Serpientes y Escaleras | Salvador García Soto
La licencia de Creel presionó los tiempos e hizo que los calderonistas entendieran que o se definen pronto o les comerán el mandado otros grupos del PANSábado 23 de julio de 2011
Una fuente directa de Los Pinos desliza el comentario: “Adentro no se ha definido nada todavía. No hay una línea formal del Presidente. Todos dicen que (Ernesto) Cordero será el candidato pero ahí adentro no hay nada; no se pierdan de vista a (Alonso) Lujambio”. Con ese comentario coinciden una serie de señales de los últimos días, ocurridas a partir de la reunión de los precandidatos panistas con el presidente Calderón hace una semana, que confirman que en la sucesión presidencial del PAN no hay nada definido y podría haber movimientos sorpresivos.
La primera señal de que Calderón empezó a operar en el proceso panista fue la decisión tomada por los propios aspirantes con su dirigente Gustavo Madero. Reducir el número de precandidatos fue un primer paso para aclarar el todavía difuso perfil de la candidatura presidencial del PAN y acelerar las cosas en el aletargado partido gobernante.
La declinación pública de Javier Lozano mostró que la depuración va en serio y que se busca despejarle el camino a un solo precandidato de Los Pinos que se enfrente a uno o dos contrincantes internos, representantes de los otros grupos del panismo. Pero Lozano, que fue el primero en acatar la disposición de su partido, envió un interesante mensaje: no todo está definido sobre quién será el candidato de los calderonistas y quienes veían a un Ernesto Cordero ya seguro como favorito del grupo gobernante pueden equivocarse.
Hasta antes de su declinación, cuando ya esbozaba que podía hacerse a un lado, Lozano siempre declaró que si se bajaba de la contienda sería para apoyar el proyecto de su amigo Ernesto Cordero, pero cuando finalmente se bajó, le preguntaron en varias entrevistas si declinaba para jugársela con el secretario de Hacienda.
La respuesta de Lozano fue dudosa y reveladora: “No sé, falta ver si él decide finalmente inscribirse al proceso; yo por lo pronto apoyaré a quien resulte el candidato de mi partido”.
¿Ya no está tan claro entonces si Cordero irá hasta el final del proceso interno? Los corderistas afirman que sí y que están seguros que se convertirá en el candidato. Sin embargo, a las dubitaciones de Lozano se sumó otro hecho que fortalece la posibilidad de un cambio de señales en Los Pinos. El jueves por la noche un grupo de panistas, encabezados por Mariana Gómez del Campo, le organizó un acto de apoyo abierto a Alonso Lujambio en el que éste lanzó un vehemente discurso que remató envalentonado: “Yo no vengo a ver si puedo”, dijo.
Al lado del secretario de Educación estaba el cuñado del Presidente, Juan Ignacio Zavala, y otros calderonistas que apoyan a Lujambio. Es decir, que la división del calderonismo es real y del lado de Lujambio juega la esposa del Presidente, Margarita Zavala, mientras que del otro lado, del de Cordero, están figuras como Max Cortázar, César Nava y Germán Martínez. Es casi una reedición del enfrentamiento entre Madero y Roberto Gil en la contienda por la dirigencia del PAN, donde el Presidente apostó por Gil y Margarita por Madero.
Otro cosa que puede complicar la candidatura a Cordero y favorecer a Lujambio es el panorama económico que se cierne sobre el país por la amenaza de crisis económica del exterior. La decisión que tome el Senado de Estados Unidos, de autorizar o no la ampliación del techo de deuda a Barack Obama, junto a las presiones económicas que llegan de la crisis europea, hacen que las alertas rojas estén encendidas en la Secretaría de Hacienda, que encima tiene en puerta la entrega y negociación del presupuesto federal 2012.
¿Se arriesgaría Calderón a enfrentar esos escenarios con un secretario de Hacienda recién llegado al cargo? Encima, el calderonismo tiene enfrente a Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota como candidatos de otras fuerzas del panismo. Creel apareció esta semana delante de todos los demás aspirantes en la encuesta de Parametría y las diferencias que les saca a Cordero o Lujambio entre militantes blanquiazules parecen abismales. De hecho, la licencia que pidió el senador también presionó los tiempos e hizo que los calderonistas entendieran que o se definen pronto o les comerán el mandado otros grupos del PAN.
Anoche, Heriberto Félix Guerra, al que algunos vieron como “caballo negro”, hizo oficial su retiro de la contienda. Y la pregunta en el interior de Acción Nacional es quién de los cinco que quedan es el siguiente en declinar. Emilio González dice que esperará que pasen los Juegos Panamericanos de Guadalajara, en octubre, para saber si el evento deportivo le ayuda a crecer o, en su defecto, declina; Josefina Vázquez Mota no cede y Santiago Creel se asume como el puntero en las encuestas. De entre Alonso Lujambio y Ernesto Cordero, uno de los dos tendrá que irse.
Así que, cual dilema de Hamlet, en Los Pinos tendrán que definirse: “Ser o no ser… ¿Cordero o Lujambio?”.
NOTAS INDISCRETAS… Hoy sesiona el Consejo Político Nacional del PRI y emite una convocatoria para renovar el máximo órgano priísta. El 26 de septiembre, según documento que hoy se vota, habrá consejo renovado y ahí se dará un primer duelo entre Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones para ganar consejeros, porque serán los que en octubre definan el método y los tiempos de selección del candidato presidencial. Manlio habla de un proceso, mientras Peña apuesta a la Asamblea de Delegados. También discute el Consejo un documento del CEN priísta que cuestiona duramente los resultados del gobierno de Felipe Calderón, cuya filtración esta semana causó tal escozor en Los Pinos, que, dicen, fue el motivo de la repentina visita de Humberto Moreira, el miércoles, a la casa presidencial…
Se baten los dados. ¿Serpiente o escalera?
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