Pedro Echeverría V.
1. Hace una semana les narré con qué crueldad y facilidad, mi perrote asesinó a un pobre gatito callejero que por más de 10 minutos –separados por un alambrado de reja- se retaban seguramente mentándose la madre. Intervine varias veces con mi escoba para alejar al gatito, pero yo mismo tuve miedo. Subiéndose el gatito por las barras con un manotazo lo derribó y en menos de dos minutos lo asesinó. El pobre gato de 15 días de vida era un suicida, un tonto, un iluso que en solitario se confrontaba con el viejo y experimentado perro de 20 años.
2. Durante esa misma semana observé y escuché “las mañaneras” de López Obrador educando a su auditorio en el respeto y la solidaridad. Repitió mil veces que no se confrontaría con el presidente Trump para responder a sus amenazas de aplicar aranceles, impuestos, de cinco por ciento a los artículos mexicanos que lleguen a los EEUU. Repitió AMLO tantas veces acerca de su amistad con Trump y su enorme respeto, que me cansó. Me preguntaba: ¿cómo soportar tanto “amor” a un personaje que representa a los peores asesinos históricos de la humanidad?
3. El presidente de los EEUU, Donald Trump es igual que Obama, Bush, Clinton o Reagan. Sean del partido republicano o del demócrata la historia de los EEUU demuestra que desde 1776 –cuando se funda EEUU- todos los presidentes han sido asesinos, intervencionistas, guerreristas y expropiadores (ladrones) de territorios y riquezas. Trump –que le dicen “animal deslenguado”- no es mejor ni peor; es igual con el defecto (como el expresidente Fox) de hablar de México como un imbécil. Los anteriores a Trump no hablaban; sólo lanzaban bombas, asesinaban, como todos.
4. Todos los gobernantes mexicanos, por lo menos desde los años 40 –es decir desde hace 80 años- han actuado como esclavos de los gobiernos yanquis. Durante ese tiempo y más los EEUU han ordenado golpes de Estado, guerras, regímenes militares, han esquilmado países, les han saqueado su economía y ningún país de América o del mundo los ha colocado donde se merecen como asesinos. Los llamados “países socialistas” –que nunca fueron tales-mantuvieron cierta oposición o contrapeso durante 60 años; pero los yanquis han sometido al mundo como han querido.
5. López Obrador –subrayando mucho su nueva política de “amor y paz”- se ha acercado mucho al ridículo, sin ser necesario. Cuba de los Castro, de 1959 a 1966, con el aplauso de muchos de nosotros, los jóvenes se confrontó con el poderoso imperio, mantuvo una altísima dignidad, pero aunque no la desaparecieron, ha sido semi estrangulada 60 años y ninguna reunión de países u organismos internacionales pudo salvarla. El gran perro imperialista no pudo borrarla del mapa, pero la bloqueó por seis décadas. Yo estaría gritando mi anticapitalismo en las calles, pero en 60 años ni vi nada.
6. La política o proyecto de López Obrador para mi es fuera de serie; puede convertirse en uno o dos años en más de lo mismo. Pero también en ese tiempo se pueden registrar cosas chingonas en beneficio de las mayorías, de los más pobres. Al cumplir este año seis décadas de militancia y activismo en la izquierda radical, mediante el estudio de la historia de las luchas sociales y un millón de experiencias, me he llenado de dudas, escepticismo, pesimismo, pero todo sigue siendo esperanzador. Tengo confianza en AMLO, alabo su izquierdismo y condeno cualquier derechismo.
7. Espero que el PRI, PAN, empresarios, medios de información e imperialismo yanqui –incluso la iglesia y derechistas de Morena- no le pongan freno a sus batallas contra la corrupción profunda y extendida en todo México. Sigo teniendo confianza en las organizaciones de masas como el movimiento obrero, campesino, indígena, estudiantil, magisterial, el de la mujer junto al hombre. Necesitamos una nueva intelectualidad ligada a las luchas del pueblo para enviar a la basura a quienes desde hace 50 años han estado recibiendo mucho dinero y regalos en sobornos del Estado. (8/VI/19)
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