Autor:
Nancy Flores / @Nancy_Contra
Petróleos Mexicanos extingue 26 de las 51 empresas privadas que constituyó en paraísos fiscales, y que fueron heredadas por el gobierno de Peña Nieto. Todas operan al margen de la ley. El Grupo PMI –“brazo comercial” de la petrolera–, en la mira por presuntos actos de corrupción.
La nueva administración en Petróleos Mexicanos (Pemex), encabezada
por el ingeniero Octavio Romero Oropeza, busca desmantelar la red de
empresas offshore que constituyeron sus antecesores y que llegó a sumar más de 60 compañías de papel, sin oficinas ni empleados pero con múltiples gastos suntuosos y presuntos actos de corrupción.
Veintiséis ya fueron extintas entre diciembre de 2018 y los primeros días de enero, revelan a Contralínea
funcionarios de la petrolera mexicana. No obstante, indican que el
esquema es tan complejo que no será fácil desaparecer el resto: otras 25
compañías de portafolios. En total, el gobierno de Enrique Peña heredó 51.
La ruta crítica para atender este tema será cerrar otras 15 en los
próximos meses, pero las otras 10 empresas no se podrán desmantelar en
el corto plazo: están ligadas a proyectos productivos de Pemex y sus
subsidiarias, así como a contrataciones de deuda en mercados
internacionales que aún se están pagando, detallan los funcionarios.
En el caso de PMI Comercio Internacional, el plan es volverla
nuevamente una empresa del Estado, pues desde diciembre de 2014 –bajo el
amparo de la reforma energética– el Consejo de Administración de Pemex
la transformó de paraestatal a filial.
Ese cambio permitió la extinción del Órgano Interno de Control, la
imposibilidad legal de que la Auditoría Superior de la Federación
fiscalizara al llamado “brazo comercial” de la petrolera y la volvió
sujeto no obligado a la Ley General de Transparencia. En 3 años, ni esa
filial ni sus empresas satélite (el Grupo PMI) han rendido cuentas a
pesar de que manejan todas las exportaciones e importaciones de Pemex.
Más aún, según los funcionarios consultados, al Grupo PMI ya se le
investiga por presuntos actos de corrupción y fraudes contra la hacienda
petrolera.
Al respecto, el propio Andrés Manuel López Obrador indicó el pasado
24 de enero que “Pemex Internacional requiere una revisión a fondo,
porque incluso llegó a ser independiente del Estado mexicano, funcionaba
como una empresa privada sin control, sin que tuviese que rendir
cuentas”.
Agregó que del Grupo PMI no sólo le preocupa la refinería que se
tiene en sociedad con la trasnacional Shell en Estados Unidos (Deer
Park): “es que la compra del combustible no se transparentaba, y eso lo
vamos a hacer. Vamos poco a poco”.
Esquema mafioso
Al analizar la compleja estructura empresarial que Pemex creó desde
1988 –cuando el gobierno de Carlos Salinas desapareció las oficinas de
representación de Pemex en el extranjero y las transformó en empresas
privadas extraterritoriales–, la nueva administración encontró que se
trata de un esquema similar al que emplean organizaciones mafiosas o
empresas y personas evasoras de impuestos.
Y es que pareciera una telaraña de compañías offshore
diseminadas en cinco territorios fiscalmente laxos (Delawere, Estados
Unidos; Irlanda; Países Bajos; Suiza, y España), un conocido paraíso
fiscal –Islas Caimán– y México.
La mayoría de empresas se derivan de sus tres holdings (tenedoras de acciones), de tal forma que Pemex y sus subsidiarias figuran como propietarias indirectas del resto.
Sus operaciones incluyen triangulaciones de capital, cuentas
bancarias privadas abiertas en paraísos fiscales y una tesorería en
Holanda, donde se retienen supuestas ganancias de carácter “privado”, a
pesar de que todas las transacciones se derivan de los recursos públicos
de Pemex: su petróleo y derivados o su capital.
Los funcionarios explican que entre los hallazgos destaca que, a través de estas empresas offshore,
Pemex ha participado en negocios totalmente adversos a sus finanzas.
Particularmente sobresalen inversiones del Grupo PMI en sociedades que
registran pérdidas multimillonarias, como las sostenidas con las
españolas Hijos de J Barreras y Repsol; con la estadunidense Deer Park
(propiedad 50-50 con Shell); y en México, las fraudulentas adquisiciones
de Agronitrogenados y Fertinal, por ejemplificar con los peores casos.
En todos éstos, las decisiones fueron tomadas de forma unilateral por
ejecutivos del Grupo PMI, con la venia de los altos directivos de la
petrolera mexicana: jamás se consultó al Congreso para estas inversiones
con capital público, tanto en el extranjero como en México.
Aunado a ello, los operadores de las sociedades y compras accionarias
no pueden ser imputados por los daños patrimoniales causados al erario,
porque no son considerados servidores públicos, sino ejecutivos de
empresas privadas. No obstante, el quipo que revisa estos temas continúa
analizando la legalidad de cada caso.
Con este nivel de opacidad, Pemex también empleó estas compañías para
triangular compras y contratar servicios, sin garantizar los principios
de eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez que exige
la ley. De esta manera, en muchos casos no había licitaciones sino sólo
contratos directos.
Gastos suntuosos
Como si se tratara de jeques petroleros, al frente de todas esas
negociaciones, los “ejecutivos” del Grupo PMI viajaban a “visitar” a sus
“socios”. Cada semana se programaba al menos un viaje al extranjero,
muy frecuentemente a Europa (particularmente a Oslo, Noruega), “pero ahí
no hay socios, hay contratistas”, afirman los funcionarios consultados.
Y así es: en Oslo reside la trasnacional Bergesen, a la que Pemex le
arrenda el barco Señor de los Mares, tipo FPSO. En su momento, se
documentó un sobrecosto en dicho contrato, que involucró como coyotes a las empresas Subtec, Blue Marine, Arrendadora Ocean y Oceanografía.
El dispendio ha sorprendido al nuevo equipo en Pemex, pues, sin
ninguna justificación, los viáticos y el hospedaje de lujo corrían a
cuenta de las finanzas “privadas” de Pemex. Por ello, estos gastos ya se
revisan con lupa, al igual que los sueldos, porque se fijaban
discrecionalmente.
Fraude de 700 pipas pasó por Grupo PMI
Una operación que también ha llamado la atención no sólo al interior
de Pemex sino en el gabinete es el presunto fraude que denunció el
presidente López Obrador, relacionado con una frustrada compra de 700
carrotanques para transportar hidrocarburos.
Y es que fue una de esas 51 empresas privadas la que asignó el
contrato y después perdió el litigio: Pemex Procurement International,
Inc –radicada en Houston, Estados Unidos–, eligió a Ethan Gas Oil, por
medio de una licitación pública. No obstante, la compañía se quedó con
un anticipo de 400 millones de pesos y nunca entregó los carrotanques.
Pemex Procurement es una de las 25 empresas que difícilmente podrá
extinguir el gobierno de López Obrador: ha desarrollado más de 200
acuerdos comerciales de largo plazo desde su creación, y actualmente
tiene en pie el concurso de licitación
PETIL-CAT-B-GCPCYC-E00-49591-0010179374-18-3, para Pemex Etileno.
Antes denominada Integrated Trade Systems, Inc, ésta fue constituida
el 18 de febrero de 1994 en Delaware, y su única propietaria es
Petróleos Mexicanos. Según los datos oficiales, desde 1998 cuenta con un
sistema de adquisiciones para Pemex, que va desde la licitación o
contratación directa hasta el pago de la factura, pasando por la
logística de entrega.
La compañía ha sostenido relaciones contractuales con más de 1 mil
700 proveedores de equipos de manufactura y servicios de la industria
del petróleo y otras relacionadas, todos para la petrolera del Estado
mexicano.
La herencia de Peña Nieto
Al cierre del sexenio de Peña Nieto, el 4 de noviembre de 2018, Pemex
consolidó 53 empresas privadas ante la estadunidense Securities and
Exchange Commission (SEC); la lista incluye a PMI Comercio Internacional
y a Hijos de J Barreras (de la que posee el 51 por ciento).
Ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, informó menos
compañías de este tipo: en su más reciente reporte, del tercer trimestre
del año pasado, aseguró que eran 31. Entre éstas hacía referencia a
Pemex Finance, el vehículo financiero que la petrolera estatal opera en
el famoso paraíso fiscal Islas Caimán.
Del cruce de datos se desprende que Pemex cerró su ciclo peñanietista con 51 empresas offshore.
Según PMI Comercio Internacional, las sociedades del Grupo PMI
ligadas a proyectos e infraestructura son: PMI Campos Maduros SANMA,
vehículo de propósitos específicos para las alianzas estratégicas del
proyecto de inversión denominado Campos Maduros; PMI Azufre Industrial,
encargada del desarrollo de diversos proyectos relacionados con el
azufre; Hijos de J Barreras, dedicada a la construcción y mantenimiento
de embarcaciones (astillero); PMI Servicios Portuarios Transoceánico,
que construye, desarrolla, administra y opera puertos marítimos,
muelles, escolleras, almacenes, tanques de gas natural y de gas licuado
de petróleo o cualquier otro petrolífero o hidrocarburo.
Con similares propósitos pero en el tema de hidrocarburos, en
especial los denominados “limpios”, está PMI Midstream del Centro;
También, PMI Cinturón Transoceánico Gas Natural, especializa en
transportación de etano; PMI Transoceánico Gas LP, para el transporte de
propano; PMI Ducto Juárez, para petrolíferos por medio de ductos a
terceros; y Administración Portuaria Integral, que administra las zonas
petroleras del puerto de Salina Cruz, Oaxaca.
Al referirse a PMI Comercio Internacional, López Obrador se
comprometió el pasado 24 de enero a “limpiar a Pemex de corrupción. […]
Vamos poco a poco. Algunos dicen que con mucha prisa; pues no, es que
tenemos mucho trabajo qué hacer en esa materia”.
Nancy Flores/Primera de tres partes
[INVESTIGACIÓN][PORTADA][SEMANA][D][P]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario