Gerardo Villagrán del Corral
El presidente estadounidense Donald Trump, preocupado por las
acusaciones del Congreso de obstrucción de la justicia, anunció que
impondrá en 10 días aranceles del 5% contra toda importación de México
hasta que este país frene el flujo migratorio hacia la frontera
estadounidense, originado por las políticas que Washington impone en la
región centroamericana.
La prisa de Trump en anunciar esta nueva agresión fue que 24 horas
antes el fiscal especial Robert Mueller declaró que su investigación no
exoneró a Trump, pero que según las normas del Departamento de Justicia,
no podía formular cargos contra un presidente en funciones, e indicó
que la Constitución tiene otro mecanismo para ese fin, dejando claro,
que se estaba refiriendo al juicio políitico por el Congreso (impeachment).
Demócratas de alto perfil continuaron proclamando que la única
solución es proceder hacia un proceso de destitución. La senadora y
precandidata presidencial Elizabeth Warren dijo a la prensa que si Trump
“fuera cualquier otro y no el presidente, estaría esposado y acusado…
Yo no rendí juramento para apoyar a Donald Trump. Yo juré apoyar la
Constitución… y por eso, el impeachment”.
Los aranceles a las importaciones se consolidan como arma de presión
de la Administración Trump. Su próximo destinatario, México, aunque en
realidad vayan a ser los consumidores estadounidenses quienes paguen la
factura.
Dura respuesta de López Obrador
Por tuit, el mandatario añadió que los aranceles “se incrementarán
gradualmente hasta que sea remediado el problema de la inmigración ilegal”,
lo que produjo una dura réplica del presidente mexicano Andrés Manuel
López Obrador, quien sostuvo que “no me falta valor, no soy un cobarde
ni timorato, sino que actúo por principios: creo en la política que,
entre otras cosas, se inventó para evitar la confrontación y la guerra”.
Difundida a través de su cuenta Twitter, López Obrador anunció que
una delegación encabezada por el canciller Marcelo Ebrard buscará en
Washington un acuerdo en beneficio de las dos naciones, y aseguró que
los problemas sociales no se resuelven con impuestos o medidas
coercitivas, tras llamar a Trump a profundizar en el diálogo y a que
“actuemos con prudencia y responsabilidad para buscar alternativas de
fondo al problema de la migración”.
AMLO
también le recordó su propuesta de optar por la cooperación y el
desarrollo para la región, a lo que el mandatario estadounidense
respondió que de persistir la crisis, los aranceles se elevarán a 10% el
primero de julio y uego 5% adicional cada mes durante tres meses.
Indicó que los aranceles se mantendrán permanentemente al nivel de 25
por ciento “a menos y hasta que México frene sustancialmente el flujo ilegal de extranjeros entrando por su territorio”.
Acusó que la cooperación pasiva de México en permitir esta incursión
masiva de migrantes constituye una emergencia y una amenaza
extraordinaria a la seguridad nacional y economía de Estados Unidos, y
dijo que México “fácilmente podría frenar el flujo ilegal de migrantes”, pero ha permitido que esta situación continúe durante muchos años.
Trump señaló que una nación sin fronteras no es una nación. “No me
quedaré esperando más y permitir que nuestra soberanía sea erosionada,
nuestras leyes pisoteadas o nuestras fronteras no respetadas”, dijo,
mientras su equipo de asesores debaten las posibles consecuencias de
esta decisión: un impacto negativo en los mercados internacionales y
minar la aprobación de la nueva versión del tratado de libre comercio,
el T-MEC.
No está claro, siquiera, si el presidente tiene la autoridad para
emplear el arma de aranceles para responder a un tema no comercial, en
este caso la política migratoria (podría enfrentar disputas en los
tribunales) y por eso Trump invocó la autoridad de la Ley de Poderes de
Emergencias Económicas Internacionales, en el contexto de lo que ya ha
calificado de emergencia nacional, algo que ya había declarado en torno
al control de la frontera
Los analistas de Washington señalan que en esta ofensiva, Trump fue
asesorado para anunciar nuevas restricciones sobre asilo que implicarían
cerrar la puerta de ingreso a los refugiados centroamericanos, lo que
prohibiría que migrantes soliciten asilo si han residido en un país
diferente al suyo antes de llegar a EEUU, aplicable a todo
centroamericano que primero pase por México..
En México
No hay justificación para que, por motivos migratorios, Estados
Unidos imponga aranceles a todos los productos que México envía a esa
nación, una medida que, de concretarse, sería gravísima para el país,
declaró el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de
Relaciones Exteriores, Jesús Seade Kuri.
Desde la cancillería Seade Kuri indicó que lo correcto sería
responder ojo por ojo, aplicar un 5 por ciento a todas las importaciones
de Estados Unidos; sin embargo, ello sería irse hacia la jungla cuando
queremos construir algo bueno. Más bien hay que hablar duro con ellos y
decir que no se vale.
Por su parte, AMLO solicitó al Senado un periodo extraordinario de
sesiones para que ratifique el Tratado entre México, EEUU y Canadá
(T-MEC). Envió a funcionarios de alto nivel a ese órgano legislativo
para que entreguen el documento del acuerdo comercial, el protocolo y el
reporte, confiado en que se aprobará el tratado, para lo cual se
requiere mayoría simple, y rechazó contar con un plan B o que se reabra
la negociación.
Toda crisis es oportuna para los negocios. El Bank of America Merrill
Lynch ofreció al presidente López Obrador montos importantes de
inversión, “y estamos dispuestos a seguirlo apoyando en la medida que
vayan saliendo los proyectos, hasta que sean una realidad”, aseguró el
director general de la entidad financiera en el país, Emilio Romano
Mussali, al salir de un encuentro privado de casi una hora con el
mandatario mexicano.
* Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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