Iniciativa Mérida. Invento fallido de Calderón y Bush. Foto: Presidencia |
Primero. El complejo carcelario nacional –compuesto por los
eufemísticamente llamados centros de “rehabilitación social”– ha sido
desde hace décadas, en mayor o menor medida, foco de corrupción, de
violación sistemática de derechos humanos y espacio para la gestión de
los más distintos delitos. De ahí, por tanto, la importancia de los
recursos otorgados por el gobierno de Estados Unidos para dignificar
esos sitios mediante su acreditación internacional. Al preguntar a
diversas instituciones mexicanas de qué manera se han usado esos
recursos y qué resultados se han conseguido tras la aplicación de los
mismos, las respuestas fueron las siguientes:
La Procuraduría General de la República (PGR) señaló: “Derivado del
análisis realizado a su solicitud, se advierte que requiere información
que pudiera obrar dentro de los archivos del Órgano Administrativo
Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS). Por ello,
se recomienda dirigir su solicitud ante el OADPRS, a través de la
Plataforma Nacional de Transparencia.” [2017]
El Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social indicó: Sin respuesta. [2017]
La Secretaría de Gobernación manifestó: “No es de competencia de esta
Unidad de Enlace, se sugiere enviar la solicitud a la Secretaría de
Relaciones Exteriores.” [2017]
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública
aseveró: “Se hace de su conocimiento que derivado de una búsqueda
exhaustiva hecha en los archivos físicos y electrónicos que conforman la
Oficina del Secretariado Ejecutivo Adjunto y la Dirección de
Coordinación Operativa, no se logró ubicar algún documento y/o informe
que haga referencia a los resultados obtenidos en la presente solicitud,
por tal motivo la información solicitada es inexistente dentro de este
Secretariado Ejecutivo.” [2017]
Nadie supo, pues, qué se hizo con esos apoyos. Lo grave, entre otras
cosas, es que al Congreso de Estados Unidos no le importe dilapidar los
recursos de sus contribuyentes, quienes seguramente protestarían al
enterarse de las insólitas respuestas mexicanas.
Segundo. Otro de los objetivos medulares de la Iniciativa Mérida
consistió en fortalecer los programas de antecedentes penales, asuntos
internos y el kárdex policial, razón por la cual se otorgaron al
gobierno mexicano 24 millones de dólares en equipos de inteligencia y
entrenamiento. ¿A dónde fue el equipo? ¿Hubo algún resultado a partir de
estos apoyos? Las respuestas de las dependencias encargadas del tema no
requieren mayores comentarios:
La Presidencia contestó: “La Oficina de la Presidencia de la
República no es competente para atender su solicitud, como se puede
verificar en las atribuciones conferidas en el Reglamento de la Oficina
de la Presidencia de la República.” [2017]
Gobernación indicó: “No es competencia de esta Unidad de Enlace, la
autoridad que podría darle acceso a su solicitud es la Secretaría de
Relaciones Exteriores (SRE).” [2017]
La Secretaría de la Defensa Nacional señaló: “De conformidad con lo
dispuesto en los preceptos legales citados en los considerandos de la
presente resolución, el Estado Mayor de la Defensa Nacional declara
formalmente la inexistencia de la información requerida en la solicitud
antes transcrita, razón por la cual se emite la presente resolución.”
[2017]
La PGR no dio respuesta. [2017]
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública
escribió: “Se hace de su conocimiento que después de realizar una
búsqueda exhaustiva en los archivos físicos y electrónicos que conforman
este Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública,
no obran datos relacionados con entrega de equipo de inteligencia donado
por el Gobierno de los Estados Unidos de América.” [2017]
A juzgar por estas respuestas oficiales, todo indica que el gobierno
mexicano o algunos de sus funcionarios se quedaron con los equipos de
inteligencia para propósitos ajenos a los destinados, lo que constituye
un clarísimo acto de corrupción que, con su componente de impunidad, se
perdió en el mar de la burocracia.
¿De verdad al Congreso de Estados Unidos no le importa que sus
recursos vayan al crimen organizado o a negocios personales de
funcionarios corruptos mexicanos?
Tercero. Como parte de la Iniciativa Mérida se entregaron 8 millones
de dólares para entrenamiento y equipo de seguridad federal y estatal.
Al respecto, Gobernación respondió: “Las solicitudes de acceso deben
contener la descripción clara y precisa de los documentos que se
solicitan, así como cualquier otro dato que propicie su localización,
por lo que si los detalles proporcionados no bastan para localizar la
documentación o son erróneos, la Unidad de Enlace podrá requerir que se
indiquen otros elementos o se corrija la solicitud, con objeto de
facilitar la búsqueda requerimos: identificar el documento que requiere o
aportar otro elemento que permita realizar una búsqueda más
específica.” [2015]
Lo que México ha hecho con la Iniciativa Mérida es un ejemplo de
desaseo, corrupción e impunidad, y por eso mismo Estados Unidos y
cualquier otro país deben abstenerse de realizar donaciones o de apoyar
al gobierno mexicano sin que exista una rigurosa comprobación de que los
recursos aportados se usan realmente para fines de interés público y de
forma transparente.
ernestovillanueva@hushmail.com
Este análisis se publicó el 11 de febrero de 2018 en la edición 2154 de la revista Proceso.
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