que podía ir a donde fuera y escuchar en su cuarto la música de las esferas. La imaginación extendió por el mundo una excitante neblina morada y en cada molécula del universo habitaba la inspiración. Al año siguiente la imaginación estaría reclamando el poder en las calles de París, Praga y México. En Vietnam ocurría una guerra que los jóvenes del mundo consideraron atroz y les proporcionó un lenguaje común. Mientras, en algún lugar de América Latina, Gabriel García Márquez concluía Cien años de soledad y la publicaba el 5 de junio. Fue como si la literatura hubiese despertado y retornara al origen. Todo era nuevo, y era Macondo, cuando Aureliano Buendía conoció el hielo por primera vez y para siempre. Cuatro días antes, el primero de junio, unos Beatles que ya todo el mundo adoraba lanzaron algo que no tenía nada que ver con lo conocido, carecía de antecedentes. Y la música tuvo su primer día de la Creación. Era mediados de año cuando Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band enseñó a la banda no sólo a tocar, sino a dejar de esconderse detrás de una pared de ilusión y tomar la Tierra por asalto. Beatles, Rolling Stones (ese año sería el de Ruby Tuesday y sus Satánicas Majestades), Doors, Cream, Procol Harum y muchos más heredaron de Bob Dylan la oportunidad de la poesía, una enseñanza inmediata de lo que Dylan realizara los dos años previos con Bringing It All Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde, que todavía hoy se consideran lo mejor de su obra inabarcable (como obra unitaria, estos tres discos son uno de los brotes más intensos del modernismo en el siglo XX americano, según el historiador Greil Marcus). Y típico de Dylan, justo cuando la fiesta reventaba en colores, sonidos y sentidos, él desapareció.

El inabarcable legado que día a día nos regala el patrimonio cultural indígena de México no es sólo suma de pasados: es la expresión vibrante de la diversidad social que a lo largo de milenios ha florecido en los territorios geográficos y simbólicos que hoy forman nuestra patria y nos permiten hablar de lo que somos. Es fuente y cauce de lo que buscamos ser.

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