Zona de Reflexión
Por Lucía Lagunes Huerta*
México, DF, 14 jun 11 (CIMAC).- Detrás de cada cifra de la impunidad hay cientos de historias de carne y hueso, la de Grettel R. es una de ellas. Joven yucateca que ha viajado a la Ciudad de México en busca de la justicia perdida en su estado natal, Yucatán.
Grettel está viva de milagro, después de que su agresor, Germán Alyn Ortega Hernández, le cortara en la zona de la yugular, la cara y el vientre. El milagro es que la agresión fue en la casa de Grettel y sus padres actuaron rápido para llevarla al hospital.
Pese a que Germán confesó el intento de homicidio, de que en su automóvil las autoridades encontraron el cuchillo con la sangre de Grettel y las huellas de Germán, de que el peritaje forense sobre las heridas de la joven señalan que son de muerte, el sábado pasado la jueza Ileana Georgina Domínguez Zapata decidió dejarlo en libertad.
Así, sin más, la jueza reconfiguró el delito y de tentativa de homicidio pasó a lesiones, pues finalmente Grettel está viva y el agresor sufría mucho en la cárcel, según le dijo la propia jueza a la sobreviviente de feminicidio, en alguna entrevista en la que le informa su intención de reconfigurar el delito.
Un delito que se cometió el 16 de septiembre del año 2009, tras el cual Grettel ha intentado que la justicia llegue a su vida, acompañada de sus amigos, familiares y abogados, quienes promovieron amparos para evitar la libertad de Germán.
Intentaron todos los instrumentos legales a su alcance, apelaron a la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, a las instancias estatales de apoyo a la mujer y nada.
Escribieron al Ejecutivo federal, al Inmujeres, a la Cámara de Diputados en espera de un luz de esperanza para detener la libertad de su casi homicida… nada impidió que a su agresor lo dejaran en libertad el pasado sábado, hecho que sin duda coloca nuevamente en peligro la vida de Grettel.
Así de sencillo se transformó un delito grave, así de sencillo el sistema deja libre a un posible homicida que anda suelto con cara de buena gente, dando clases de chef en universidades, enamorando a las jóvenes y después intentando matarlas.
Hoy Grettel necesita protección pues no sabe dónde está su agresor y a través de las redes sociales él la amenaza. Hoy se entrevistará con la presidenta de la Comisión Especial de Feminicidios de la Cámara de Diputados, Teresa Incháustegui. Salvaguardar la vida de Grettel es la prioridad.
Esta es la impunidad e ineficacia de un sistema de justicia que por deficiencias y corruptelas genera que 98.5 por ciento de los delitos cometidos en México queden impunes. Es el cansancio de esto lo que provocó, nuevamente, que la población buscara hacer justicia por propia mano, esta vez en Cuajimalpa.
El robo a una casa habitación desató el hartazgo de la inoperancia del sistema de procuración de justicia. Sistema que a lo largo y ancho del país deja libre una y otra vez a los agresores de las mujeres, de las organizaciones, a los delincuentes comunes y de cuello blanco.
Según una investigación del Tecnológico de Monterrey, difundido en noviembre del año pasado, de los 7.4 millones de delitos cometidos en el país en 2010 –tanto del orden federal como del común– únicamente se formuló una condena en el uno por ciento de los casos.
Del total de delitos denunciados, únicamente 15 por ciento se investiga, pero sólo el cuatro por ciento de ellos tiene resultados debido a la "lentitud en la mayoría de los procesos y el incumplimiento de las leyes". Concluye estudio.
El sistema de justicia no sólo está en deuda con las víctimas sino que se ha convertido en la puerta abierta para la delincuencia.
La tardanza en la transformación del sistema de justicia nos deja en la inseguridad y muriendo de inanición a la ciudadanía; esta seguridad sale más barata y es más efectiva que cientos de millones mal invertidos en una guerra perdida.
* Directora general de CIMAC A.C.
México, DF, 14 jun 11 (CIMAC).- Detrás de cada cifra de la impunidad hay cientos de historias de carne y hueso, la de Grettel R. es una de ellas. Joven yucateca que ha viajado a la Ciudad de México en busca de la justicia perdida en su estado natal, Yucatán.
Grettel está viva de milagro, después de que su agresor, Germán Alyn Ortega Hernández, le cortara en la zona de la yugular, la cara y el vientre. El milagro es que la agresión fue en la casa de Grettel y sus padres actuaron rápido para llevarla al hospital.
Pese a que Germán confesó el intento de homicidio, de que en su automóvil las autoridades encontraron el cuchillo con la sangre de Grettel y las huellas de Germán, de que el peritaje forense sobre las heridas de la joven señalan que son de muerte, el sábado pasado la jueza Ileana Georgina Domínguez Zapata decidió dejarlo en libertad.
Así, sin más, la jueza reconfiguró el delito y de tentativa de homicidio pasó a lesiones, pues finalmente Grettel está viva y el agresor sufría mucho en la cárcel, según le dijo la propia jueza a la sobreviviente de feminicidio, en alguna entrevista en la que le informa su intención de reconfigurar el delito.
Un delito que se cometió el 16 de septiembre del año 2009, tras el cual Grettel ha intentado que la justicia llegue a su vida, acompañada de sus amigos, familiares y abogados, quienes promovieron amparos para evitar la libertad de Germán.
Intentaron todos los instrumentos legales a su alcance, apelaron a la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, a las instancias estatales de apoyo a la mujer y nada.
Escribieron al Ejecutivo federal, al Inmujeres, a la Cámara de Diputados en espera de un luz de esperanza para detener la libertad de su casi homicida… nada impidió que a su agresor lo dejaran en libertad el pasado sábado, hecho que sin duda coloca nuevamente en peligro la vida de Grettel.
Así de sencillo se transformó un delito grave, así de sencillo el sistema deja libre a un posible homicida que anda suelto con cara de buena gente, dando clases de chef en universidades, enamorando a las jóvenes y después intentando matarlas.
Hoy Grettel necesita protección pues no sabe dónde está su agresor y a través de las redes sociales él la amenaza. Hoy se entrevistará con la presidenta de la Comisión Especial de Feminicidios de la Cámara de Diputados, Teresa Incháustegui. Salvaguardar la vida de Grettel es la prioridad.
Esta es la impunidad e ineficacia de un sistema de justicia que por deficiencias y corruptelas genera que 98.5 por ciento de los delitos cometidos en México queden impunes. Es el cansancio de esto lo que provocó, nuevamente, que la población buscara hacer justicia por propia mano, esta vez en Cuajimalpa.
El robo a una casa habitación desató el hartazgo de la inoperancia del sistema de procuración de justicia. Sistema que a lo largo y ancho del país deja libre una y otra vez a los agresores de las mujeres, de las organizaciones, a los delincuentes comunes y de cuello blanco.
Según una investigación del Tecnológico de Monterrey, difundido en noviembre del año pasado, de los 7.4 millones de delitos cometidos en el país en 2010 –tanto del orden federal como del común– únicamente se formuló una condena en el uno por ciento de los casos.
Del total de delitos denunciados, únicamente 15 por ciento se investiga, pero sólo el cuatro por ciento de ellos tiene resultados debido a la "lentitud en la mayoría de los procesos y el incumplimiento de las leyes". Concluye estudio.
El sistema de justicia no sólo está en deuda con las víctimas sino que se ha convertido en la puerta abierta para la delincuencia.
La tardanza en la transformación del sistema de justicia nos deja en la inseguridad y muriendo de inanición a la ciudadanía; esta seguridad sale más barata y es más efectiva que cientos de millones mal invertidos en una guerra perdida.
* Directora general de CIMAC A.C.
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