8 de marzo antiimperialista!
comunicado de la Cátedra Libre de feminismos populares de América Latina “Martina Chapanay” |
Desde
la Cátedra Libre de feminismos populares de América Latina “Martina
Chapanay” repudiamos el intento golpista de Estados Unidos, la Unión
Europea y los gobiernos cómplices contra la República Bolivariana de
Venezuela y el gobierno de Nicolás Maduro. Apoyamos la lucha de las
mujeres venezolanas contra la guerra económica del imperialismo
norteamericano y sus alianzas.
La Revolución Bolivariana que
defienden las mujeres de los sectores más marginados de Venezuela
significó un giro en sus vidas. En la historia de este proceso
revolucionario las mujeres, lesbianas, negras, indígenas y mestizas,
cuidando, creando, y saliendo a las calles, se revolucionaron una y otra
vez. Se transformaron en protagonistas de la vida política en el
trabajo territorial de las comunas y consejos comunales, día a día, de
casa en casa, creando poder popular. Han combinado la lucha cotidiana
por la sobrevivencia personal, con la defensa de la Revolución. El
tiempo libre se ocupó en el tiempo colectivo, del trabajo y de la
militancia activismo, en la vida comunal.
Desde el feminismo aportaron a la construcción de poder popular, participando activamente, transversalizando sus demandas.
El feminismo popular en Venezuela se esforzó en crear las comunas
antipatriarcales, que inventan modalidades de poder popular, en las que
el pueblo organizado autogestiona tanto el plano de la producción como
de la reproducción de la vida.
En las comunas las mujeres
aportaron a la transformación del modelo económico, construyendo una
economía que además de ser colectiva, de socializar el excedente para el
bien común fortaleció el socialismo en el territorio en concreto.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) no solo
incorporó y reconoció las nuevas generaciones de derechos contenidos en
tratados y convenciones internacionales sino que fue redactada
utilizando un lenguaje no sexista, lenguaje que visibiliza a las
mujeres. La Constitución Bolivariana, reconoce que el trabajo del hogar
aporta a la economía del país.
La Ley Orgánica para el Derecho
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007) reconoce 21 formas
de violencia; entre ellas el femicidio, y la inducción al suicidio
considerada una variable de violencia psicológica. La ley orgánica del
proceso social del trabajo, tiene una gran cantidad de beneficios para
las mujeres trabajadoras, con propuestas elaboradas por las feministas
en debates colectivos.
Las mujeres se han incorporado como
facilitadoras o como participantes en diferentes misiones que les han
permitido tener acceso a beneficios en educación, salud, consumo,
créditos, etc. de los que habían sido históricamente excluidas. Además
se ha dado un desarrollo de nuevas organizaciones (puntos de encuentro
-según fuentes oficiales 15.000 en el país), red de usuarias de
créditos, sindicatos de amas de casa, y su participación en lo que se ha
llamado mesas de agua, comité de tierras urbanas, entre otras), lo que
ha permitido ir creando un nuevo tejido social y una conciencia e
identidad política en defensa del proyecto político nacional.
El
Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW)
reconoció los esfuerzos de Venezuela para promover la igualdad de
género con la creación del Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades
para las Mujeres (2003), La Ley de Promoción y Protección de la
Lactancia Materna (2007), la Comisión Nacional de Justicia de Género
(2011) y el Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de
Género (2007) y los programas sociales destinados a lograr la
participación de la mujer en los proyectos de generación de ingresos. El
mismo objetivo tuvo la creación del Banco de Desarrollo de la Mujer,
con el fin de democratizar el capital a través de un sistema de
microcréditos para las mujeres de los sectores populares del país. El
Ministerio de la Mujer, por su parte, desarrolló el Programa de
Defensoras Comunales, comuneras formadas para proveer asesoría jurídica y
acompañamiento psicológico en los barrios, y los Centros de Atención y
Formación Integral de la Mujer (CAFIM), donde hay atención en salud,
asesoría legal, formación, y se trabaja conjuntamente con los
movimientos sociales.
La Sexodiversidad en Venezuela también ha
tenido diversos logros dentro la Revolución Bolivariana. Tal como lo
afirma la Base Lésbica de Venezuela “unos de los primeros, ha sido la
derogación de la Ley de Vagos y Maleantes, (…) ley aprobada en 1939, con
la cual se reprimía principalmente a la comunidad lésbica, gays,
transexual (…). Eran condenados sin juicio, sin abogado y sin debido
proceso a más de dos años de encierro en la cárcel de El Dorado, Estado
Bolívar”.
La militancia sexodiversa revolucionaria ha concretado
una serie de leyes destinadas a la protección y reconocimiento de sus
derechos. Entre ellas podemos encontrar la Ley para la Regularización y
Control de Arrendamiento de Vivienda, la Ley de Instituciones del Sector
Bancario, y la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las
Trabajadoras. Estas tres leyes reglamenta la igualdad de condiciones al
acceso y disfrute de garantías sociales, laborales y económicas, sin
discriminación racial, religiosa, y/o sexogenérica. En relación a la
identidad de género, la Revolución Bolivariana introdujo en la Ley
Orgánica de Registro Civil (artículo 146) la reglamentación del cambio
de nombre propio, estipulando que “toda persona podrá cambiar su nombre
propio cuando este no se corresponda con su género, afectando así el
libre desenvolvimiento de su personalidad”.
La movilización y
organización de la comunidad LGBTI venezonala ha logrado que se discutan
las condiciones para una reforma orgánica de la Constitución y el
Código Civil en lo tocante a las garantías sexodiversas de la población.
Desde el 2014 las organizaciones sociales encaminadas en este objetivo,
han dado discusiones amplias de cara al Estado y las Iglesias. Gracias a
estos procesos organizativos el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)
estableció en el 2016 un criterio aprobatorio sobre la doble maternidad
en casos de reproducción asistida y familias homoparentales (2016).
Según lo estipulado por el TSJ dicha sentencia “interpreta el artículo
75 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el
sentido de que la jefatura de las familias pueden ejercerlas las
familias homoparentales, y por ende el Estado brindará protección sin
distinción, a la forma de conformación de la familia, incluyendo a los
niños, niñas y adolescentes nacidos en familias homoparentales, gozando
de todos los derechos y garantías consagradas a favor de las personas en
el ordenamiento jurídico al igual que cualquier otro niño que haya
nacido dentro de una familia tradicional’.
La revolución
bolivariana significa un antes y después para todo en Venezuela. Durante
estos años el pueblo venezolano ha encabezado grandes victorias para la
consecución de garantías sociales, culturales y jurídicas,
inimaginables sin la participación combativa de las mujeres y
diversidades organizadxs. Cada garantía es el reflejo de la constancia
revolucionaria que concreta históricos procesos de organización y
acumulación políticas. La toma de conciencia de los sectores populares
sólo ha sido posible gracias a la coherencia infatigable de las
organizaciones de base. No está demás resaltar que gracias a la
Revolución hay hoy un saldo organizativo de las luchas encabezadas por
el feminismo y las organizaciones sexodiversas, antaño suprimidas de
todos los espacios de decisión y participación social. Seguramente en
esta senda hay mucho por construir.
Este # 8M
las feministas latinoamericanas nos unimos para elevar un grito de
intransigencia contra la injerencia estadounidense en Venezuela. Creemos
que dentro del gran ciclo de procesos independentistas en Nuestra
América, el feminismo debe jugar un rol central dada la lucha
anti-colonialista que nos ha hermanado. Somos las hijas de Juana
Azurduy, Manuelita Saenz, y Martina Chapanay. Somos la sangre viva de la
historia que nos condena a vivir resistiendo, siempre, en sorora
dignidad.
Por eso, desde la Cátedra de Feminismos Populares de América Latina Martina Chapanay, gritamos por Venezuela:
“¡FEMINISMO, SOCIALISMO, Y ADELANTE!”
INVITAMOS a las feministas de la patria grande a SUMARSE y FIRMAR el
siguiente comunicado en APOYO a la REVOLUCIÓN BOLIVARIANA Para leer y
firmar, ingresar al enlace: http://bit.ly/2Xl3tvZ
No hay comentarios.:
Publicar un comentario