Cuatro años después, esas promesas están muy lejos de ser una
realidad, del octavo lugar con el que arrancó su gobierno ahora es el
quinto estado con el mayor número de homicidios a nivel nacional, los
carteles de la droga siguen controlando una buena parte del territorio,
las autodefensas se mantienen en la costa y, más aún, el perredista ha
sumido a la entidad en una crisis de gobernabilidad que se refleja en el
reciente conflicto magisterial que desdeño pues prefirió viajar a
España para vender el turismo michoacano mientras los maestros tomaban
las vías ferroviarias causando un grave daño económico que ya no se va a
poder reparar.
Silvano Aureoles llegó al gobierno de Michoacán con una estela de
denuncias desde que fue presidente municipal de Zitácuaro (2002-2003),
las cuales lo acusaban de haberse aprovechado del puesto para hacer
negocios en la compra de terrenos, edificios y el desvío de 60 millones
de pesos para la construcción del teatro municipal y que fueron usados
para su campaña.
Las acusaciones rechazadas por el propio Aureoles en esa ocasión
(Proceso 2016) quedaron plasmadas y con el tiempo forman parte de su
biografía política que ahora vuelve a emerger con las sospechas de
desvío de los recursos federales destinados a responder a las demandas
de los maestros que decidieron realizar una serie de manifestaciones y
bloqueos desde el pasado 14 de enero.
En cada una de las crisis que ha tenido en estos cuatro años de
gobierno Aureoles ha resbalado su responsabilidad. En el caso de la
inseguridad a sostenido que le corresponde al gobierno federal combatir
el crimen organizado, sin tomar en cuenta que muchos de los delitos
cometidos son del orden estatal; mientras que de la crisis generada por
las protestas magisteriales sostiene que la tiene que resolver el
gobierno de López Obrador, a quien le pidió usar la fuerza para
desalojar a los maestros acampados en las vías férreas.
Silvano Aureoles ha destacado más por los escándalos o por decisiones
contradictorias que por un buen gobierno. Habría que recordar que en
aquella visita del Papa Francisco a Michoacán, trajo en helicóptero como
invitada especial a la cantante Belinda y en la pasada campaña
presidencial dio su respaldo y su voto al candidato del PRI, José
Antonio Meade, en lugar de apoyar al panista Ricardo Anaya quien tenía
el apoyo del perredismo.
En algún momento de la pasada elección Silvano Aureoles quiso ser
candidato presidencial pero no recibió el apoyo de su partido que optó
por el panista Anaya. Hoy su carrera política fenece dejando tras de sí
una cauda de pasajes oscuros que habrán de salir una vez que su gobierno
ya se acerca a su final.
Por cierto…Silvano Aureoles celebró que el exgobernador Jesús Reyna
saldrá de la cárcel donde ha estado bajo los cargos de vínculos con los
Caballeros Templarios, organización criminal de la que formó parte
Rodrigo Vallejo, hijo del exgobernador Fausto Vallejo, hoy preso por
colaborar con dicho cartel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario