Activismo contra la violencia sexual que actúa bajo la excusa de la vestimenta “provocativa” de las mujeres
Grupos de mujeres en todo el mundo están marchando actualmente tomando calles de las ciudades para denunciar que la etiqueta de prostituta con la que se pretende lapidar a cualquier mujer en algún momento de su vida, en general es utilizada como excusa para ejercer violencia sexual y abuso de todo tipo contra las mujeres, sin excepción, por la forma en que éstas se visten.
Teresa Sosa
“Ninguna acción, ocupación, vestimenta, identidad o actitud son justificaciones para el abuso sexual en ninguna parte”, señala Gabriela Amancaya, una de las organizadoras de la marcha que se está llevando a cabo este domingo en Ciudad de México. “La mayoría de las mujeres en algún momento de su vida serán llamadas prostitutas”, enfatiza.
Areli Rojas, otra de las organizadoras del movimiento, apunta que el acoso es un fenómeno al que las mujeres se enfrentan todos los días en el transporte público, en las calles y centros de trabajo o estudios, donde son objeto lo mismo de miradas lascivas que de tocamientos indeseados.
Si sales a la calle a o de fiesta con una minifalda, un escote provocador, zapatos de aguja, medias de red o te comportas fuera de los cánones de la ‘buena mujer’, eres etiquetada como prostituta e incluso eres violentada y acosada”, destaca.
Por su parte, Flavia Baca Hubeid, de 24 años y estudiante de letras, representante argentina de “La marcha de las prostitutas Buenos Aires”, señala:”Lo que va a quedar en claro con esta marcha es que las mujeres estamos cansadas de callarnos y ya no tenemos miedo de salir a la calle y reclamar por un derecho tan básico como es el respeto”. Asimismo, apuesta a que tras la marcha “la gente en general aprenda a dejar de justificar la violencia de género por cómo nos vistamos, la edad que tengamos o en dónde estemos”. “Ninguna acción, ocupación, vestimenta, identidad o actitud, son justificaciones para el abuso sexual en ninguna parte”, concluye diciendo.
La historia surgió en Toronto
Las frases del policía Sanguinetti generaron polémica, tras lo cual miles de mujeres decidieron impedir que ejemplos como ese siguieran dando vueltas en el mundo y que a las mujeres se las haga responsables por los abusos sexuales que sufrían.
Comandadas por Sonya Barnett y Heather Jarvis, grupos de mujeres se organizaron y el 3 de abril realizaron en Toronto la primera “Slutwalk” o “Marcha de las prostitutas”, donde las activistas manifestaron con jeans ajustadísimos, minifaldas, tacones y prominentes escotes. Centenares de mujeres y hombres marcharon bajo el lema “No es No”, como repudio a las declaraciones del policía Sanguinetti.
“No importa la vestimenta, el lugar, ni la compañía; nada justifica la imposición de relaciones sexuales o el acoso sexual”, destacan las organizadoras de Toronto.
En poco tiempo, la idea se expandió y otros países adoptaron la causa, organizándose a través de las redes sociales Facebook y Twitter para adherirse al reclamo. Importantes ciudades de todo el mundo como Melbourne, Montreal, Los Ángeles, Seattle, Filadelfia y Londres, entre muchas otras, replicaron la marcha.
La protesta se extiende
El movimiento que se inició en Toronto ya se metió en diez ciudades en los EE.UU. y Canadá, y deberá llegar a más de 40 ciudades de EE.UU. y otras 19 en el resto del mundo, en la etapa inicial.
Las personas que se suman a la iniciativa aspiran a romper con el estigma que persiste en muchas sociedades de que las mujeres abusadas o violadas son responsables por tener “actitudes o prendas provocativas”, o el famoso y despreciable “algo habrán hecho”.
En el sitio web oficial de la “marcha de las prostitutas” la organización dice que históricamente, la palabra prostituta tiene connotaciones negativas y se convirtió en una herramienta para la persecución de carácter grave.
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“No es culpa de nuestros vestidos, zapatos de tacón alto, sin mangas, faldas y similares, que cada día las mujeres son víctimas de abusos sexuales y la falta de respeto; es culpa del sexismo que sigue presente en nuestra sociedad. Las mujeres se están uniendo al mundo”, dice, la representación del evento en Sao Paulo, que se llevó a cabo el 3 de junio.
Jaclyn Friedman
Violada por compañeros de clase en la universidad en una fiesta, Jaclyn Friedman, hoy día de 39 años, nunca fue a quejarse. ”Mucha gente dijo que yo sería culpable por estar en la fiesta y vestirme como me visto”. El episodio, que tuvo lugar hace casi dos décadas, fue narrado con resignación por la víctima. Marcó la vida de esta escritora y activista feminista. Sus atacantes, inicialmente expulsados de la universidad, fueron reintegrados y en última instancia, sin castigo.
El 16 de mayo, mostrando un sujetador y el tatuaje publicitario “valiente”, Jaclyn fue una de las oradoras en la concentración y marcha en la ciudad de Boston. “Porque vivimos en un mundo de mentiras, siempre se oye que hay que ser obediente, discreta, asequible. La palabra prostituta se utiliza para ponernos en línea”, dijo Jaclyn Friedman.
En la marcha de Boston las mujeres llevaban carteles como este: “Mi vestido no quiere decir que sí”. Otro decía: “Fui violada a los 12 años. “Yo llevaba zapatillas y abrigo. Yo soy una prostituta?”
Nicaragua
La marcha, que se realizó ayer sábado en la ciudad de Matagalpa, pautó su convocatoria en un asunto puntual: para protestar contra la violencia hacia las mujeres, muchas veces criminalizadas en lugar de sus agresores.
La convocatoria fue dirigida a todas las mujeres que han roto los esquemas de vestimenta, trabajar fuera de casa, estar divorciadas, tienen otra pareja o hijos sin un padre conocido, todas causas esgrimidas para la violencia en contra de ellas, como lo informó, Geni Gómez, de la Red de Mujeres de Matagalpa.
Señaló “con esta marcha lo que estamos haciendo es “devolver” una palabra que se utiliza para el insulto, para descalificar a las mujeres. “Prostituta, es una palabra fuerte, que golpea, pero hay que hacer cosas que muevan la conciencia que generen opinión” en torno a lo que está sucediendo, agregó Gómez.
Esa idea de que las mujeres son culpables por la violencia contra ellas “también sucede aquí (en Nicaragua) porque justifican las agresiones por como visten, como salen a la calle, por como caminan o por como hablan”, sostuvo Gómez.
Las formas de agresión a la mujer en Nicaragua y otras partes del mundo van desde el extremo como puede ser el asesinato a chistes de contenido machista o piropos en la calles; en la vida cotidiana el desprecio por las mujeres ocurre de muchas formas en el trabajo, el estudio, cuando conduce un auto.
El hombre que mata a una mujer ha llegado a eso por asumir que tiene derecho sobre la vida de ella y se justifica en que “no me hizo caso”, se quejó Gómez. La Red de Mujeres registra hasta mayo de este año que 40 mujeres han sido asesinadas por compañeros sentimentales, vecinos o familiares.
Matagalpa, una ciudad conservadora enclavada en el norte de Nicaragua, encabeza la lista de asesinatos de mujeres junto con Managua y la Región Autónoma del Atlántico Sur, la mayoría impune.
“No aceptamos que se nos clasifique, se nos encasille y se nos ponga etiqueta (…) Las mujeres tenemos derecho a exigir que nos respeten nuestra palabra, nuestro cuerpo, que cuando decimos no es no”, sostuvo Gómez, una española nacionalizada nicaragüense.
OBJETIVO PUNTUAL
Esta movilización busca dejar en claro que las mujeres no son responsables de la violencia sexual ni agresiones en general por su forma de vestir, el lugar o la compañía, entre otros aspectos que se siguen empleando para justificar lo injustificable.
Fuentes: ONGs feministas y Agencias de Noticias
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