“Estos no son actos de sedición política en tiempo real ni intentos por lograr un cambio en el gobierno”, dijo Nicholas T. Goodbody, profesor de Estudios Culturales de México en el Williams College. “Estas son personas que tratan de sobrellevar la vida diaria”, añadió el académico, de acuerdo con un reportaje publicado por The New York Times.
El México de hoy está a la vez muy conectado y es muy peligroso. Alrededor de 40 mil personas han muerto en la guerra contra las drogas que está en fase de aceleración de los últimos cinco años, mientras la clase media está creciendo, cada vez con más miedo y con más participación en la red, asegura el texto firmado por el corresponsal del Times, Damien Cave, con información de la redactora Karla Zabludovsky.
Los teléfonos celulares, plantea, “son tan comunes como las llaves, Twitter tiene más de cuatro millones de usuarios en México, de acuerdo con las empresas de seguimiento, y entre los más de 30 millones de personas con acceso regular a Internet, el 95 por ciento tiene un perfil en Facebook”.
A esto se añade la proliferación de sitios web y blogs dedicados a la violencia que cubren con las declaraciones de los lectores (Wikinarco, Blogdelnarco, de Borderland Redoble de Tambor), “por lo que México ha terminado con una multitud de fuentes morbosas, información alarmante –que a menudo no está disponible en otros lugares”, expone.
“Las redes sociales se están llenando el vacío dejado por la prensa”, cita el NYT a Andrés Monroy-Hernández, un estudiante de doctorado de México en el Laboratorio de Medios del MIT. “En diferentes regiones de México, el Estado y la prensa son débiles, mientras que el crimen organizado es cada vez más fuerte y, en algunos lugares, sustituye al Estado”, opina Monroy-Hernández.
“Muchos mexicanos dicen ahora que tienen más confianza en Twitter que en los medios de comunicación locales y, en algunas zonas, los padres y los abuelos están siendo enseñados por sus hijos a estar en línea –en concreto, para que puedan estar a salvo”, afirma el texto.
“Antonieta Loftin Salazar, estudiante de Doctorado en Historia de México en la Universidad de Texas en Dallas, dijo que así es como sus familiares y ella misma usan los medios sociales. Dijo que el anonimato ante el crimen se centró en cuentas de Twitter como @balaceramty –que se basa en Monterrey y cuenta con más de 40 mil– para proporcionar un servicio público necesario.
“Cumplen con las necesidades de información de manera inmediata y accesible y, en un nivel más profundo, psicológico, proporcionan algún conocimiento o certeza en un contexto de incertidumbre”, dijo Loftin al Times.
El texto también se refiere a la Ley Duarte o Ley de Veracruz, que está dirigida específicamente a atacar los falsos rumores que crean un pánico innecesario. “Pero los expertos dicen que dado lo confuso de los informes de la violencia en tiempo real también podría ser un peligro de persecución a usuarios bien intencionados y ese control resulta ser equivocado”, expone el diario neoyorquino.
“Diana (también conocida como @mariana_war), uno de los muchos mexicanos que está siguiendo la evolución de la violencia en Veracruz a través de Twitter, dijo que el intercambio abierto y no regulado hace más bien que mal. No quiso dar su nombre completo por temor, dijo que, probablemente, mientras ella vive ahora con más miedo porque está ‘al tanto’, gracias a las redes sociales, su función cívica no debe ser despreciada.
“Al referirse a las advertencias acerca de los puntos de control digital de los cárteles y los tiroteos, dijo, ‘la vida de la gente se resguarda con Twitter’”, planteó NYT.
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