7/28/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada


INE: el presupuesto y los nuevos consejeros

Las Afore quieren descontar parte de sueldos 
Baja el dólar por la pandemia en EU
Desde que nació el Instituto Nacional Electoral –clon del IFE– la Comisión Temporal de Presupuesto ha tenido entre sus integrantes a Marco Baños, Benito Nacif y Ciro Murayama. Inamovibles al paso de los años. También la integran, pero no de forma permanente, Claudia Zavala y Jaime Rivera, y fue recientemente que dejaron entrar, de mala gana, a una mirada independiente: el consejero José Roberto Ruiz Saldaña. Esta comisión presupuestal tiene que ver con el manejo de miles de millones de pesos. El ingreso de cuatro nuevos consejeros abre la oportunidad a una restructuración sin la participación de los incondicionales de Córdova. Es perfectamente posible. Es necesario ver cómo se maneja tanto dinero y corregir desviaciones. También es ocasión para destituir a otro incondicional, el secretario ejecutivo Edmundo Jacobo Molina, quien recientemente fue confirmado irregularmente en ese puesto. Las comisiones más codiciadas son Fiscalización, Quejas y Denuncias, Prerrogativas y Partidos Políticos, Organización Electoral, Voto en el Exterior y Radio y Televisión. Son las que permiten más lucimiento en los medios. Voto en el Exterior, en particular, paga viajes de estudio a Las Vegas y Washington a cuenta de los contribuyentes. Los cuatro nuevos consejeros tienen a su alcance cambiar la vida del instituto. El INE tiene 14 comisiones, nueve permanentes y cinco temporales. Si no hay un cambio a fondo y sigue como el feudo particular de Lorenzo Córdova será imperdonable.
Ecuación equivocada
¿Está usted preparado para que su Afore le descuente, además de la comisión, una parte de su sueldo? Sí, aprovechando estos tiempos de prosperidad que son mejores que nunca. Sería 3 o 5 por ciento, supuestamente para que usted ahorre más y reciba una mejor pensión cuando se retire. La iniciativa de reforma al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) anunciada por el gobierno federal incluye la posibilidad de amarrarse más el cinturón. Los trabajadores mexicanos elegirían (voluntariamente a fuerza) que se descuente ese porcentaje, según Bernardo González, presidente de la Amafore. La medida que plantea esta reforma es un importante esquema de ahorro voluntario. Es un esquema de lo que conocemos como enrolamiento automático y que está creado con base en diseños de economía del comportamiento, dijo a pregunta de la revista Expansión. Siguen equivocando la ecuación. Para subir la pensión hay que bajar la comisión de las Afore. Así de simple. Será un punto crucial del debate en el Congreso en septiembre. Ya veremos si se repite el Lozoyagate, con senadores y diputados que se dejan influenciar.
Brillan el oro y la plata
Cayó el precio del dólar frente al yen, el euro y el peso. Los especuladores están perdiendo la confianza en una recuperación pronta de la economía de Estados Unidos ante el rebrote del virus. Buscan refugio en el oro y la plata. El peso mexicano bajó a 21 y 22 pesos en el mercado internacional. Se había devaluado a más de 25.
Ombudsman Social

¿Por qué no avión Peña Nieto
Beneficiario grupal único
Lozoya, a declarar hoy
 ¿Y el debido proceso?
En estricta justicia, no le era necesario al presidente Andrés Manuel López Obrador ir tan atrás en la historia de los perniciosos ocupantes del máximo poder político mexicano para proponer un nombre estigmatizante al avión presidencial donde ayer realizó de manera escenográfica su conferencia matutina de prensa.
Sí, claro: Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna o Carlos Salinas de Gortari (los tres nombres que AMLO presentó como irónica propuesta para rebautizar con estigma la nave aérea José María Morelos y Pavón), pero, ¿por qué no el más cercano y el auténticamente beneficiado con los excesos derivados de ese palacio flotante, Enrique Peña Nieto, poco mentado en las increpaciones tabasqueñas de la administración federal en curso?
Fue, en realidad, el ex gobernador del estado de México (su esposa, sus familias, sus allegados) quien disfrutó de la ofrenda postsexenal contratada por Felipe Calderón Hinojosa para que su sucesor esperado y concertado, el priísta Peña Nieto, viajara y paseara con aires de primer mundo plus a costa de una nación desangrada y desfondada.
En mayo del presente año, la periodista Daniela Barragán, del portal Sin Embargo, publicó lo que mediante una solicitud de transparencia le informaron: Peña Nieto hizo en ese avión presidencial 83 viajes, en los que se detallan los gastos por un total de 16 millones 496 mil 168 dólares, aproximadamente 313 millones 427 mil 192 pesos. El viaje más costoso fue el de Nueva York (del 26 al 28 de septiembre de 2015, con un costo de 541 mil 813 dólares o su equivalente, 10 millones 294 mil 447 pesos), le siguen uno de seis días a Reino Unido e Irlanda, en 2015; otro de tres días también a Nueva York, en 2016, y uno más de cinco días a Londres, en 2013 (https://bit.ly/30NMFAi).
¿Quiénes participaron en esos viajes? ¿Realmente sólo fueron a los destinos reportados oficialmente? Bueno, Barragán apunta: “En la solicitud de información también se pidieron las bitácoras de viaje y la lista de pasajeros de cada viaje, tanto de la tripulación como funcionarios e invitados, pero debido a que esa información la tiene el Estado Mayor Presidencial, y está en ‘receso’, se declaró imposibilitado formal y materialmente para otorgarla”.
¿No son suficientes los méritos de Peña Nieto, familia y allegados para que el monumento volador a la frivolidad, la ostentación y el despilfarro lleve, en tanto se vende, el nombre de su único usuario? Véase, por ejemplo, que en un viaje de tres días a Nueva York gastó en hospedaje y alimentación, transporte terrestre y aéreo un poco menos de la mitad de lo que costó tener ese avión en California en espera de ser vendido, dinero éste que escandaliza a opositores a López Obrador: el viaje a Nueva York, con los rubros mencionados, significó 541 mil 813 dólares, y la estancia del avión durante 19 meses en Estados Unidos (resguardo, mantenimiento y supervisión) implicó 1.2 millones.
Por lo pronto, el mismo Peña Nieto tendrá oportunidad de renombrar a la baja algunas de sus anteriores relaciones de amistad o complicidad, pues Emilio Lozoya Austin está citado a declarar este martes ante un juez federal respecto a uno de los dos casos que le han traído de regreso a México: el relacionado con Agronitrogenados, la planta productora que desde la dirección de Petróleos Mexicanos compró a precios inflados para beneficiar a Odebrecht, su principal firma corruptora, y a Altos Hornos de México, de Alonso Ancira, empresario acerero detenido en España como coacusado en este expediente y en espera de su extradición a México.
La aparición de Lozoya, luego de un aleccionador paréntesis médico de lujo, sea por vía presencial o cibernética, permitirá precisar la situación jurídica del cantarín ex funcionario público e ir avizorando si en estos días de filtraciones periodísticas e irregularidades procesales se ha violentado el debido proceso judicial, para ventura del presunto detonador de un terremoto político dirigido. ¡Hasta mañana!

Avión presidencial, un exceso neoliberal
Debió llamarse Salinas, Díaz o Iturbide
De regreso a su base en el aeropuerto de la Ciudad de México, el llamado avión presidencial sirvió de marco para la mañanera de ayer y dio pie para una detallada explicación sobre cuál ha sido el costo para los mexicanos pagadores de uno de los excesos neoliberales (López Obrador dixit), cuya adquisición ordenó el comandante Borolas durante su estancia en Los Pinos.
Cierto es que, como dice el mandatario, la lujosa aeronave es un exceso, pero sólo uno de los miles (con un enorme costo para la nación) que se cometieron durante el régimen neoliberal. Ayer, López Obrador dijo que tener un avión de ese costo es una desproporción, una especie de complejo. Y sí, de ese tamaño es el complejo de Calderón.
El mandatario mexicano detalló que por ese avión se iban a terminar de pagar cerca de 7 mil millones de pesos, porque fue un financiamiento. Nada más el costo de mantenimiento, de viajes al año, significa alrededor de 150 millones de pesos. Además, construir el hangar para alojarlo costó casi mil millones.
Según los neoliberales, el avión daba poder, era símbolo de fortaleza, pero no es así. El poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás. No lo da un avión lujoso. Era un gobierno de ricos, para ricos, con un pueblo pobre. Esa fue la forma de gobierno durante el periodo neoliberal. Ese fue el distintivo de los periodos neoliberales. Todo esto lo tenemos que estar subrayando, porque hay quienes quieren regresar a esa forma de gobierno. Añoran, aspiran a que continúen la corrupción, los privilegios. Esa es la característica de la oposición conservadora, dijo el mandatario.
En números cerrados (sin incluir mantenimiento, combustible, gastos por alimentación y bebidas de los pasajeros y conexos), 8 mil millones de pesos. Sólo para dar una idea de qué se trata, ese monto resulta ligeramente inferior al presupuesto 2020 de la Secretaría de Relaciones Exteriores; 28 por ciento mayor al de la Secretaría de Economía; cuatro veces superior al de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; 60 por ciento por arriba del de la Secretaría de Turismo; una tercera parte del aprobado para el Conacyt, y sustancialmente más elevado al que ejerce un buen número de hospitales del sector salud.
Dicha aeronave va para afuera (de hecho, hay dos postores firmes con ofertas muy adelantadas), porque, dijo López Obrador, “no podemos permitir los privilegios en el gobierno; es un asunto de principios. Fíjense el nivel de irracionalidad al que se había llegado, el nivel de enajenación con el lujo, los privilegios, que se atrevieron a ponerle a este avión José María Morelos y Pavón, quien encarnaba la lucha por la igualdad. ¡Imagínense! A lo mejor, si le hubiesen puesto Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz, Carlos Salinas de Gortari, tendría más apego a la realidad. Era otro mundo… (la aeronave) es monumental, faraónica y, desde luego, un insulto al pueblo de México; habiendo tanta necesidad y tanta pobreza, este lujo”.
El secretario de la Defensa Nacional, Cresencio Sandoval, detalló que con EPN en Los Pinos el llamado avión presidencial realizó (entre 2016 y 2018) 122 giras nacionales y 36 internacionales, con un costo total cercano a 409 millones de pesos.
Por el contrario, expresó el general secretario, en el presente gobierno (por combustible, preservación, diversos trabajos adicionales, seguro en tierra y en vuelo, más viáticos para tripulación y supervisores de trabajo) se gastaron 30.3 millones de pesos de diciembre de 2018 a igual mes de 2019, y 48.1 millones del primero de enero al 22 de julio de 2020. En esta administración se ha erogado un total de 58.5 millones; comparado con la administración pasada, hay una diferencia de 329.7 millones de pesos menos.
Las rebanadas del pastel
Por cierto, uno de esos excesos neoliberales hoy está en un hospital de lujo a la espera de que lo lleven a la cárcel. Y éste, también, sólo es uno de los cientos de casos de corrupción durante los seis gobiernos neoliberales.

El ahorro institucional para pensionar a los trabajadores es algo reciente en México. Las personas de la tercera edad en el pasado vivieron de sus ahorros o del apoyo familiar. Con el desarrollo del IMSS los trabajadores de la economía formal comenzaron a recibir un ingreso al jubilarse, lo cual les permitía vivir con cierta holgura. 
Pero hasta finales del siglo XX las aportaciones para el retiro no se concentraban en cuentas individuales, sino que se utilizaban para el pago de la generación anterior, la compra de medicamentos y la creación de infraestructura hospitalaria.  
El gran problema de ese sistema es que el número de retirados fue cada vez mayor frente a los trabajadores en activo, por lo que el dinero aportado por estos últimos ya no fue suficiente. Así, el gobierno tuvo que destinar recursos públicos para este propósito y todavía hay una generación que vivirá la última etapa de su vida a costa del gasto público. 
Por ello, en 1997 se reformó la ley del IMSS, lo que generó un respiro a las finanzas públicas. A partir de ese momento, los trabajadores que se incorporan al Seguro Social, junto con las empresas y el gobierno, aportan recursos a cuentas de ahorro individuales a través de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore).  
Sin embargo, las aportaciones realizadas hasta la fecha son reducidas, por lo que el ahorro generado no permitirá que el trabajador viva bien la última etapa de su vida. Se calcula que a partir de 2021, cuando se retire la primera generación bajo este esquema, sólo recibirá 30 por ciento del último salario que ganaba. 
Ante esta situación, a partir de 2022 y a lo largo de los siguientes ocho años, las aportaciones empresariales a las cuentas de cada trabajador subirán paulatinamente, para pasar de 5.12 por ciento a 13.87 por ciento del salario, y con las aportaciones del gobierno y de los propios trabajadores el ahorro para el retiro pasará de 6.5 a 15 por ciento, con lo que se proyecta que el ingreso para los jubilados será de 56 a 97 por ciento del último salario recibido, según señala la Secretaría de Hacienda. 
La reforma todavía no es suficiente para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores cuando se retiren, pero es un avance frente a los ingresos mínimos que recibirá la generación que está a punto de jubilarse.

Un relevo que enturbia el horizonte
Tal vez el nombramiento de Alfonso Suárez del Real en la Secretaría de Gobierno de la capital de la República resulte, cuando menos, una decisión apresurada y sin dimensionar el tamaño del puesto al que se le envía, por lo que el horizonte, hoy complicado, se enturbia aún más.
El cambio por sí mismo parece desafortunado. El momento en todas sus fases muestra complicaciones que requieren de ciertas condiciones para ser libradas. Condiciones como la paciencia y la humildad para atenderlas, y ciencia y fortaleza para resolverlas con decisiones firmes, pero nunca tamizadas por el arrebato del enojo del momento.
El hueco que se abrió al sólo conocerse la noticia de que Rosa Icela Rodríguez dejaría la Secretaría de Gobierno, resulta enorme. La experiencia de más de dos décadas de trabajo en los gobiernos democráticos de la ciudad, su capacidad de trabajo y su honestidad comprobada ponen muy alta la vara para quienes busquen saltarla.
Para los que dicen que el cambio la aleja, la descoloca de la posibilidad de contender por la jefatura de Gobierno, pero para los que saben es muy probable que su ausencia en las tareas de la ciudad haga crecer su figura política y eso apuntale sus posibilidades.
Rosa Icela va a trabajar con Jorge Arganis, quien una y otra vez ha demostrado sin recato alguno su lealtad al proyecto de la 4T, aunque muchas veces esa lealtad no le haya sido retribuida en tiempo y forma.
Ellos –Rosa Icela y Arganis– son amigos desde hace muy buen tiempo y saben de la responsabilidad que implica hacerse cargo de una tarea cuyas obligaciones están, para empezar, en sondear en aguas muy profundas de un mar embravecido por la corrupción.
Pero no es todo, armonizar la incursión de la Marina en sus nuevas tareas frente a muchas costumbres que nada tienen que ver con el orden de las fuerzas armadas será una tarea de alto riesgo, una prueba que parece estar en la cancha de Rosa Icela, quien tiene buena mano izquierda y sabe del muñequeo político, lo que puede evitar problemas inmediatos y futuros.
Más pronto que ya también se pondrán a prueba todos los recursos políticos de Suárez del Real. El Covid-19 y sus daños: directos, como un posible regreso al rojo, y colaterales, como el desempleo que se nota cada día más en las calles, deberán ser enfrentados sin tardanza y con agilidad. No hay tiempo de reposo.
Más allá de lo que ocurra con la pandemia, el Congreso será otro punto a tratar. Si bien Suárez del Real sabe cómo se maneja ese bicho, ahora hay mucho quehacer para conseguir que las luchas en la casona de Donceles resulten en beneficio para los habitantes de la CDMX y no para algunos diputados que quieren apuntarse, desde ahora, para obtener algo, aunque sea la relección en los próximos comicios, y eso desata muchos demonios.
Y no es por echarle más gasolina al fuego, pero hasta ahora los reclusorios, las cárceles de la ciudad, están tranquilas, ojalá así sigan.
Muy pronto veremos resultados y a lo mejor nos sorprendemos.
De pasadita
Algún programa de rescate a los restaurantes deberá idearse muy pronto. La situación es asfixiante. No hay turismo y las comidas de negocios han sido sustituidas por reuniones virtuales donde se tratan los asuntos que antes se resolvían o se agravaban en torno a una mesa de restaurante.
El cierre de estos negocios, que implica el desempleo de buen número de personas, pero además el descobijo económico de muchas familias, aumenta día con día. Las firmas restauranteras más famosas que vivían tanto del turismo como de las citas de negocios son las que más están sufriendo y no se ve, a corto plazo, una solución al problema si alguien no idea rápido un plan de rescate.


Editorial
El presidente Andrés Manuel López Obrador se trasladó ayer con varios de sus colaboradores al ex hangar presidencial del aeropuerto capitalino para ofrecer su habitual conferencia matutina, allí, al pie del avión Boeing 787 comprado en el sexenio de Felipe Calderón, estrenado en el de Enrique Peña Nieto y desechado en el actual. Tanto él como el secretario de Defensa, general Luis Cresencio Sandoval; el director de Banobras, Jorge Mendoza Sánchez, y el titular de la Lotería Nacional, Ernesto Prieto Ortega, dieron información detallada sobre el precio original de la aeronave, su costo actual, según avalúo, su situación financiera y de propiedad, así como los desplazamientos que tuvo en el pasado y los costos de traslado y mantenimiento que se han pagado en el actual. Se expuso también la inversión en el nuevo hangar presidencial: la cifra conjunta entre el aparato y su base principal ronda 8 mil millones de pesos; por añadidura, en el sexenio anterior los gastos ocasionados por los viajes en ese avión ascendieron a más de 408 millones de pesos.

Rechaza aseveraciones sobre Unomásuno
El que suscribe, Naim Libien Kaui, presidente editor de unomásuno, se dirige a usted en relación con la publicación de la nota con el encabezado: “Descongelan cuentas a hermanos accionistas de Unomásuno”, en la edición, tanto impresa como digital, del 20 de julio, y con fundamento en la Ley Reglamentaria del artículo 6, párrafo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia del derecho de réplica, solicito se me permita ejercerlo, con el fin de precisar:

Recién descubrí y exploré la página oficial del Frente Nacional AntiAMLO (Frenaaa) y hallé cosas bastante divertidas, pero también dos datos preocupantes: tiene una Comisión de Vinculación Militar: Grupo Tlaxcala (que nadie parece saber qué es, quiénes son, qué pretenden, pero da miedo) y una Comisión de Vinculación Religiosa: Juan Bosco Abascal. Ese sí sabemos quién es… y también da miedo (https://bit.ly/3g7jdMb).
Hoy, el desafío supremo del capitalismo es la crisis ecológica. Debe demostrar que tiene una solución dentro de su racionalidad, léase mercado y tecnología, para continuar existiendo. Su tesis mayor es que la naturaleza sólo logrará conservarse mediante su mercantilización, haciendo que los negocios prosperen bajo el halo glamuroso de la ecología. Para justificar el papel positivo del mercado se han inventado y difundido conceptos: desarrollo sustentable, capitalismo verde y más recientemente servicios ambientales y capital natural, que en su versión original es mero juego de palabras. En México la idea del capital natural la introdujo la Conabio, lo que llevó a su secretario a declarar en plena era neoliberal que las dos mejores cosas que tiene México para vender son la diversidad biológica y la diversidad cultural (J. Sarukhán, La Jornada, 22/5/15).
En el santoral laico de la izquierda mexicana, el maestro Edelmiro Maldonado Leal debería ocupar un lugar destacado. Su vida parece extraída de una novela del estilo de Así se templó el acero. Su trayectoria es un eslabón relevante entre las luchas por la transformación del país de la segunda mitad del siglo pasado y la realidad actual.
El término bíblico lo usan diversas culturas para referirse al fin del mundo. Incontables páginas se han escrito en nuestros días sobre el inmenso riesgo de una guerra nuclear. El Reloj del Apocalipsis, sostenido por grupos de científicos desde 1947, en enero pasado fue movido a las 23:58:20 horas; nunca estuvo tan cerca de la medianoche (el momento postrero). Otros mundos también están cerca de morir en nuestros días.

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