Un artículo publicado este jueves en The
New York Times titulado “Cuando los migrantes son tratados como
esclavos” revela que cientos de migrantes recluidos en centros de
detención son utilizados para realizar tareas de limpieza, lavandería,
corte de cabello, pintura, pulir pisos e incluso el mantenimiento de
vehículos sin paga o por un dólar al día
Abr 6, 2018
Cinco demandas interpuestas en cortes de Estados Unidos
argumentan que los migrantes alojados en centros privados de detención
son ilegalmente obligados a trabajar como esclavos, a menudo sin
compensación o con un pago de un dólar al día.
De acuerdo con la Clínica de Investigación sobre la Deportación, de
la Northwestern University, personas detenidas en estas instalaciones
realizan casi todo el trabajo necesario para mantener estos centros en
funcionamiento, fuera del servicio que realizan los guardias de
seguridad.
Esas labores incluyen cocinar, servir y limpiar alimentos, tareas de
limpieza, lavandería, corte de cabello, pintura, pulir pisos e incluso
el mantenimiento de vehículos.
En un artículo publicado este jueves en el diario “The New York
Times” por Jacqueline Stevens, directora de la Clínica de Investigación
sobre la Deportación, titulado “Cuando los migrantes son tratados como
esclavos”, las demandas en las cortes apuntan a la ilegalidad de esta
práctica.
"Yes, detention is a business. In 2010, private prisons and their lenders and investors lobbied Congress to pass a law ordering Immigration and Customs Enforcement to maintain contracts for no fewer than 34,000 beds per night."
Las cinco demandas son dirigidas contra las empresas de detención más
grandes de Estados Unidos, GEO y CoreCivic o CCA, y argumentan que el
trabajo forzado y los turnos de ocho horas por nula o poca paga violan
numerosas leyes.
Las demandas señalan que las compañías violan las leyes estatales de
salario mínimo, la Ley de Protección de las Víctimas de Trata y las
leyes que prohíben el enriquecimiento injusto.
De acuerdo con Stevens, los demandantes tienen un caso muy poderoso
debido a que, pese a que la Constitución permite el trabajo forzado como
una condición del castigo, la Corte Suprema determinó que las órdenes
de deportación no representan un castigo.
Así, los centros de detención de inmigrantes no pueden servirse del
trabajo forzado, a diferencia de algunas prisiones que lo emplean como
castigo.
Por su parte, la Comisión de Derechos Civiles de Estados Unidos, una
agencia oficial bipartidista encargada de asesorar al presidente y al
Congreso, emitió en diciembre pasado una recomendación para “investigar
presuntas prácticas laborales abusivas en centros de detención de
inmigrantes”.
La Comisión también llamó a que el Congreso y el Departamento de
Seguridad Interior (DHS) a que exigieran “salarios justos para todos los
detenidos”.
Destacó que el llamado “Programa de trabajo voluntario” adoptado por
la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) considera la compensación de
un dólar al día, aunque este salario no ha sido revisado en más de 70
años.
La Comisión también resaltó que pese a que el programa es
supuestamente voluntario, “detenidos en numerosas instalaciones han
argumentado que han sido obligados a trabajar bajo amenaza de ser
restringidos o sometidos a confinamiento solitario”. En uno de los
casos, radicado en una corte del estado de Colorado, uno de los abogados
de la empresa GEO defendió el programa de trabajo al explicar que los
inmigrantes detenidos “toman cada vez una decisión respecto a si van a
aceptar trabajar o no”.
El juez del caso intervino ante tal argumento apuntando que la
alternativa que le ofrecían a un detenido que no quería trabajar era
privarlo de sus alimentos o ponerlo en aislamiento solitario. Añadió:
“quiero decir: los esclavos tenían una opción, ¿verdad?”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario