Hace 28 años en la Ciudad de México se instaló la primera agencia
especializada en atender delitos sexuales, para brindar servicio
personalizado a las víctimas de violación y otros delitos sexuales. Hoy
son instituciones olvidadas, no se ha procurado la capacitación del
personal y su actuación irregular se agravó con el Nuevo Sistema de
Justicia Penal, afirman expertas.
A diferencia de los Ministerios Públicos (MP) comunes, estas agencias
buscaban dar servicio integral al adaptarse a las necesidades y
características de las víctimas, desde el momento de su declaración,
hasta su canalización a servicios médicos y al acompañamiento
psicológico.
Hoy su actuación es “decepcionante”, afirma quien fue subprocuradora de
Atención a Víctimas del Delito y Servicios a la Comunidad de la
Procuraduría General capitalina (PGJDF) en los años 90, Bárbara Yllán
Rondero. “Como abogada, como gente que ha trabajado en el sistema de
justicia, estoy decepcionada; no me puedo imaginar lo que padecen las
víctimas, una profunda indignación, decepción, desasosiego, viven en una
cultura de la desesperanza”, dice en entrevista con Cimacnoticias.
LA IDEALIZACIÓN
Las agencias no nacieron como propuesta de la PGJDF, recuerda Bárbara
Yllán, sino de la Dirección General de Protección y Vialidad (hoy
Secretaría de Seguridad Pública), que creó en 1988 el Centro de
Orientación y Apoyo a Personas Violadas (Coapevi), el cual brindó
principalmente atención psicológica y fue coordinado por Yllán Rondero.
Coapevi desapareció y dio paso, en abril de 1989, a la primera Agencia
Especializada en Delitos Sexuales, de la PGJDF, cuyo titular era Ignacio
Morales Lechuga. Se ubicó en la delegación Miguel Hidalgo-Cuajimalpa,
para dar acompañamiento jurídico y la atención a víctimas.
“La idea era que pudieran ser atendidas por mujeres, en situaciones muy
confortables, donde las mujeres no fueran revictimizadas, con
privacidad y que no tuvieran que dar la declaración en circunstancias
complicadas”, explica Yllán.
La creación de instancias de este tipo, pioneras en el país, fue un
logro del movimiento feminista y de las organizaciones civiles, como el
Centro de Apoyo a Mujeres Violadas y el Colectivo contra la Violencia a
las Mujeres, que atendían a víctimas de violación sexual en la década de
los 80 y exigieron al Estado garantizar los Derechos Humanos de las
mujeres.
Lograron también reformas al Código Penal federal que aumentaron las
sanciones a los delitos sexuales y en los tres años siguientes se
instalaron tres agencias más. Replicadas en el país, actualmente operan
99 (Inegi 2016).
Hoy existen seis agencias especializadas en delitos sexuales, bajo la
jurisdicción de la Fiscalía de Delitos Sexuales de la PGJDF, en las
delegaciones Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero,
Iztapalapa y dos en Cuauhtémoc.
SIN VOLUNTAD NI INTERÉS
A más de dos décadas de creadas y regidas por el nuevo Sistema de
Justicia, las agencias no operan con eficiencia, explica Yllán, por
varios factores: “un capital humano desinteresado”, la desatención del
gobierno a este delito y la falta de renovación institucional. Así lo
observó cuando fue subprocuradora y directora del Centro de Terapia de
Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales (CTA).
"El nuevo Sistema se creó para acabar con un MP decadente, y ¿qué ha
pasado? ¡le ha servido para ser más decadente y para zafarse de sus
responsabilidades!”, recalca Yllán, porque la idea de brindar un trato
caluroso y de respeto a las víctimas se perdió ante la falta de
capacitación del personal. Las Agencias se convirtieron en un espacio
donde se coloca a funcionarios “como castigo”, por ello “no tienen
voluntad, ánimo, ni interés en servir a las víctimas”, dice.
En ello coincide la directora de la Asociación para el Desarrollo
Integral de Personas Violadas (Adivac), Laura Martínez Hernández, quien
sabe cómo operan las Agencias por testimonios de mujeres víctimas que
acuden a la organización, ante la desconfianza en el sistema.
“El personal de las Agencias revictimiza a las mujeres, el proceso de
denuncia puede tardar hasta 12 horas y a ello se suman elementos como la
falta de atención médica y de contención inmediata”, afirma Martínez
Hernández, quien lleva 27 años de trabajo con víctimas de violencia
sexual.
Adivac atiende semanalmente a 500 personas víctimas de violencia
sexual, mientras la PGJDF, según su 5º informe de labores, de marzo de
2015 a febrero de 2017 abrió mil 261 carpetas de investigación y
averiguaciones previas por el delito, 2 diarias.
SIN ESPECIALIZACIÓN, MALA INVESTIGACIÓN
Explica Laura Martínez que sin personal que cuente con experiencia para
realizar las investigaciones, el acceso a la justicia de las mujeres se
estanca. “Te piden una cierta especialización en el tema y nadie tiene
experticia. Un psicólogo que trabaja con adultos que vivieron violación
sexual atiende a menores de edad. No hay manera de que estén
especializados”, dice.
Yllán agrega otro factor determinante: la corrupción entre personal del
MP y asesores jurídicos de las víctimas. “No litigan en favor de las
víctimas, les piden que desistan”.
El reflejo, coinciden ambas expertas, son carpetas de investigación mal
integradas y pocas sentencias. La PGJDF informa que por el delito de
violación, de 2016 a febrero de 2017, fueron puestas a disposición 174
personas, pero no señala cuántas sentencias.
REINGENIERÍA INSTITUCIONAL
Yllán y Martínez afirman que la clave para volver a reanimar estas
instituciones está en la capacitación y renovación del personal, que
tenga voluntad y especialización en atención a víctimas de violación y
otros delitos sexuales, pues ya existen espacios físicos, legislación y
presupuesto.
Sensibilización y capacitación real, dice Laura Martínez, que “les
permita entender lo que vive una víctima de violación”. Para Yllán
Rondero, urge una “reingeniería institucional”, porque las instituciones
deben transformarse a la par de los cambios legislativos, “si no se
adaptan al sistema se quedan en modelos antiguos”.
En la próxima entrega hablaremos de los Centros de Terapia y Apoyo a
Víctimas de Delitos Sexuales, que dan atención psicológica a víctimas en
la CDMX.
Imagen retomada del portal wikimedia.org | Imagen: praxx Isse
Por: Hazel Zamora Mendieta y Montserrat Antúnez Estrada
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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