9/11/2013

38 Festival Internacional de Cine de Toronto: El camino de las decepciones



Leonardo García Tsao
Toronto, 10 de septiembre. Sgún se sabe, el camino del cinéfilo está empedrado de decepciones, sobre todo si las expectativas han sido alimentadas por buenos antecedentes. El británico Jonathan Glazer se había distinguido como director de videos musicales –de Radiohead, entre otros grupos– antes de debutar con Sexy beast (2000), esa vigorosa aportación al cine de gángsters en el Reino Unido. Más de una década ha pasado antes de que acometiera su segundo largometraje, Under the skin (Bajo la piel) que quizá podría calificarse como de ciencia ficción si fuera más inteligible.

En teoría trata de una extraterrestre que adopta una forma humana y femenina (Scarlett Johansson) y deambula, primero en camioneta y luego a pie, por parajes desolados de Escocia abordando a hombres que, atraídos por su belleza, responden muy interesados. A algunos los deja en paz, a otros los manda a una especie de limbo negro, donde sus cuerpos se disuelven como si estuvieran hechos de cartón.

La película rebosa en imágenes sugerentes y en la presencia de Johansson con ropa entallada o desnuda –lo cual no está mal–, pero pronto cae en una incoherencia narrativa que tendrá a algunos colegas haciendo sesudas interpretaciones. Glazer parece haber retornado a la estética del videoclip, sólo que en esta ocasión sus logros visuales son acompañados por sonidos raros y estridentes.

Igualmente decepcionante ha resultado el segundo largometraje de la mexicana Mariana Chenillo, cuya opera prima Cinco días sin Nora mostró un raro talento para hacer una película coral y una irónica mirada a las convenciones sociales. Paraíso, en cambio, peca de simple. En este caso, una pareja de gordos (Daniela Rincón y Andrés Almeida) se muda de Ciudad Satélite al DF y ese cambio supone en ella una concientización de su obesidad (como si el DF no estuviera igualmente poblado de panzones). Un intento de dieta compartida le funciona al marido pero a ella no; con lo que comienzan los conflictos de infidelidad.

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Scarlett Johansson a su llegada al estreno de Don JonFoto Ap

Basado en un cuento de Julieta Arévalo, el guión de la propia Chenillo no consigue hacer gracioso el dilema de la protagonista quien, de manera gratuita, resuelve su vida ganando un concurso televisivo de cocina, conducido por Carlos Loret de Mola, ni más ni menos. Demasiadas concesiones se han hecho en buscar una película de corte comercial y el resultado es poco diferenciable del grueso de las comedias que ahora abundan en el cine mexicano.

La mayor decepción de todas es que la organización del festival de Toronto, a la que he elogiado por su precisión y puntualidad, no pudo con los números de espectadores que acudieron en masa al múltiplex Scotiabank donde se realizan la mayoría de las funciones de prensa e industria. Ayer fue tal el gentío que se rompieron las estrictas reglas impuestas por el departamento de bomberos en cuanto a seguridad en un espacio público. Además, por rara ocasión en el festival, se atestiguaron gritos, empujones y agandalles de personas que se quisieron saltar las largas colas que serpenteaban el lobby.
Hoy se impusieron nuevas –e imprácticas– reglas para formar a los acreditados afuera, en la calle, justo el día en que el verano volvió intempestivamente y las temperaturas, con el factor de humedad, coqueteaban con los 40 grados. Con mucha razón, muchos estaban cabreados desde antes de ver una sola película.
Twitter: @walyder

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