“Son leyes antiguas que nunca se modificaron porque la gente no se
daba cuenta de lo que sucedía”, aseguró Fraidy Reiss, directora de Al Fin Sin Cadenas, una organización que lucha por erradicar el matrimonio de niñas y niños menores de 18 años en Estados Unidos.
"El
daño que sufre una niña que se casa en el estado de Nueva York no es
tan distinto al que padece una niña en República Centroafricana":
Heather Barr.
Basándose en los datos existentes, la organización calcula que más de
250 mil menores de 18 años contrajeron matrimonio en Estados Unidos
entre 2000 y 2010, incluso niñas de 12 años en los estados de Alaska,
Carolina del Sur y Luisiana.
El Centro de Justicia Tahirih,
que protege a mujeres y niñas de situaciones de violencia de género,
concluyó que el sudoccidental estado de Texas tiene la segunda mayor
tasa de matrimonios infantiles en el país, con unos 40.000 menores de 18
años que se casaron entre 2000 y 2014.
La mayoría de los contrayentes son niñas, y aproximadamente 77 por
ciento del total se casaron con hombres adultos, a menudo mucho mayores
que ellas.
Esos casos abarcan diversas religiones, orígenes étnicos y
circunstancias, desde una joven de 15 años cuya familia musulmana la
obligó a casarse con un hombre de 23 años porque la encontraron
citándose con alguien de diferente origen en Nevada, a una joven cuya
comunidad cristiana en Colorado la presionó para que se casara porque
estaba embarazada.
“Creo que es absolutamente escandaloso”, opinó Heather Barr, investigadora de Human Rights Watch. El matrimonio infantil es un problema que sucede en todos los continentes y con consecuencias similares, aseguró.
“El daño que sufre una niña que se casa en el estado de Nueva York no
es tan distinto al que le sucede a una niña en República
Centroafricana”, observó.
El matrimonio infantil está estrechamente ligado a las altas tasas de
abandono escolar y a la pobreza. Quienes se casan antes de los 18
años tienen tres veces más probabilidades de experimentar violencia de
género que aquellas que lo hacen después de cumplir los 21 años.
Las mujeres y niñas que contraen matrimonio a una edad temprana
también suelen experimentar problemas de salud física y mental, lo que
incluye mayores tasas de mortalidad materna e infecciones de transmisión
sexual.
Reiss señaló a IPS cómo el matrimonio forzado repercute en la salud
mental de las niñas, ya que muchas recurren al suicidio como
salida. Otras simplemente se rinden y continúan con el matrimonio porque
no tienen otra opción.
“Saben que al continuar con el matrimonio eso significa que las van a
violar en su noche de bodas y a partir de entonces, que las retirarán
de escuela, que todos sus sueños para el futuro habrán desaparecido”,
sostuvo.
Aunque la edad mínima para contraer matrimonio es de 18 años, la
mayoría de los estados permiten que las y los menores se casen con el
consentimiento de los padres o de un tribunal. Sin embargo, tanto Reiss
como Barr consideran que eso es problemático y “ridículo”.
“Los matrimonios infantiles a menudo son arreglados o forzados por
los padres, por lo que en una situación en la que en realidad son los
progenitores quienes obligan a una niña a casarse, el consentimiento… no
tienen ningún sentido”, razonó Barr.
En cuanto al consentimiento judicial, la ley no especifica ningún
criterio que un juez debe considerar antes de aprobar el matrimonio. En
27 estados las leyes no especifican ninguna edad por debajo de la cual
una niña o niño no pueda casarse.
“La edad mínima para el matrimonio se reduce efectivamente a cero”, según Reiss.
En los últimos años hubo varias iniciativas para erradicar el matrimonio infantil en Estados Unidos.
En mayo, el congreso legislativo de Texas aprobó un proyecto de ley
que fija en 18 años la edad legal para contraer matrimonio. Aunque
permite el casamiento a menores de 18 años, solo podrán hacerlo si un
juez concluye que viven por su cuenta y ya no dependen de tutores para
mantenerse. La iniciativa entrará en vigor una vez que tenga la firma
del gobernador Greg Abbott.
El senado de Nueva York aprobó un proyecto de ley que eleva la edad
mínima de matrimonio de 14 a 17 años. Se espera que la asamblea
legislativa del estado también lo apruebe.
No obstante, Reiss criticó el proyecto de ley porque, en su opinión, los menores de 17 años siguen siendo niños.
“Esta idea de permitir que las jóvenes de 17 años se casen porque los
legisladores suponen que es de alguna manera menos reprobable que el
casamiento de una niña de siete años…, (pues) no lo es”, aseguró en
diálogo con IPS.
En marzo, el estado de Nuevo Hampshire rechazó un proyecto de ley que
elevaba a 18 la edad mínima para contraer matrimonio con el argumento
de que perjudicaría a las adolescentes embarazadas y a los militares
menores de edad, por lo que el límite se dejó en 13 años.
En Nueva Jersey, el gobernador Chris Christie vetó condicionalmente
un proyecto de ley que prohibía el matrimonio a menores de 18 años
porque “no concuerda con las sensibilidades y, en algunos casos, las
costumbres religiosas, de la población de este estado”.
Tanto Reiss como Barr condenaron la medida y subrayaron que el matrimonio infantil no tiene nada que ver con la religión.
“No se trata de un asunto de tradición, sino de derechos humanos”, destacó Barr.
La actitud de Estados Unidos como país donante resulta hipócrita
cuando critica a otros países por su escasa protección contra el
matrimonio infantil, comentó.
“Realmente socava su credibilidad… creemos que la reforma en este
tema en Estados Unidos y otros países occidentales que son países
donantes también puede ayudar a apoyar el esfuerzo mundial” contra la
práctica, dijo Barr.
En 2016, el Departamento de Estado de Estados Unidos calificó el
matrimonio infantil de “abuso de derechos humanos” que “genera
repercusiones devastadoras para la vida de una niña, terminando
efectivamente con su infancia”.
“Es una batalla cuesta arriba”, añadió Reiss.
Según Niñas, No Novias,
cada año 1,5 millones de niñas se casan antes de los 18 años. Si la
tendencia continúa, para 2050 habrá 1.200 mujeres que contrajeron
matrimonio cuando eran niñas.
Entre las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible
número cinco, relativo a la igualdad de género, se encuentra eliminar
todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y
forzado.
Traducido por Álvaro Queiruga
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