Pedro Echeverría V.
1. He recorrido desde la Ciudad de México -mismo que se inició el pasado nueve de septiembre hasta la ciudad maya de Palenque- los estados de Morelos, Guerrero, Oaxaca, Chiapas (incluyendo unas cuadras adentro de Guatemala donde realizamos una marcha y un mitin) con la Caravana al Sur convocada por Javier Sicilia. Junto a mis amigos fotógrafos y reporteros y más de 500 caravaneros, en los momentos de manifestarnos en las calles y en las plazas de más de 30 poblados, de escuchar los gritos contra los gobiernos y los discursos de rebeldía, me da la impresión de que somos seres humanos libres a punto de derrumbar el poder; sin embargo, cuando pienso un poco recuerdo que vivimos encarcelados en una sociedad capitalista que nos permite algunos desahogos, pero cuando ve que las cosas van en serio nos reprime, encarcela o asesina.
2. En esta Caravana al Sur las denuncias en las diferentes plazas fueron contra la miseria, la explotación, los despojos de tierra y aguas, la represión, los encarcelamientos y asesinatos. En tanto que en la Caravana al Norte escuchamos en cada plaza quejas dolorosas y lloros contra víctimas inocentes del narcotráfico y del gobierno, en el sur –sobre todo en Acapulco, Huajuapan de León, Oaxaca, Juchitán y San Cristóbal de las Casas, las vibrantes intervenciones de líderes y ciudadanos locales demostraron que el problema no era de “policías y ladrones”, de bandas delincuenciales y el ejército, sino de luchas de los derechos de los pueblos contra sus opresores. La participación amplia de los maestros y la APPO de Oaxaca, así como de muchas bases del EZLN, le dieron contenido, un tono combativo a las demandas,las consignas y a los discursos.
3. Por ello debe participarse en las batallas que encabeza Sicilia, en los movimientos de masas de López Obrador, en las asambleas de bases zapatistas, en apoyo a los obreros electricistas, mineros y demás, con la CNTE y la APPO. No deben ser abandonadas las batallas dejando que los líderes cada vez más derechistas vendan al gobierno y empresarios –a cambio de cargos políticos o “dinero contante y sonante”- las luchas de las masas. Si alguna esperanza debemos tener para vivir, es la de ayudar para que todos los movimientos sociales no se corrompan para beneficio del poder y por continuar luchando por que sean consecuentes servidores de los explotados. Pronto Sicilia se dará cuenta que los besos y el amor a los semejantes no funciona en este capitalismo salvaje en el que la máxima ganancia es su consigna.
Para destruir el poder se necesita fuerza.
4. En sociedades políticas y económicas, en las que la explotación y la acumulación de riquezas son la divisa central, ha sido y es ilusorio pensar en que un beso, un abrazo y unos consejitos pueden ablandar el corazón de la clase dominante para comenzar a realizar “cosas buenas”. Javier Sicilia y los clérigos honestos (una minoría insignificante ante el gran poder de la jerarquía eclesial) lo saben porque no son tontos; se dan cuenta (¿o no?) que los capitalistas y los políticos al servicio del capital no pueden hacer otra cosa que seguir dentro de la dinámica capitalista o morir. Aunque Sicilia en sus discursos muy poquito habla de los empresarios explotadores, de la miseria y el hambre del 50 por ciento de la población, cuando critica a los políticos y a los tres poderes lo aplaudimos, pero cuando piensa que puede cambiar algo esencial, nos reímos.
5. Rocato, Ituarte, Solalinde, Concha, LeBarón, sacerdotes y civiles que rodean o están muy cerca de Sicilia, parece gente muy honesta que no se vendería por un plato de lentejas. Sin embargo ni gobierno ni empresarios mexicanos, mucho menos los fuertes representantes del imperio, son honestos porque como aquel Lobo de Asís que “para vivir siempre tenía que matar”. ¿Convencer a Obama, a los yanquis que monopolizan las riquezas petroleras, a los grandes productores de armas, al Pentágono, el FMI, al BM, de que no hagan lo que hacen desde hace casi un siglo? ¿A Calderón, Beltrones, Peña, Slim, Azcárraga y Televisa de que ablanden su corazón y se vuelvan solidarios de la clase trabajadora? No son años y décadas sino siglos los que han demostrado que sólo mediante las luchas sociales ylas confrontaciones hacen retroceder a los de arriba.
6. Estos movimientos sociales no funcionarán y sólo servirán para el registro testimonial, es decir, para un carajo, sino se confrontan en las calles, las plazas, las fábricas, los campos y las escuelas. Las denuncias son magníficas cuando ayudan a la organización de la lucha social, cuando sólo se lanzan al aire se convierten en piadosos o lastimosos lloriqueos. Espero que el movimiento de Sicilia, aunque de manera lenta sufra un proceso de transformación hacia la izquierda radical al darse cuenta que cositas como retrasar la imposición de la ley de seguridad es insignificante, así como cuando López Obrador llevó a discutir el proceso de privatización de Pemex. La clase gobernante y empresarial –con todo el poder- cuando no logran algo le dan simplemente la vuelta y logran incluso mucho más.
La ley de seguridad será el fascismo recalentado.
7. Con el compromiso de continuar opinando –como lo he hecho en varios artículos acerca de la Caravana al Norte y de la Caminata Cuernavaca-DF- adelando estos planteamiento generales. La realidad es que el recibimiento de la Caravana yo la sentí con mayor entusiasmo en la caminata y en el Norte del país porque es la región donde se han registrado más crímenes individuales. El mismo Sicilia criticó a los medios de comunicación porque han reducido sus espacios informativos; pareciera que su discurso y liderazgo está sufriendo un proceso de desgaste, es decir, que vende cada vez menos. ¿Puede olvidarse a caso que los medios de información viven de la publicidad y de los subsidios del gobierno? Aunque Sicilia no sea “un peligro para México como lo fue en su momento el EZLN y López Obrador,no debe olvidar que el poder es el poder.
http://pedroecheverriav.worpress.com
pedroe@cablered.net.mx
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