Antonio Gershenson
La Jornada
Se acaba de anunciar, después de un proceso de elaboración nacional, el futuro económico de los próximos 15 años de México.
Hay elementos que antes no había. Ejemplo, la corriente eléctrica
directa que atravesará la península de Yucatán de 810 kilómetros de
largo, de Teknapán, muy cercano al Istmo, a cerca de Playa del Carmen.
Con la corriente directa se puede transmitir electricidad más rápido y,
sobre todo, con menos pérdidas. Esto no se ha logrado antes en nuestro
país.
Pero se han heredado varias empresas en las cuales se multiplicaron
las que eran las básicas originales: Petróleos Mexicanos (Pemex) y
Comisión Federal de Electricidad (CFE). Ahora se tiende a fortalecer las
instituciones originales, aunque hasta el momento todavía hay una
estructura muy complicada.
Se habla de tres primeras estructuras posibles. Pero al mismo tiempo
se plantea que se tendrán listas en un periodo de 15 años. Si queremos
podemos hablar de los dos y medio sexenios que suman esos años. Es un
paso adelante con relación a los adminstraciones sexenales decisivas en
nuestra nación. Y más adelante habrá que estudiar y analizar a estos
nuevos periodos, más allá de los tradicionales sexenios.
El cálculo de la distribución de la electricidad será de 8 por ciento
por ciento, y el de la transmisión, de 10 por ciento por ciento. El
restante 82 por ciento es para la generación de la electricidad.
Se plantea aumentar sustancialmente, su generación con medios que no
impliquen la quema de combustibles, como la energía del sol, de la
geotermia, del viento y, claro, el agua.
También se propone la mayor producción nacional de gas natural, que
actualmente podría decirse que se importa a lo loco, especialmente del
norte.
La producción de combustibles derivados del petróleo y asociados al
mismo, como lo es el gas, exige la reparación de refinerías y la
construcción de por lo menos otra, que está por iniciar su proceso de
levantamiento.
Va a ser necesario también, avanzar en la construcción del
ferrocarril maya, así como en la fabricación de sus vagones. Para ello
sería conveniente apoyarse en la amplia experiencia de países como India
y China.
Se habla también de avanzar hacia una red de energía inteligente
(REI) en estos años. Creo que puede ser interesante, además de aprender
de nuestras experiencias, hacerlo de las de naciones como las antes
mencionadas.
En el caso de India, por ejemplo, además de las más de 200 estaciones
de ferrocarriles con que cuentan, lo interesante es que pueden
recorrerlas con diferentes anchos entre las ruedas, lo cual es de
interés por parte de otros países, además de su sistema de
telecomunicaciones y otros. Y en el caso de China, cuyo interés por
parte de otras naciones, es por su sistema ferroviario, cuya red es la
mayor del mundo, entre otros avances.
La red ferroviaria china cuenta con trenes que alcanzan una velocidad
de entre 300 y 400 kilómetros por hora y se sabe que están construyendo
máquinas que llegarán a registrar velocidades de 500 kilómetros por
hora.
Por otra parte, debemos tener presente que los próximos comicios en
Estados Unidos podrían influir en el éxito de la planificación del
futuro para los próximos 15 años en México.
En general, si cambia el actual presidente, la situación puede modificarse en favor de nuestros proyectos.
Así que debemos estar en atención constante sobre lo que en ese sentido pueda suceder.
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