12/15/2011

Los periodistas pal café.....




La tenía difícil Roberto Gil Zuarth, pero salió adelante. En medio de las múltiples y vistosas expresiones de la descomposición nacional, con hechos noticiosos de primer orden y preocupaciones generalizadas por otros temas, el secretario particular del ocupante actual de Los Pinos logró, con su discurso de despedida del cargo (para buscar una de las senadurías por Chiapas), ganarse un increíble lugar en el disputado escaparate de las adulaciones extremas, de las exageraciones serviles ante el poder, de los disparates ambiciosos.
Yo quiero algún día ser como usted, señor Presidente, le dijo el pequeñuelo Gil a quien tan enorme le parece, su jefe y promotor político, Felipe Calderón Hinojosa. Aspiraciones con visos de lactancia tardía que fue desgranando sin pudor alguno el párvulo Gil, según en
bit.ly/vEbLIx puede leerse con detalle. Rosario de alabanzas sin mesura, elogio de la locura del burocratismo trepador. Y el cierre de aparente desmayo desde el cual épicamente saca fuerzas el diputado federal con licencia, aspirante fallido a secretario de Gobernación, secretario particular y ahora precandidato al Senado y sabido buscador de la gubernatura de Chiapas a mediano plazo.
Cuando, en esa cúpula de privilegio en la que se mueve, las convicciones abandonaban al cruzado Gil, solía pensar que si una fuerza superior, la mano invisible del destino o Dios, ha puesto a prueba el carácter de esta nación, incluso hasta desafiar las leyes de la probabilidad (¿el desafío fue en el rango de 0.56 por ciento?, ¿las leyes de la probabilidad son un daño colateral materializado o una nueva oración de los Legionarios de Felipe?: indagaciones astilladas a las que de grandes les gustaría ser un día como ellas mismas) , entonces llegaba a la iluminada consideración de que esa fuerza, ese destino o Dios, ha tenido el cuidado, la generosidad de prestarnos al mejor presidente de México. Oportuna postulación del segundo Felipe de Jesús para llegar a los altares. ¡Gracias al cielo por habernos mandado a Calderón para alzarse con la Presidencia! ¡Dios mío, hazme Felipe Calderón, por favor!
(Ah, en información de menor importancia: Javier Lozano dejó la Secretaría del Trabajo para buscar una senaduría por Puebla y luego aspirar a la gubernatura. En su lugar quedó Rosalinda Vélez, quien había fungido como procuradora federal del trabajo. Otro renunciante fue Salvador Vega Casillas, quien según versiones oficiales había ocupado durante largos años la inocua Secretaría de la Función Pública. Entró Rafael Morgan al relevo del michoacano que también va tras lauros legislativos (aunque le persiguen las acusaciones por irregularidades atribuidas a su esposa, que oficialmente fueron desechadas, muy al estilo, precisamente, de la citada secretaría, pero que seguirán dando material polémico). El trío de salidas del equipo calderonista fue completado por el mencionado Gil, a quien sustituye José Guadalupe Tarcisio Rodríguez Martínez, con aire más de compensación amistosa que de búsqueda de fuerza y eficacia en la secretaría particular.
Los desfiguros de la barbería panista tuvieron réplicas en la zona devastada del peñanietismo, donde el coordinador general de cuates del iletrado virtual candidato, Luis Videgaray, se batió con deplorable entusiasmo en búsqueda de atenuar el daño a su jefe encopetado aunque, en realidad, éste podría haber gritado: ¡no me defiendas, compadre!. No es correcto hacer Peña del árbol caído, pues el damnificado de la FIL no es un intelectual, ni tiene obligaciones de índole literaria, sino que, bueno, pues, hombre, en realidad se dedica a resolver problemas, a atender asuntos públicos, a la cosa política y, según la desguanzada interpretación del amigo Videgaray, para esos menesteres no hace falta leer ni recordar títulos de autores ni evitar confusiones ni vergüenzas.
Al rescate del Gavioto caído también acudió el viejo zorro de la política, Jesús Murillo Karam, quien acusó de arrogancia a Carlos Fuentes por decir que Pena en Aprieto no tiene derecho a querer ser presidente de México a partir de su ignorancia. El hidalguense dijo que todo mundo tiene derecho a sufrir tropezones pero que éstos no pueden descalificar la trayectoria de una persona que, como en el caso del sospechoso de dislexia ejecutiva, habría sido exitoso en el gobierno del estado con capital en Toluca. (¿Y si ya mejor ni le movieran los priístas al despeñadero que viven a partir de la FIL?: contribución propositiva de esta columna henchida de fervor navideño).
Como siempre, los nuevos escándalos desplazan a los sucedidos apenas unas horas atrás y que parecían de larga duración. En Chilpancingo, el Ángel de la Guerra Sucia libra batallas videográficas y periciales contra la Policía Federal, en espera de que el escándalo del asesinato de normalistas baje de intensidad. Otros jóvenes, que habían desaparecido, son descubiertos en una fosa en el edificio de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, con el narcotráfico como principal línea de investigación. Y en Matamoros se registra el preocupante arribo de un convoy de militares estadunidenses, custodiados por mexicanos, para una reunión con altos mandos del Ejército nacional, según reporta en
bit.ly/sgx0AZ el texano canal televisivo 48.
En otra pista, los partidos vuelven a repartirse mediante cuotas las plazas del IFE: hoy deberán votar en San Lázaro para definir si todos quedan contentos con que el PRI coloque a un dinosaurio jurídico, Sergio García Ramírez; el PAN mueva del IFAI a María Marván (aunque anoche se hablaba de que Televisa insistía en colocar allí a Arely Gómez) y el PRD chuchista instale a Lorenzo Córdova. ¡Perded toda esperanza!
Y, mientras Claudia I es coronada como Morenaza (véase
bit.ly/rp9HMr Movimiento de Regeneración Nacional, Zacatecas), luego de un concurso de belleza e inteligencia para elegir una vocera de la campaña de AMLO en esa entidad, ¡hasta mañana, con un Conejo Cejudo (Francisco Javier de nombre, rico empresario jalisciense) como coordinador de la campaña de un Cordero Rezagado!
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Enrique Galván Ochoa: Dinero

El presidente Calderón parece dispuesto a pagar los servicios de dos de sus secretarios garantizándoles la protección (relativa) de un escaño en el Senado. Se trata de Javier Lozano y Salvador Vega Casillas, quienes ayer presentaron sus renuncias a las secretarías del Trabajo y de la Función Pública (la antigua contraloría) para formalizar sus candidaturas. Lozano está involucrado en el primer gran escándalo de corrupción del calderonismo. Un ciudadano de origen chino, Zhenli Ye Gon, lo acusó de que lo había amenazado con darle copela o cuello si no guardaba millones de dólares cuyo destino sería la campaña política panista. La policía encontró en su residencia de Lomas de Chapultepec 205 millones de dólares y otros bienes. Posteriormente fue detenido en Estados Unidos y Lozano dijo que presentaría una demanda para limpiar su nombre. Por alguna razón desistió, aunque hizo un aparatoso viaje a Nueva York. Esa es una de las perlas en el desempeño de Lozano, un ex priísta que soñó con ser candidato a la Presidencia de la República con los colores del PAN. Otras de sus actuaciones controversiales fueron el desmantelamiento del Sindicato Mexicano de Electricistas y el tortuoso caso de Mexicana de Aviación. Cualquiera de ellos bastaría para abrir una investigación penal si un nuevo gobierno tuviera la intención de hacerlo. El ex secretario de la Función Pública, Vega Casillas, está relacionado con el mayor escándalo de corrupción de finales de sexenio. Recientemente la Cámara de Diputados había adoptado el acuerdo de pedirle a Calderón que lo separara de su cargo mientras se desarrolla la investigación de una red de extorsionadores de expendios de gasolina. Esta red la formaban funcionarios e inspectores de la Profeco que pedían 50 mil pesos de mordida al mes a cambio de hacerse de la vista gorda para que los expendedores pudieran defraudar a los automovilistas con litros incompletos. La averiguación incluye a la esposa de Vega Casillas, Gladis López Blanco. Calderón lo separó de su puesto, mas no en la forma que pidieron los diputados. Lo hará candidato a senador. Vega Casillas tuvo a su cargo la tarea de enfriar los expedientes de los jerarcas del panismo, incluso uno de Vicente Fox, el relativo a su patrimonio personal. ¿El sexenio de las manos limpias? Mmm.
Un personaje con millones de rostros
La revista Time ha designado como persona del año a personajes disímbolos: Hitler, Stalin, Bill Gates, Bush, Obama, al creador de FaceBook, Mark Zuckerberg. Su idea es seleccionar a quien más impacto ha tenido en el mundo en un año determinado. Participan los editores, pero también se consulta la opinión del público. Este año 2011 la designación ha caído en alguien que tiene millones de rostros: el manifestante. También podíamos llamarlo el indignado, si se trata de uno de Europa, o el Ocupa Wall Street, si hablamos de Estados Unidos. El rostro que imprimen en su portada parece ser el de una mujer, y digo parece, porque lo tiene cubierto en su mayor parte, pero los ojos son de una mujer. Explican los editores de la revista Time que su decisión se basó en que el año 2011 fue caracterizado por las manifestaciones callejeras contra los líderes del mundo –políticos y financieros. No pasó día sin que estallara una protesta en alguna parte del planeta: los estudiantes de Chile, el movimiento que encabeza Javier Sicilia, los ciudadanos inconformes con el fraude electoral en Rusia, los indignados de la Plaza del Sol de Madrid, los rebeldes del Ocupa Wall Street, la gran insurrección de la Primavera Árabe. Son la semilla de otros movimientos que estallarán en 2012.
El superpeso en crisis
Quieren culpar de la devaluación a la señora Merkel, a Sarkozy, a Papademos, a Rodríguez Zapatero… a todos los protagonistas de la crisis europea. Sin embargo, no mencionan a los funcionarios mexicanos que dejaron entrar a los inversionistas golondrinos, entraron a México sin pagar impuestos, ganaron una millonada y ahora se están yendo. Ayer la moneda se disparó a 14.07 pesos por dólar.


Cero y van tres. Allá por septiembre de 2006, alguien en el Fondo Monetario Internacional amaneció con una suerte de cruda moral, tras registrar (con seis décadas de retraso) que ese organismo financiero reportaba un déficit de democracia en la estructura de votación. Por ello propuso un cambio profundo en ella para que distintas naciones obtuvieran mayor poder en la toma de decisiones, y la junta de gobernadores del FMI (integrada por los ministros de finanzas de los países miembros de la institución) lo avaló.
Así, de un plumazo, fue solucionado el déficit de democracia en el FMI, y para demostrar que iba en serio México –junto con China, Turquía y Corea del Sur– fue seleccionado como uno de los países que obtendría mayor poder de votación en el seno del organismo, aunque para ello antes debió desembolsar alrededor de 800 millones de dólares para gozar de tal privilegio. ¿Qué logró a cambio el gobierno mexicano? Un sustancial aumento de 0.23 puntos porcentuales en el poder de voto, al pasar de 1.2 a 1.43 por ciento del total, mediante la inyección de la cantidad descrita. Eran los tiempos de Vicente Fox y su prometido cambio (que de cambiar no cambió nada), quien cayó en el garlito, y a los mexicanos les costó casi 800 millones de billetes verdes.
Dos años después, ya instalado en Los Pinos, Felipe Calderón repitió el numerito. En noviembre de 2008 anunció con bombo y platillos que habría más democracia fondomonetarista para México, para lo cual se desembolsaron otros 800 millones de dólares. El poder de voto de nuestro país creció de 1.43 a 1.47 por ciento del total. Ambos panistas dieron credibilidad a la declaración del FMI, en el sentido de que su intención era llevar a esas naciones (México y las citadas líneas arriba) a niveles que reflejen con mayor fidelidad su importancia relativa en la economía mundial. En los hechos, la importancia relativa de la economía mexicana fue de mal en peor, aunque de todas maneras se erogaron mil 600 millones de dólares entre amabas administraciones blanquiazules.
El FMI vendió espejitos a Fox y Calderón el FMI, y los panistas, gustosos, los pagaron a precio de oro, porque si algo ha quedado claro en sus cerca de 60 años de existencia es que a quienes controlan el Fondo Monetario Internacional lo menos que les interesa es la democratización de la toma de decisiones. Lamentable, pero todo indica que el actual inquilino de Los Pinos no quedó satisfecho con la tanda de espejitos que en 2008 adquirió, ni con la que en 2006 su antecesor compró. Quiere mayor poder de votación y sigue creyendo en aquello de la importancia relativa de la economía.
Ayer se hizo público que el inquilino de Los Pinos presentó una iniciativa al Senado de la República para que éste le autorice incrementar en 146 por ciento, en números cerrados, la cuota de México en el Fondo Monetario Internacional y, por ende, su poder de voto en el organismo. Ello, según el susodicho, para aumentar su influencia en la toma de decisiones de ese organismo, para lo cual intenta desembolsar cerca de 8 mil 500 millones de billetes verdes.
Según la versión calderonista, de ser autorizado el movimiento por el Senado de la República la participación mexicana pasaría de 1.52 a 1.87 por ciento del total de cuotas en el FMI, y de 1.47 al 1.8 por ciento del total de la votación.
Recién estuvo en México la directora-gerente del FMI, Cristina Lagarde, quien repartió azúcar por todos lados y humildemente reconoció que no tenemos más que alabar y encomiar la conducción económica y la fortaleza de la economía mexicana. Se entiende que el piropo fue para enganchar al devaluado gobierno calderonista, y éste de inmediato pico el anzuelo: cuánto por mayor poder de voto e influencia en la toma de decisiones. Y sólo espera la decisión senatorial para meter más recursos a la quimera.
Feliz, el inquilino de Los Pinos desde ahora saborea el mayor poder que obtendría México, según su versión, aunque no llegará muy lejos con el carísimo 1.8 por ciento de la votación total. La fortaleza y la importancia reales de nuestro país en el seno del FMI (187 naciones representadas) y en la propia comunidad de naciones quedaron más que confirmadas cuando arrasadoramente perdió el candidato calderonista al puesto principal del Fondo Monetario Internacional (Agustín Carstens), y lo hizo frente a la propuesta francesa, que no fue otra que la señora Lagarde.
Como se ha comentado en este espacio, la crisis europea requiere dinero fresco y el FMI va por él. A cambio ofrece a los palurdos los espejitos de más poder de voto, mayor reconocimiento a la fortaleza económica del país aportante y creciente peso en la toma de decisiones en el seno del organismo. Fox y Calderón los compraron todos y en tres ocasiones consecutivas, y los adquirieron a un organismo creado y dominado por los grandes, que no deja pasar ni el aire y al que lo menos que le interesa es democratizar algo. Entonces, por ejemplo, ¿qué hará México con su 1.8 por ciento del voto total (en caso de que el Senado autorice la inversión) frente al 16.76 por ciento de Estados Unidos? ¿Qué, frente al casi 45 por ciento del voto total del G-7, o el 26.1 por ciento de la Unión Europea? Con respecto a México, China tiene más del doble de poder de voto (3.82 por ciento del total), Rusia está por arriba (2.4 por ciento) al igual que India (2.34).
Mucho más productivo sería promover la creación de un nuevo organismo financiero internacional, democrático de origen, no de mentiritas, como el Fondo Monetario comprenderá. Pero al panismo instalado en Los Pinos le da terror siquiera pensar en algo parecido a eso; prefiere creer en los espejitos.
Las rebanadas del pastel
Comienza la desbandada. Tres tristes tigres de papel con el sello del calderonato se van a gozar de inmunidad e inmerecida cuan generosa beca al Senado de la República (siguiente legislatura, por cortesía del inquilino de Los Pinos). Seguirán exprimiendo los impuestos que pagan los mexicanos, porque van de plurinominales; ni siquiera harán el intento de convencer al electorado para que voten por ellos. Por fin se fue Javier Lozano del gabinetazo. Tras de sí deja un espeluznante tiradero en el sector laboral, pero el inquilino de Los Pinos le dio su premio de consolación; Salvador Vega Casillas, quien desde la Secretaría de la Función Pública hizo la hombrada de hundir aún más a México en el inventario internacional de países corruptos, y Roberto Gil, que en este sexenio ha servido de chile, de dulce y de manteca. Y si hay de otro sabor, también.
cfvmexico_sa@hotmail.com

Pedro Miguel: Navegaciones
En las largas horas en que los organismos humanos se encuentran encapsulados en sistemas automotores de desplazamiento terrestre atrapados, a su vez, en gigantescas aglomeraciones, y tan inmóviles como la amada de Amado Nervo, una reacción lógica de las neuronas, además de echarle la culpa a la suegra y mentar madres, consiste en imaginar un escape aéreo hacia la libertad. Todas las mañanas, en la entrada de Pachuca al Distrito federal, cientos de miles de cerebros elaboran fantasías sobre automóviles voladores capaces de elevarse y abandonar la cruel superficie terrestre para transportar a sus tripulantes en línea recta, y en cuestión de minutos, hacia sus anhelados destinos.
Tal fantasía plantea algunos problemas prácticos con los cuales han estado lidiando los ingenieros desde hace casi un siglo. En la película Metrópolis (1927) puede verse un tráfico aéreo urbano que prefigura los que caracterizarían, en años posteriores, las urbes de Blade Runner, Brazil o El Quinto Elemento, entre muchas otras cintas de ficción. Pero la idea del automóvil volador data incluso de antes: de los orígenes de la aviación y del automovilismo industrial, que fueron casi simultáneos, en los albores del siglo pasado.


Gabinete: relevos y saldos
El titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, anunció ayer nuevos movimientos en su gabinete: las renuncias de Javier Lozano Alarcón a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), de Salvador Vega Casillas a la Secretaría de la Función Pública (SPF) y de Roberto Gil Zuarth al cargo de secretario particular del propio Calderón, así como el remplazo de éstos por Rosalinda Vélez, Rafael Morgan y Tarcisio Rodríguez, respectivamente.


El Correo Ilustrado
Solidaridad de Eureka con normalistas de Ayotzinapa
Desde hace mucho tiempo, el Comité Eureka conoce la trayectoria de la Normal Rural de Ayotzinapa, cuyas generaciones siempre han sido solidarias en la lucha que hemos mantenido contra los desmanes de los malos gobiernos.



Es fundamental el papel que los sindicatos pueden jugar en el mundo actual, porque nos encontramos en una economía global donde los impactos y los efectos sobre la población, las instituciones, las organizaciones sociales y las mismas empresas de todos los países, son profundos y extensos. De la misma manera los sindicatos de lucha, democráticos y avanzados juegan un papel fundamental en este escenario y pueden promover verdaderos cambios en sus sociedades y en sus gobiernos, que beneficien al país y a sus habitantes en general.


La necesaria reforma de la educación debe suprimir las muchas simulaciones que dominan a las instituciones educativas convencionales; en no pocos casos, lo que en estas instituciones se llama excelencia no es sino el cumplimiento fiel de dichas simulaciones. Empecemos con algo que está en el centro mismo de la vida escolar cotidiana: las calificaciones.


Cuando un gobierno es incapaz de atender las demandas de un pequeño sector de la población sin recurrir a la represión, estamos en el deber y en la obligación de señalar el fracaso del Estado para cumplir con el cometido que el siglo XXI le asigna. Cada vez que la fuerza pública sacrifica la vida de un ciudadano cuyo delito no es sino el de requerir, con tino o sin él, el cumplimiento de sus derechos, México retrocede al abismo y algo muy importante se quebranta en las relaciones entre la sociedad y el Estado. Hubo un tiempo en que, para imponerse como poder autónomo, el Estado ejerció sin contemplaciones la violencia legítima con el objetivo inmediato de suprimir las oposiciones, es decir, todos aquellos conflictos que a juicio de los gobernantes ponían en riesgo la estabilidad nacional. Mientras, la autoridad fomentaba las reformas que, en teoría, debían mejorar la situación de las clases desposeídas y repartir los manes del desarrollo. Esa era la esencia del viejo presidencialismo revolucionario, la raíz de su condición a la vez paternalista y autoritaria que, dicho sea de paso, impidió crear una sociedad y una cultura más igualitaria.


La clarinada la dio nuestra amiga Stella Calloni en el sitio web Cubadebate. ¿A qué viene toda esta alharaca sobre el regreso a Panamá del general Manuel Noriega? Escribo general con plena deliberación pues Noriega ha estado todos estos años en condición de prisionero de guerra de Estados Unidos y, a la vez, los actos llevados a cabo por el Estado agresor sobre el agredido carecen de legitimidad alguna según lo establecen las normas del derecho internacional.


Cuando se desmejora la relación estratégica entre Estados Unidos y Rusia, potencias que cuentan con 90 por ciento del armamento nuclear en los arsenales del mundo, es mejor prestar atención y que la comunidad internacional presione por poner en marcha mecanismos para frenar el deterioro. El tiempo se agota y los riesgos aumentan. Aunque la firma del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas II (START II) alivió tensiones, las fricciones estratégicas se profundizan por la persistencia, con el presidente Obama, de los despliegues anti-balísticos de Estados Unidos en las cercanías de Rusia.



Una semana en Nueva York antes de las fiestas. Por las calles una epidemia de santa closes, cientos de jóvenes –delgados y de los dos sexos– vestidos de rojo con su barba postiza y su gorro nevado. En las escaleras de la Biblioteca Pública de la ciudad o montados sobre los leones que decoran la entrada; enfrente de Bergdorf Goodman o de Saks Fifth Avenue, rivalizan con los fastuosos aparadores: la gente se arremolina como en el Metro de México a las siete de la mañana o en las calles de Varanasi en época de festivales; también los veo por las calles de Greenwich Village, donde me hospedo, casi todos borrachos; pregunto a varias personas y a los mismos jóvenes la causa de tanta algarabía y multiplicación; no me responden, sólo con sus risitas ñoñas y su aliento alcohólico; una mesera me explica que ese sábado, debido a la proximidad de las fiestas, los estudiantes pueden consumir bebidas y comida en los restoranes y bares pagando solamente un dólar. En los restoranes y el Staples, donde leo mi Internet, me martillan los oídos las infaltables canciones de la época.


La Compañía Nacional de Teatro (CNT) decidió nombrar Sala Héctor Mendoza al teatro de cámara de su casa sede en una sencilla ceremonia en que develaron la placa correspondiente la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes Teresa Vicencio Álvarez y Rodrigo Mendoza, el creador musical, hijo del homenajeado. Estuvieron presentes tanto miembros de la compañía, encabezados por su director general Luis de Tavira –que hizo uso de la palabra como antes lo hiciera la licenciada Vicencio– y amigos y discípulos de Mendoza. Posteriormente se dio una de las funciones programadas para esa sala de Noches islámicas, bajo la dirección de José Caballero, tras su participación en el Festival Internacional Cervantino y luego probablemente rotará en otros escenarios durante varios meses como es costumbre por ser compañía de repertorio. La obra seleccionada por el director de la puesta y la CNT no es de las más conocidas del dramaturgo y la razón de esa elección se encuentra en las palabras celebratorias que el director escénico escribió para el programa de mano y, si se reflexiona un poco, se entiende que en Noches islámicas se pueden advertir algunos de los elementos que Héctor Mendoza desarrollara a lo largo de toda su obra.

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