CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Al levantar su polémico Módulo de
Condiciones Socioeconómicas (MCS) 2015, el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (Inegi) contabilizó, entre otros, los
televisores que el gobierno federal repartió para la transición a la
Televisión Digital Terrestre como ingresos de los hogares más pobres.
De acuerdo con el Grupo Técnico Ampliado (GTA), que examinó el cambio
de metodología aplicado por el Instituto en el levantamiento de la MCS
2015, los encuestadores recibieron la instrucción de ser “más acuciosos
en la captura del ingreso” y a “realizar preguntas adicionales”, lo que
provocó numerosos cambios en los datos arrojados por las encuestas.
Estos cambios explican, en parte, que en el MCS 2015, publicado en
julio del año pasado, el Inegi reportó un incremento de 33% en el
ingreso de los hogares más pobres del país y un aumento de 11.9% para la
población mexicana en general.
El MCS 2015 generó una grave crisis en el Inegi, pues su base de
datos no era compatible con series anteriores y no permitió evaluar la
evolución del ingreso.
En un informe difundido hoy, el GTA aseveró que “el Inegi instrumentó
cambios en el operativo de campo los cuales probablemente afectaron el
comportamiento del encuestador y del entrevistado, (y), de forma
inadvertida e involuntaria, rompieron la tendencia de la medición del
ingreso e introdujeron sesgos a toda la muestra del MCS 2015”.
Además, “la instrucción de indagar más acerca de la subsistencia del
hogar no fue entendida de la misma forma por todos los entrevistadores”,
observó el Grupo.
El propio Inegi reportó que su encuesta incrementó los ingresos de
los hogares en los rubros “sueldos”, “estimación del alquiler”,
“jubilaciones”, “remesas”, “ingresos por negocios en hogares”,
“transferencias de hogares” y “donativos de otros hogares”.
Pero el instituto fue incapaz de explicar algunos incrementos en el
ingreso, resaltó el GTA. Indicó, por ejemplo, que si bien la reforma a
la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR) pudo explicar “de manera
parcial” los incrementos del ingreso del trabajo independiente, ésta “no
basta para explicar los crecimientos del ingreso del trabajo
subordinado”. El incremento del ingreso por jubilación tampoco tiene
explicaciones.
El año pasado, el Inegi aseveró que su cambio de metodología
respondió a la necesidad de mejorar la captación del ingreso, pues es
reconocido a nivel global que las personas entrevistadas
-particularmente las más ricas y las más pobres- tienden a subestimar
sus ingresos frente a un encuestador.
Sin embargo, el informe del GTA puso en duda que la nueva metodología aplicada por el Inegi mejoró la medición del ingreso.
“En particular, no se sabe cuál es el efecto atribuible al cambio en
el levantamiento en cuanto a factores externos, en qué magnitud
disminuyó el error de medición ni entre qué grupos socioeconómicos, lo
cual, en efecto, termina por romper con la comparabilidad de la
información del MCS 2015 con las encuestas anteriores”, subrayó.
Y concluyó: “Es posible que haya mejorado el proceso de captación de
la información en 2015, pero no sabemos en qué grado esta mejoría se
traduce en resultados que reflejen con mayor precisión la realidad del
país”.
En el GTA se encuentran organizaciones de la sociedad civil como el
Centro de Estudios Espinoza Yglesias, el Instituto de Estudios de la
Transición Democrática y Oxfam México; así como académicos, entre ellos
investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE),
del Colegio de México y del Programa Universitario de Estudios de
Desarrollo de la UNAM.
El grupo se incorporó el año pasado para resolver la crisis que
desató el MCS 2015, pues el Inegi no avisó al Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ni a las
instituciones académicas sobre el cambio de metodología.
El Coneval se negó a utilizar la base de datos para elaborar su
informe de medición de la pobreza municipal, ya que el MCS no era
compatible con series estadísticas anteriores y se quejó públicamente de
la discrecionalidad del Instituto.
El enfrentamiento entre el Coneval y el Inegi despertó las
suputaciones de que el segundo intentó “inflar” el ingreso para reducir
las cifras de pobreza, a conveniencia del gobierno de Enrique Peña
Nieto.
Para resolver la crisis y reparar los daños a la reputación del
Inegi, el instituto y el Coneval conformaron un “Grupo Técnico de
Trabajo” (GTT) que revisó los detalles de la encuesta, “incluidos los
cambios operativos para la captación del ingreso”.
Y, para disipar las sospechas, invitó las organizaciones de la
sociedad civil y académicas del GTA a examinar la “compatibilidad
histórica” del MCS 2015.
Con el afán de evitar que un enredo similar se repita, el GTA urgió
al Inegi que anuncie públicamente sus cambios metodológicos y los
procesos de control de validación y le pidió que refuerce sus canales de
comunicación con los mundos académico y de la sociedad civil.
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