Afirma la defensora hondureña Rode Miranda
Rode
Asvely Murcia Miranda, originaria del pueblo Maya Ch’orti’ de Copán
Ruinas, forma parte de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas y
Negras de Honduras (Conaminh) y se dedica a la defensa del territorio,
de la naturaleza y de las mujeres en la zona de Copán.
Cimacnoticias habló con la también colaboradora de la Red Nacional de
Defensoras Rode durante la “Misión Feminista de Solidaridad El Abrazo”,
una gira por Honduras que realizaron 52 defensoras de Derechos Humanos
del 20 al 25 de enero para conocer la situación de las defensoras
locales
Sonia Gerth (SG): ¿Cómo te iniciaste en la lucha?
Rode Miranda (RM): Soy nueva en la lucha, a raíz de que nuestro
municipio era amenazado con cuatro concesiones mineras en la zona norte
de Copán Ruinas, de donde emana el agua que consumimos más de 40 mil
personas del municipio. Cuando nos dimos cuenta, fui una de las primeras
en dar la alerta. Y de ahí comenzamos la lucha y nos metimos a lo que
es la defensa del territorio. Apoyo a mujeres que están siendo
criminalizadas por defender su parcela de tierra, la alimentación para
sus hijos.
SG: Eres una persona con mucho carisma, que transmite mucha fuerza. ¿Dijiste que lo heredaste un poco de tu abuela?
RM: Exactamente. Lo heredé de mi abuela, siempre le gustaba ayudar al
más necesitado. Y defender los derechos de los que no tenían voz. Ella
era una docente, fue maestra. En 1988 la mandaron para una aldea de
Copán ruinas. Y su sorpresa fue que cuando llegó estaban cercadas las
calles, no había caminos para llegar a la comunidad. Y ella levantó su
voz y dijo que no podía ser de, que esta gente viviera como animales
encerrados, y que no tenían unas viviendas dignas. Entonces ella empezó
una revolución en contra los terratenientes de esa zona, defendiendo los
derechos de las personas indígenas en Copán.
“Fue así que esta comunidad se liberó de terratenientes que los
tenían sometidos a trabajar, muchas veces sin pago, no les tenían
caminos para llegar a sus casas. Mi abuela botó los cercos, buscó ayuda
con la justicia, en ese entonces todavía se tenía una esperanza en la
justicia. Mi abuela lo logró. También ella sufrió persecución a raíz de
esto, su vida se puso en riesgo. Pero de ahí es donde traigo el arraigo a
defender los derechos de los sin voz. Porque muchas veces desde las
comunidades la voz que necesitan ellos no se escucha ante las
autoridades. Y necesitamos acuerparnos para hacernos valer y que nuestra
voz sea escuchada”.
SG: Nos podrías detallar como está la situación en el territorio de las y los Maya Ch’orti’ en ese momento. ¿A qué se enfrentan?
RM: La lucha, en este momento está caliente. La mayoría de las que
estamos enfrente de esas organizaciones somos mujeres, algunas estamos
sufriendo el patriarcado y el machismo dentro de las mismas
organizaciones. Y cuando nosotros decidimos tratar de llevar proyectos a
las comunidades, los mismos hombres nos ponen tropiezo, nos quieren
difamar. Nos están difamando en la zona, y algunas están siendo
judicializadas por defender la tierra, sin ninguna prueba en realidad.
Pero como mujeres creemos que, como decimos acá, tenemos los ovarios
bien puestos.
“Vamos a seguir defendiendo nuestros derechos y los derechos de las
futuras generaciones, defendiendo el derecho a vivir, el agua, nuestros
bosques, para que nuestras futuras generaciones pueden disfrutar de lo
que tenemos en las zonas. Sabemos que como mujeres no tenemos una
batalla fácil, pero vamos a salir adelante. Tengo tres compas que están
siendo judicializadas, una por usurpación del terreno, porque el dizque
dueño, las tiene procesadas por usurpación por derecho a nuestras
tierras ancestrales. Otra compañera está siendo judicializada por
oponerse a la reapertura de una mina en la Unión Copán. Ella en estos
días fue citada ante los juzgados, por qué no lo sabemos, porque la mina
está demandándola por obstruir el trabajo, según ellos”.
SG: ¿Pero no está abierta?
RM: No, actualmente está cerrada. Está detenido. Por eso están
citando a esa gente, por obstrucción al desarrollo, dicen. Cuando (lo
que pasa es que) no trae desarrollo, más bien nos trae muerte. Otra
compa, juntamente conmigo, somos víctimas de difamación, porque nos han
dicho que hemos falsificado algunas cosas para que una consejería, que
no es legal y que el pueblo no quiere, (no) sea inscrita. Nosotros
sabemos lo que el pueblo quiere, y les dijimos, si tienen pruebas,
arránquese, aquí estamos.
SG: Podrías describir cómo son las relaciones, ¡quienes son ustedes y
quienes son las personas que enfrentan? ¿Cómo es la ley de minería en
Honduras, a quién favorece y a quién desfavorece?
RM: La ley de minería en el país no viene en beneficiar en nada el
pueblo. Más sólo el uno por ciento de lo que es la producción de la mina
es lo que es distribuido en el municipio y en el país. Esta ley viene a
favorecer los grandes poderosos del país. Teníamos una beta de no ceder
más concesiones de los que habían sido concedidas. Pero
desgraciadamente, desde que entró el señor Juan Orlando Hernández, en
ese entonces entró como presidente del Congreso Nacional, él dio como
una nueva prórroga para poder dar más concesiones mineras.
“Actualmente, nuestro país está concesionado aproximadamente en un 80
por ciento. Sólo hay dos departamentos que no están dentro del mapeo
que se hizo para la explotación. La ley favorece nada más que el dueño
del terreno, al Estado y a la misma minera, que muchas veces son
personas extranjeras. Es tan contradictorio que muchas veces vienen a
hacer estudio de impacto ambiental a la zona, y traen su propia gente
del extranjero a que vengan a hacer estudios. Ni nos consultan a
nosotros para poder entrar y hacer esos estudios.
“Están violentando lo que dice el Convenio 169 (de la OIT) a la
consulta libre, previa e informada. En primera porque somos comunidades
indígenas donde están las riquezas del país, y se nos han pisoteado
nuestros derechos. Creemos y hemos exigido que sean respetados nuestros
derechos. Que sean respetados los convenios que existen
internacionalmente y que se nos sean consultados. No importa si sólo sea
por una concesión, si sólo sea por un estudio que van a la zona. Pero
como nacidos y provenientes de esas comunidades indígenas, tenemos
derechos a saber qué es lo que andan haciendo en nuestro territorio.
Tenemos derecho a decir sí o no. Y en este caso es un No rotundo a las
hidroeléctricas y las mineras en nuestro país”.
SG: También nos comentaban que se están enfrentando a uno de los
narcotraficantes más grandes de la región. ¿Qué medios tienen ellos para
hacerles daño, y qué medios tienen ustedes para luchar por su tierra?
RM: Si, estamos ahorita por la cuestión tierra con una de las
comunidades del occidente, luchando para que se dieran estas tierras a
esta comunidad indígena. Desgraciadamente nos topamos, el que había
hecho el convenio era uno de los terratenientes más poderosos de la
zona. Este señor, sabiendo que a él sí se la podíamos haber ganado fácil
porque no tenía poder para manipular el Estado, hizo un convenio de
compra y venta con uno de los narcos más poderosos de la zona de
occidente. Estando así la cuestión cuando llegamos donde este señor, le
dijimos que queríamos llegar a un acuerdo, y dijo ‘Miren, yo no les voy a
vender nada, ya les dije que les puedo dar unas parcelas’. Pero las
parcelas que él dio estaban en unas laderas, y la gente ahí no puede
construir sus casas, no pueden cultivar, no pueden vivir dignamente.
“Entonces, nos acorralaron a la gente. No tenemos en esta comunidad
ni donde cultivar una plantita de maíz, una plantita de frijol, para que
esa gente se pueda alimentar. Nosotros no contamos con más que nuestras
fuerzas y nuestras creencias, nuestra espiritualidad. Para ganar la
justicia en Honduras, nunca la hemos visto a favor del pueblo. Pero
tenemos fe de que por otro lado pueda haber justicia. Porque nos
llevamos una gran sorpresa al saber de que Estados Unidos está pidiendo
extradición a este señor, que por años ha venido obstaculizando la
alimentación de nuestra gente.
SG: Sabiendo a qué se enfrentan ustedes, las defensoras, poniendo su
vida en esta lucha, a ti lo que te alimenta, ¿es la espiritualidad?
RM: Me alimenta, sí, en parte, confiar en que las abuelas y abuelos,
nuestros ancestros nos ayudan a salir adelante, a sacar adelante su
pueblo, pero también nos alimenta mucho nuestra alma y nuestra
satisfacción de ver que los niños son felices cuando se gana una lucha.
De ver de que ellos ya van a tener seguridad, un hogar seguro y digno,
con alimentación, y que los recursos naturales de sus comunidades están
siendo protegidos realmente. Es lo que nos alimenta a seguir adelante.
CIMACFoto: Sonia Gerth
Por: Sonia Gerth
Cimacnoticias | San Pedro Sula, Hon
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